

La avenida Libertad de Villa Nueva padece cada vez más el paso de los camiones y, a pesar de los anuncios en el municipio y la Provincia, agrava la situación de los vecinos en una buena parte de la ciudad que va creciendo.
En la esquina de Libertad y Deán Funes, frente a la Escuela Bolivia, por donde circulan cientos de chicos, muchos pudieron comprobar en los últimos días que la avenida se tornó intransitable. Y en ese aspecto, EL DIARIO contabilizó, entre las 13.30 y las 14, el paso de nada menos que 120 camiones el jueves y un poco menos el viernes.
Uno tras otro, de doble cabina, de gran porte, de mucho peso, de bastante ruido… Hay camiones de todo tipo que se apilan, que molestan, que rompen.
En ese sentido, si bien es un problema de muchos años, parece que la situación se agrava, tanto que hasta los vecinos prácticamente buscan las calles paralelas para desplazarse, ya que suelen esperar más de la cuenta.
Si en avenida Libertad los autos se animan a circularla y la fila por delante supera el número de dos camiones, resulta imposible llegar a tiempo cuando el semáforo se pone en verde.
“Querer cruzar la Libertad, a veces, demora el mismo tiempo que demoran los villamarienses esperando el tren de pasajeros”, señalan los vecinos.
Cuando días atrás el propio gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, aterrizó en un campo de Villa Nueva en su helicóptero, tuvo que recorrer esa angosta ruta provincial 2 que se une con Libertad para llegar a la plaza Capitán de los Andes. Conoció el paño, pero luego le tiró la responsabilidad a la Nación, dejando supeditada la obra a quienes no conocen la problemática. Todo por una cuestión de presupuesto.
El intendente Natalio Graglia y el exmandatario, Marcelo Frossasco, en representación de la Provincia, confirmaron que habrá controles para los camiones que circulen por la zona, aunque faltan algunos detalles para avanzar en los mismos.
El jueves al mediodía, hasta las 13.30, dos policías municipales organizaron el tránsito y priorizaron el pase de los peatones, sobre todo por la cantidad de niños que salen o entran a la escuela. Pero los camiones no dejaron de pasar. Y nadie pudo hacer nada.
Casi nueve años atrás murieron allí Julián Montelirio (6 años) y Yanina Marioni (25 años), nieto y nuera del extécnico de Alem, Antonio “Mono” Mazzini, quien siempre luchó para frenar el paso de los camiones.
Al contrario de su sueño, la situación se agrava y la tan esperada avenida circunvalación sólo es un anuncio.