En el regreso del ídolo Pirata a su club de origen, se equivocó en los dos arcos ante Las Palmas y se volvió a Villa María con un 2-0 en contra que lo dejó lleno de dudas. Sigue lejos de la punta y ante Racing no podrá contar con Roca ni Francucci
Escribe: Federico Gazzoli
Fotos: Víctor Alvez
(enviados especiales)
Cuando Alumni de Villa María supo que su visita a Las Palmas tendría un condimento especial debido a la presencia de Juan Carlos Olave en el arco del equipo cordobés, seguramente imaginó un partido complicado.
Sabido era que el encuentro correspondiente a la 11ma. fecha de la Región Centro (Zona B) del Torneo Federal B se jugaría con un clima de fiesta en la casa de los Azules, por lo que el Fortinero debía hacerse fuerte y tratar de no ser un invitado de lujo a esa celebración, para obtener el buen resultado que necesitaba en su afán de acrecentar definitivamente su esperanza de ser protagonista.
Pero el equipo de Hugo Mattea tuvo errores en ambos arcos, fallando a la hora de defender y al atacar, y permitiéndole a Las Palmas hacerse con un triunfo por 2-0 con el que se sigue alejando de las últimas posiciones.
En el arranque del encuentro, ayudado por el empuje de un buen número de hinchas, Las Palmas tomó la iniciativa y fue quien dominó la pelota, aunque lo hizo sin gravitar cerca del área de Jonathan Scalzo.
Esa falta de profundidad ofensiva hizo que los de Ricardo Carnielli entraran en un nerviosismo que los llevó a perder el esférico ante un Alumni que después de los 10’ se hizo dueño del “cuero” y que se adelantó notablemente en el campo de juego.
Así los villamarienses generaron dos chances consecutivas sobre el primer cuarto de hora; primero intentó Leandro Martínez desde larga distancia y luego en la más clara, mano a mano con Olave en la segunda jugada de una pelota parada, Matías Francucci quiso definir con sutileza pero elevó demasiado la pelota.
Fue apenas un par de insinuaciones que poco duraron, por parte de un Alumni que volvió a perder en la posición y que comenzó a ser desdoblado en distintos sectores de la cancha por el dueño de casa.
Promediando la primera parte comenzó a surgir la figura de Diego Albornoz en Las Palmas. El volante por derecha primero sacó un remate bombeado que no complicó a Scalzo y después se metió al área para sacar un derechazo que se fue apenas arriba del travesaño.
Fueron los preavisos que lanzó el local antes de desatar el primer gran festejo en su propia fiesta. Sobre la media hora, desde la derecha, Agustín Griguol ejecutó un tiro libre en forma de centro, la pelota se cerró de repente producto del empuje del viento para complicar a Scalzo, dio en el travesaño y el uno quiso despejar con un manotazo, pero para su mala suerte la pelota no hizo más que rebotar en la humanidad de Nicolás Igarzábal y se convirtió en el 1-0 de Las Palmas.
Ahí nomas, dejando en evidencia que Alumni quedó en shock por el gol sufrido, Wilson Altamirano avisó con un potente remate que pasó cerca del palo derecho.
Sin embargo, en ese momento de la tarde no todo fue alegría para el local porque a los 33’ se fue expulsado Martín Chiatti por aplicarle un codazo en el rostro a Francucci. Y tres minutos después Facundo Orellana hizo lo mismo con Franco Flores, pero al árbitro Franco Rodríguez le tembló el puso para sancionar con la cartulina roja y solamente le mostro amarilla.
Las Palmas no sintió la inferioridad numérica y siguió pensando en el arco contrario. Casi aumenta la ventaja a los 41, pero Scalzo mandó al córner, colando sobre su palo izquierdo, un cabezazo complicado de Diego Coria.
Alumni aguantó el sofocón y aunque no supo sacar ventaja del hombre de más que tenía, antes de irse al descanso casi logra el empate. Franco Gozzerino ganó por derecha, entró al área y metió centro rasante, Leandro Martínez la dejó pasar a la altura del primer palo y por detrás de él, totalmente en soledad dentro del área chica, Nicolás Delsole definió increíblemente por arriba del larguero. El Sapito pudo llenarse la boca de gol, pero se fue al vestuario, al igual que todo Alumni, masticando bronca.
Terminó de armar su fiesta
En el inicio del complemento Alumni siguió siendo un tímido equipo que no supo de que manera plasmar el hecho de jugar con un hombre más. Apenas intentó con un suave remate de Emanuel Ercoli que murió en las manos de Olave.
