Mientras algunos medios se empecinan en apagar el incendio internacional generado con los papeles del estudio panameño Mossack Fonseca, especializado en abrir sociedades offshore, opacas (no transparentes), hay quienes consideran que lo que se ha visto hasta ahora es apenas un fogonazo, que con el tiempo se convertirá en fogata y más tarde en hoguera para devorarse algunos nombres significativos en el panorama internacional. También existen quienes especulan que en esta historia los pirómanos también harán de bomberos para dejar a salvo a sus amigos

La flamante Fiscalía contra la Delincuencia Organizada panameña allanó en las últimas horas un local perteneciente al estudio de abogados Mossack Fonseca, especializado desde los años 70 en la creación de sociedades en paraísos fiscales y escenario del principio de incendio de los llamados Papeles de Panamá, que se hizo voraz a través de los 373 periodistas pertenecientes a medios de muchos países del mundo que forman parte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (International Consortium of Investigative Journalists – ICIJ).

¿Los investigadores hallaron algo en ese lugar desde donde se produjo la filtración confidenciales más grande de la historia, con 11.5 millones de documentos? Sólo bolsas con papel triturado.

«Hemos encontrado gran cantidad de documentación que presuntamente pertenece a la firma», dijo sin embargo el titular de la citada Fiscalía, Javier Caraballo, a pocos minutos de salir del edificio allanado.

Según Caraballo, las autoridades panameñas van a «armar» los papeles triturados para analizar el contenido de dichos documentos.

¿Qué persigue el Gobierno panameño? Limpiar el nombre de su país y tranquilizar a sus ciudadanos que, en cierta manera, se sienten humillados por el escándalo. Es que diversos sectores de la sociedad local criticaron la lentitud del Ministerio Público a la hora de ordenar el registro de las dependencias de Mossack Fonseca, ya que se realizó 10 días después que la fiscal General, Kenia Porcell, anunciara el inicio de la investigación.

“El caso debería llamarse ‘Papeles de Mossack Fonseca’ y no de Panamá”, dicen unos y otros, en tono de protesta.

La periodista argentina Ana María Pinilla comentó a la Agencia Paco Urondo que los pocos comunicadores panameños que integran el Consorcio de Periodistas cuestionan el nombre de “Papeles de Panamá”, porque “en realidad el caso se centra en una firma de abogados que tiene que ver exclusivamente con el capital privado”.

Saliendo del país en el que se encendió la mecha, encontramos a Nikolas Stolpkin, quien en Aporrea ató la modalidad del escándalo a las anteriores famosas filtraciones de Wikileaks, relacionadas con cables del Departamento de Estado estadounidense y sus embajadas por el mundo, la que también fueron reveladas por los grandes medios internacionales a finales de 2010, un par de semanas antes que cayera muerto Mohamed Bouazizi y se desencadenara lo que se denominaría como la “Primavera Arabe”.

“Llama mucho la atención la relación que estas ‘revelaciones’ también se dan a través de los grandes medios de comunicación occidentales… No hay que olvidar, entonces, que la difusión de aquellos cables, a través de los grandes medios, contribuyeron en parte a la desestabilización del Medio Oriente y el Magreb”.

Stolpkin pasó a preguntarse, entonces, ¿de dónde proviene tamaña filtración? Del diario alemán Sueddeutsche Zeitung que, para procesar tamaña cantidad de información, la compartió con el Consorcio Internacional, creado en 1997 por iniciativa del Center for Public Integrity.

Y un par de preguntas más…

-¿Quién financia al Center for Public Integrity? Puras perlas. Las más destacables: Rockefeller Brothers Fund, Rockefeller Family Fund, Open Society Foundations, Ford Foundation, Carnegie Corporation of New York, etcétera.

-¿Quién financia al ICIJ? Entre los más destacados se encuentran la Open Society Foundations y Ford Foundation. La primera está directamente ligada con el conocido especulador financiero George Soros que, a su vez, es miembro activo del Council on Foreign Relations (CFR), la estructura más influyente de la política exterior estadounidense. La segunda es una fundación que históricamente ha estado relacionada con la CIA”.

