Por el Peregrino Impertinente
Sin dudas, el Camino de las Altas Cumbres es el circuito más espectacular con el que cuenta Córdoba. Una impresionante obra de ingeniería que se comenzó a construir a mediados del Siglo XX y que con el tiempo pasó a suplantar al viejo camino que recorrieran los baquianos del ayer. Tanta es su virtud y tan bellos los paisajes de alta montaña que corteja, que se lo considera la tercera Maravilla Artificial de la provincia. La octava es el quincho de De la Sota.
En concreto, la carretera asfaltada conecta los valles de Punilla y Paravachasca (y por asociación el área metropolitana de la capital) con el valle de Traslasierra, surcando sectores que superan los dos mil metros de altura sobre el nivel del mar. Son incontables los turistas que la disfrutan. Aquellos que contemplan embelesados las postales que arroja la Pampa de Achala, sin hacer caso a los niños que, en el asiento de atrás, juegan a comparar la inmensidad de los abismos con la cada vez más prominente pelada del padre.
El viajero debería saberlo de sobra, pero por las dudas que su adicción a los estupefacientes y a mirar “Estudio Fútbol” cada siesta haya borrado todo recuerdo, se lo refrescamos: hoy por hoy hay dos formas de acceder al camino asfaltado si venimos desde Villa María.
El más antiguo parte desde los alrededores de Carlos Paz. Luego de dejar atrás localidades como San Antonio de Arredondo o Icho Cruz (que serán muy bucólicas, pero un fiasco si uno quiere organizar una rave con todos los vicios), la ruta 14 se une a la 34, columna vertebral del circuito. La alternativa es tomar la ruta provincial E96 en las cercanías de Alta Gracia, para enlazar después con la ya citada 34 (“Agachate y conocela” dijo un cómico que se golpeó la cabeza con un termotanque y desde entonces ya no es el mismo).
Sea a través de uno u otro, la experiencia resulta maravillosa. Eso siempre y cuando no se aparezcan los cóndores gigantes que revolotean la zona y que armados de ganzúas y corta fierros nos pidan “una colaboración” para la bandada.