Pero a los 10’ el Fortinero volvió a fallar y permitió que Las Palmas terminara de armar por completo la fiesta del ídolo Pirata que volvía al club que lo vio nacer futbolísticamente. Albornoz ganó una vez más por la derecha y metió centro al corazón del área, Kranevitter quiso despejar pero la pelota le pasó entre las piernas y en las cercanías del punto penal apareció Héctor Arrigo para fusilar a Scalzo, decretando el 2-0 del que Alumni, a pesar de todo lo que quedaba por jugarse y de la superioridad numérica, ya no pudo reponerse.
Los de Mattea sólo intentaron con un centro de Patricio Peñaloza que, en el corazón del área, Martínez cabeceó de forma desviada.
Si Alumni estaba nervioso y no sabía como hacer para revertir la historia, a los 29’ el árbitro “le dio una mano” para que terminara de ser un equipo quebrado anímica y futbolísticamente. Dentro del área de Las Palmas, en un marco de reiterados roces a la espera de un córner que debía ejecutar Flores, Altamirano se desplomó de repente, el árbitro aguardó algunos segundos y, quizás para compensar la justa expulsión del primer tiempo, expulsó injustamente a Roca.
Se acabó el partido para el Fortinero, que casi vuelve a sufrir un nuevo golpe en un contragolpe, pero Albornoz remató con imprecisión.
Ya en tiempo de descuento, cuando Las Palmas le bajó la persiana al partido, Alumni tuvo dos chances para descontar. La primera un tiro libre de Giuliano Bardín que Olave mandó al córner y la otra, tras centro de Martínez, un cabezazo de Francucci que picó en el travesaño.
Llegó el final y, mientras todos abrazaban a Olave, el gran protagonista de la tarde, Alumni se fue cabizbajo por una derrota que lo dejó complicado, tanto en su sueño de pelear por la clasificación como pensando en la próxima fecha, ante Racing, en la que no tendrá a Roca y Francucci, quienes fueron, quizás, sus puntos más altos del certamen.
La figura
Diego Albornoz
El volante de Las Palmas desequilibró constantemente por la derecha, generando muchas situaciones de riesgo por esa banda, sobre todo en el primer tiempo. También fue muy buena la labor de Javier Liendo (ex-Alumni) como uno de los dos mediocampistas centrales del equipo cordobés.
El árbitro
Franco Rodríguez
Floja actuación. Acertó en la tempranera expulsión de Martín Chiatti, pero luego tuvo fallas que incidieron en el desarrollo del encuentro. Después de la mencionada roja, no se animó a expulsar a Facundo Orellana por un claro codazo sobre Flores. Además, en el segundo tiempo expulsó mal a Nicolás Roca en Alumni.
Juan Carlos Olave
“Se lo dedico a mi abuelo”
No fue una tarde más en la historia de Las Palmas. Más allá de la importancia del triunfo conseguido ante Alumni, el club del viejo camino a La Calera vivió con la algarabía a flor de piel durante toda la tarde, y también durante los días previos, la emoción de ver custodiando su arco nada más y nada menos que a Juan Carlos Olave, un ícono de Belgrano que se inició futbolísticamente en los Azules y que ayer volvió “para dar una mano” en el club que lo vio nacer y para despedirse del fútbol.
Cientos de autógrafos, miles de fotografías e infinitos abrazos recibió Juanca desde que llegó hasta que se retiró del estadio y, en uno de los tantos testimonios que brindó a la prensa, no dudó en afirmar: “Sentí emoción y felicidad porque pude colaborar con el equipo para que obtenga un triunfo que necesitaba”.
“Quiero agradecerle a Las Palmas porque fue el club que me formó como persona y a toda la gente del club por todo el cariño que me brindó durante mi carrera”, agregó.
A la vez, sostuvo: “Nací en la Liga Cordobesa y me voy del fútbol en un equipo que pertenece a ella. Yo soy de Córdoba y amo el fútbol de su liga”.
“Amo a este club porque sé lo que hacen sus jugadores y cómo trabaja su gente para mantenerlo en pie”, aseguró.
Por último, y quizás en su discurso más emocionante, Olave remarcó: “Entre tantas otras personas, quiero dedicarle especialmente este triunfo a mi abuelo. Cuando el murió, yo me fui de su velorio para venir a entrenar acá porque lo que él quería era que yo jugara al fútbol. Seguramente desde algún lugar vio el partido y debe estar muy contento por haberme visto defender el arco del club de sus amores”, culminó.