La obra comprende más de tres mil metros cuadrados. Se da en el marco de una acción de la oficina municipal de asistencia a los liberados, buscando su capacitación laboral
Doce personas que cumplen su condena en la cárcel de barrio Belgrano comenzaron a realizar el adoquinado de las tres calles de acceso al penal.
Los hombres están en la etapa final de su tiempo en prisión. Por el momento su tarea no será remunerada porque, argumentaron desde el municipio y desde la Dirección del establecimiento, están en la fase de capacitación.
La obra había sido anunciada por el intendente Martín Gill el 14 de junio pasado y se da en el marco de las acciones que lleva adelante la flamante oficina local de asistencia a liberados.
El mandatario estuvo ayer en el inicio de las tareas, en General Deheza (la calle en la que está ubicada la institución penintenciaria) y Lisandro de la Torre. Allí explicó que había una demanda de pavimentar la arteria, lo que conjugado a la necesidad de inserción social de los presos surgió “un programa de capacitación que se extendió un mes y medio aproximadamente” y que llevó adelante el municipio.
Se capacitó a los internos en la mano de obra y la comuna adquirió el adoquinado. Ayer se inició la tarea de colocación. Serán más de tres mil metros cuadrados, lo que comprende todo el frente del penal y la cuadra que desemboca en la puerta central.
“A partir de esto, venimos trabajando fundamentalmente desde el área de Inclusión en el armado que podrá tener este trabajo para que sean proveedores de servicios que el municipio o terceros requieran, primero asistidos o acompañados y después, ojalá, autónomos”, precisó.
Por su parte, el director de la cárcel, alcalde mayor José Herlan, indicó que este “es el comienzo de un trabajo mancomunado con el municipio”.
Detalló que quienes realizan el adoquinado están en “período de prueba, una fase del tratamiento penitenciario que permita que salgan a trabajar en el ámbito libre”.
Además, especificó que fueron seleccionados por el equipo técnico del establecimiento, conformado por asistentes sociales y psicólogos.
“Por ahora será un trabajo mancomunado entre municipio y la institución y a posteriori se verá la remuneración con la Municipalidad”, contestó ante la consulta sobre el pago por la labor.
Señaló que cerca de la mitad de la población carcelaria está trabajando, en el interior de la Unidad Penitenciaria hacen actividades relacionadas con la carpintería, industria metalúrgica, limpieza de las instalaciones, cocina (efectúan las cuatro comidas diarias), panadería, textil.
“En todos los casos están remunerados. Reciben un incentivo”, apuntó.
En tanto, respecto a lo que es la labor extramuros, precisó que “un interno está trabajando en una panadería, en un proceso de semilibertad”.