Stolpkin aclara: “No es que pongamos en duda las ‘revelaciones’ de millones de documentos en manos de la ICIJ. Lo que ponemos en duda es el objetivo que buscan tales ‘revelaciones’. Porque todos sabemos que estas prácticas del gran capital y los paraísos fiscales existen, y desde hace mucho que existen, lo que nunca sabemos son los nombres de quienes han transferido activos a estos paraísos fiscales. Pues bien, con el ‘Panamá Papers’ se revelaron los nombres que posee la firma Mossack Fonseca”.

Si el razonamiento fuera en la dirección correcta, a la siguiente pregunta la formulamos desde Peso Específico:

-¿Cuál es el fin del capital económico o de la CIA o de los Estados Unidos en todo esto?

-“El mensaje que está enviando el asunto ‘Panamá Papers’ es que los capitales ya no están seguros en paraísos fiscales como Panamá, que en este caso resulta ser el gran chivo expiatorio. Por lo que los grandes capitales podrían verse obligados a trasladar sus activos a un lugar más seguro y con menos restricciones”, responde Stolpkin.

Un lugar más seguro

El 27 de enero de este año, la afamada compañía de información financiera Bloomberg publicaba un interesante artículo firmado por Jesse Drucker, periodista de investigación, en el que destacaba que Estados Unidos se estaba convirtiendo en el «paraíso fiscal favorito de las grandes fortunas».

Según el artículo, el director de Rothschild & Co, Andrew Penney, aconsejaba a los grandes capitales a trasladar sus fortunas a Estados Unidos porque se había convertido en la «mejor opción».

Y efectivamente, ya existen firmas proveedores de servicios en paraísos fiscales que están trasladando sus clientes a Estados Unidos, según señalaba. Pero, ¿por qué Estados Unidos? Porque simplemente no está dispuesto a plegarse a las nuevas normativas de la OCDE firmadas en 2014 (CRS o Norma de Información Común), la cual busca aumentar las medidas de control y transparencia para las cuentas bancarias depositadas en el extranjero. El artículo señala, y mucha atención aquí: «La firma (Rothschild & Co) dice que su desembarco en Reno (Estados Unidos) responde al interés de las familias de todo el mundo por la estabilidad de EE.UU.».

¿O sea que toda esta cuestión (si no la queremos llamar “operación”) de los «Panamá Papers» trata más bien de una maniobra de shock para que los grandes capitales se vean obligados a trasladar sus capitales a una zona segura y así, de paso, eliminar cierta competencia?

Olvidémonos de si fulano o mengano aparece en los «Panamá Papers», porque si son amigos como Mauricio Macri o David Cameron, los iremos a rescatar como buenos gendarmes del mundo que somos; si son enemigos, como el pedante Vladimir Putin, que cuerpea en Ucrania, Siria e impulsa los BRICS, o el díscolo islandés Sigmundur Gunnlaugsson, que se niega a los ajustes, que se incineren… ¿Esto quiere decir que estamos ante una trama cinematográfica de la Guerra Fría, proveniente de una mente brillante y fabuladora a escala mundial?

Francisco Cantamutto, economista (UNS, Argentina) y Maestro en Ciencias Sociales (FLACSO, México), está alejado de las intrigas propias del espionaje y basa su análisis en los datos de la realidad.

Para él, según escribió en Marcha, “esta asociación de periodistas creada en 1997 no es exactamente neutral”. Cantamutto explicó en ese medio que el propio Julián Assange, hizo saber que “la misma es financiada también por Organized Crime and Corruption Reporting Project y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), esta última de las más importantes operadoras del Gobierno de los Estados Unidos.

Estados Unidos puede aprovechar

Con todo, el catedrático criollo dice que “el origen no debe opacar los hallazgos reales”.

“De hecho, a partir del escándalo y dado que Estados Unidos cuenta con sus propias zonas de secrecía -Delaware, Wyoming, Nevada-, de mucha mayor escala que Panamá: los estadounidenses pueden aprovechar sus propios “paraísos”.

“En el listado se ha visto afectado, por ejemplo, el primer ministro británico Cameron, que tras mentir públicamente tres veces al respecto, debió aceptar haber obtenido rédito de una sociedad creada por su padre”, dijo el profesor de la UBA, pero este fin de semana Obama anduvo a los abrazos y comiendo hot dog con él, apoyándolo en la campaña por la permanencia del reino unido en la UE.

