
El León cayó en el cuarto juego por 52-62 y así Ramos Mejía cerró la serie por 3 a 1, quedándose con el ascenso al TNA. Se terminó una temporada histórica para el conjunto de calle San Juan

Escribe Damián Stupenengo
Sin nada que reprocharse y cayendo frente un rival que mostró jerarquía, Ameghino despidió la temporada al caer ante Ramos Mejía LTC por 52-62, que cerró la serie 3 a 1 y se quedó con el ascenso al TNA que estaba en juego.
Fue un juego cargado de emociones. Veinte minutos antes del inicio, la cancha ya explotaba. Totalmente llena y con cánticos, como no había sucedido hasta el momento en toda la temporada. La gente entendió que lo que había en juego era realmente importante y le transmitió calor permanentemente al equipo.
Cuando el juego inició, con seis puntos de Federico Glimberg la visita se puso al frente por 6 a 1 con algo más de un minuto transcurridos en el reloj. Fue el inicio de lo que sería uno de los cuartos con menor goleo de Ameghino en todo el torneo.
En León anotó apenas 6 puntos en los primeros 10 minutos, gracias a los arrebatos individuales de Federico Ferrini.
Ramos se plantó en una zona muy firme a sabiendas de que Ameghino no gozaba de buenos porcentajes de tiros de tres puntos. Y la estrategia le dio resultados, ya que el local tiró un bajísimo 1 de 12 (8%) desde la máxima distancia en ese parcial. Esto fue propiciado porque el bloque defensivo de los bonaerenses obligó a tomar tiros incómodos.
Con un parcial de 14 a 2 cerró el cuarto el equipo de Andrés García, para redondear un 6 a 20 durísimo para el local.
Jerez abrió el segundo cuarto con un triple y Ameghino incurrió en reiteradas pérdidas. Recién con una larga conversión de Ferrini logró romper un largo pasaje de 6´sin anotar goles de campo.
Cristian Verón intentó tomar la posta ofensiva y llevó a los dirigidos por Pablo Castro a hilvanar un 11 a 6 en 7´jugados del segundo porque logró mejorar en defensa, pero aún era escaso lo que producía en ataque.
La comparación en los porcentajes de tiros tras el 19-31 con que se fueron al entretiempo explica la diferencia: 28% contra 55% de Ramos en tiros de campo, 8% del León contra 42% en triple.
La forma en que Ramos cerró los caminos hacia el aro se potenció durante el tercer cuarto, obligando permanentemente a Ameghino a tomar tiros de tres puntos. Uno de Ferrini y otro de Santiago Iglesias recortaron la diferencia, pero con Catalano a la cabeza la visita siempre consiguió responder.
Si bien por momentos el León logró que sea menor a diez la distancia, gracias a una marca con atrape a campo completo, la visita pareció siempre tener respuestas.
Con un parcial de 4 a 0 en los últimos minutos, el local pareció poder cerrar el cuarto algo más cerca, pero una daga de Catalano clavó un 38-50 en el final del tercero.
Con un triple de Piñero la diferencia se fue a 15 en el inicio del último chico. Los minutos se le fueron escurriendo de las manos al equipo villamariense, sin poder descifrar la defensa visitante.
Se jugaron todo el último cuarto en defender a campo completo, dejando hasta lo último que tenían, sin importar lo que quedara en el cronómetro, ni la diferencia. Algunos triples ilusionaron a las más de mil personas que colmaron, otra vez, el estadio de calle San Juan, pero no alcanzó. Ramos Mejía se aferró con todas sus fuerzas a la victoria y selló un 52-62 que lo depositó en el TNA.
Para Ameghino fue el final de la temporada. Perdió la serie quedando a un paso de ascender a la segunda categoría del básquet argentino, pero ganó en muchos otros aspectos. Primero, se fueron de pie, bañados en una lluvia de aplausos, lo cual es una clara muestra de que el público absorbió todo lo que los jugadores dejaron en la cancha.
Casi medio centenar de partidos disputó el León a lo largo del torneo, que dejó postales que quedarán marcadas en la historia del básquet villamariense: hacía más de 30 años que la gente no hacía cola en la puerta de una cancha de básquet para ver a un equipo de la ciudad. Y el estadio rebasó, en los cuartos de final y semifinal, con más de mil personas que, en su gran mayoría, hacía años que no pisaban el club, viendo en primera persona el crecimiento de la institución, no sólo deportivo, sino desde la infraestructura.