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Amistad bajo el agua

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Amistad bajo el agua

Puerto Madryn es sinónimo de ballenas, pingüinos y, aunque no muchos lo sabían, también de lobos marinos. Animales entrañables estos últimos, a los que se puede conocer de cerca gracias a una propuesta que viene ganando cada vez más adeptos. Se trata de excursiones que llevan a bucear con los simpáticos mamíferos, regalando una experiencia única.

Las inmersiones se realizan a lo largo del año en la Reserva Provincial de Punta Loma, ubicada a 17 kilómetros del popular destino turístico, en el noreste de Chubut (1.350 kilómetros al sur de Villa María).

Allí habita una muy nutrida colonia de lobos marinos (unos 600 ejemplares), que por su naturaleza amigable y curiosa reciben a los visitantes con algarabía. Hasta juegan con los humanos, en el esplendor de un mar azul que es su casa, su reino, su vida.

La aventura comienza en Puerto Madryn, desde donde salen los barcos con rumbo a Punta Loma, reserva creada en el año 1967 para proteger, justamente, a los bichos en cuestión. Es una media hora de viaje, en la que los pasajeros pueden disfrutar los salvajes paisajes de la costa patagónica, entre acantilados rocosos, olas insistentes y cantidad de aves autóctonas (como gaviotines sudamericanos y cormoranes), poblando los cielos y las piedras. En el desplazamiento brillan también algunos de los puntos emblemáticos de esta parte del mundo, como Punta Cuevas y Punta Este y las playas Kaiser y Paraná.

Ya en destino se aprecian los famosos lobos descansando muy relajadamente sobre las rocas, emitiendo sus sonidos característicos y absorbiendo las bondades de un sol ejemplar. Pareciera como si estuvieran esperando la llegada de la gente, porque ni bien divisan el barco ya se empiezan a acercar. Empieza la función.

En total, serán 45 minutos de buceo, en grupos que no superan las 20 personas (es el máximo permitido por el Parque). Será tiempo de contacto directo con los Otaria flavescens (tal es su nombre científico), juguetones como pocos en el universo de los habitantes del mar.

Giros y contorsiones, idas y vueltas y hasta algún que otro mordisqueo amistoso forman parte del menú, siempre en la compañía de buzos profesionales que ya son casi parientes de los bigotones animalitos. Dicen los orgullosos locales que no hay otro lugar en el planeta donde se dé una interacción con ellos tan pura y vital.

 

Lo que hay que saber

Para poder participar, quienes no cuenten con un certificado de buceo deberán realizar un pequeño entrenamiento que se lleva a cabo previo a la salida y que consta de una parte teórica y otra práctica.

La contratación del servicio (provisto por distintas empresas de Puerto Madryn) incluye todo el equipo (traje de neopreno, tubo de oxígeno, mascara, patas de rana, etcétera).

Con todo, también existe la opción de experimentar el contacto con los lobos de la mano del snorkeling (nadar en superficie con mascara), que es mucho más sencillo, pero, naturalmente, menos espectacular.