“El diario alemán Süddeutsche Zeitung se sorprendió del trato amable que la prensa argentina dio al presidente Macri”, expresó Cantamutto, para aclarar luego que “los representantes por Argentina en el ICIJ son periodistas de La Nación y Canal 13, para quienes la búsqueda primaria era la expresidenta Cristina Fernández, y tropezaron con varios casos alrededor del ahora presidente Macri.

No importa, vamos, y abrazamos al presidente, lo elogiamos repetidamente y le solucionamos el problema del default a través del juez Thomas Griesa.

La lista “Castellani”

Ahora bien, al presidente argentino lo van a tener que proteger un poco más, porque la investigadora de Conicet y UNSam, Ana Castellani, ubicó a siete funcionarios del gabinete nacional con cuentas offshore:

-Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Involucrado en Kalushy SA, en Panamá. Avruj señaló que la empresa fue creada por la ONG B’nai B’rith, para la que trabajó. La organización lo negó de manera contundente.

-Carlos Augusto Lo Turco, subsecretario Legal del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas. Involucrado en Marbira SA, en Panamá.

-Jesús María Silveyra, subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agroindustria. Involucrado en Trafimex SA Holding Corporation, en Panamá.

-Clarisa Lifsic, secretaria de Promoción de Inversiones del Ministerio de Comunicaciones. Involucrada en cuatro empresas en Chipre desde mediados de los años 90, de las cuales tres continúan activas a la fecha. Orsett Investments Limited, Emerging Ukranian Limited, Ukranian Dolphin Limited y Prior Investments Limited.

-Hugo Darío Miguel, subsecretario de Planeamiento en la Secretaría de Tecnología de la Información y las Comunicaciones del Ministerio de Comunicaciones. Involucrado en Tesacom, Panamá SA.

-Jorge Braulio Norverto, subsecretario de Ciberdefensa en el Ministerio de Defensa. Involucrado en La Jotabe, en Florida.

-María Paula Schiappapietra, subsecretaria de Comercialización de la Economía Social de la Secretaría de Coordinación y Monitoreo Institucional del Ministerio de Desarrollo Social. Involucrada en Los Didis, en Florida.

Por supuesto, hay que agregar al listado al mismo presidente Macri con al menos dos sociedades registradas en Panamá que lo ubican como director, Fleg Trading y Kagemusha.

El no era el objetivo

Andrés Ruggeri, antropólogo social y director del programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires, es otro de los que estima que “Macri y los Macri del mundo no eran el objetivo principal, sino los ‘malos’ de la geopolítica mundial, los adversarios, reales o imaginarios, progresistas o no, de los poderes dominantes, entre los que podemos encontrar a Putin, Xi Jinping, Assad y, seguramente, esperaban encontrar a Cristina de Kirchner, Nicolás Maduro, Lula da Silva o Rafael Correa”.

Eso sí, aclara que “la luna de miel de Macri con Obama o los poderosos de Davos durará más bien poco”, puesto que de momento “comparte cartel con presidentes y expresidentes o dictadores de países como Sudán, Arabia Saudita, Jordania o Azerbaiyán”.

El analista político Omar Jaén dijo por su parte que “llama la atención la marcada presencia en todo esto de la entidad financiera europea Rothschild, la cual tiene una fuerte influencia en la Reserva Federal estadounidense y otros importantes bancos con sede en Suiza, islas Bermudas y Caimán”.

«Hay que recordar que ésta ha abierto y trasladado las fortunas de sus clientes extranjeros a sus nuevas sucursales en los estados de Nevada y Dakota del Sur (Estados Unidos), donde no están sujetas a la normativa de divulgación de información, promoviendo la confidencialidad y la baja fiscalización», recalcó.

Por último, decir que para el director de Gaceta Mercantil, Julio Villalonga, “lo real es que ya nadie está exento de ser investigado, si ejerce el poder desde el Estado o si se beneficia de éste desde la órbita privada”.

“Todo indica que ya nada será igual y que los documentos son apenas el comienzo de un nuevo “raid” mediático-legal, al estilo de los Wikileaks y otros «leaks» semejantes. Pero habrá más informaciones para este boletín”, concluyó en el análisis inicial del tema en su medio.

Pues, eso mismo, todo esto no termina acá. Punto final… por ahora.

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