
La profesional de la salud apuntó que son dos caras de un mismo síntoma y no los llamó trastornos de la alimentación. Consideró que el amor “cura”

Escribe: Diego Bengoa
DE NUESTRA REDACCION
La psicóloga Marta Goldenberg sostuvo que la bulimia y la anorexia “son dos caras de un mismo síntoma” y recalcó que “no se trata de comida, sino de un pedido de amor”. Además dijo que nos los llama trastornos de la alimentación.
Goldenberg pertenece a la Asociación Mundial de Psicoanálisis y es analista miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana. Ejerce en Córdoba y en Villa María. En una de sus visitas a la ciudad fue abordada por EL DIARIO sobre este tema.
“Es un síntoma y el psicoanálisis trata al síntoma. La bulimia y la anorexia son dos caras de un mismo síntoma”, aclaró la profesional.
Tras destacar que “no se trata de comida”, contextualizó: “Lo que se interpreta habitualmente por otros profesionales que no son analistas es que hay un objeto que puede curar la anorexia. Entonces hay una serie de prohibiciones, de reglamentaciones, se establece que tiene que comer esto, que no tiene que comer lo otro. Pero no se trata de eso, sino de amor”.
Y dijo que a ese pedido de amor “se lo malinterpreta, no se lo entiende”.
-¿Amor de pareja, de amigos?
-Exacto. Y aunque ahora se da también en varones, fundamentalmente está en las adolescentes, donde hay un real que aparece en el cuerpo, los caracteres secundarios, la menstruación. Hay algo que no se sabe hacer con ese cuerpo. Lacan dice que a lo que más le tenemos miedo es al cuerpo. Entonces esta señorita no sabe qué hacer con su imagen, que es la que muchas veces le devuelve el espejo, una imagen distorsionada.
No se tiene que apelar a la comida como solución o restricción de esa pregunta que ellas mismas se hacen, sino tratar cómo el sujeto va separándose de ese “otro” materno para encontrar su propio deseo. Es el deseo el que está complicado en estos casos.
-Usted habla de un pedido de amor. ¿Puede ocurrir que la persona se sienta amada pero se vea fea y se desencadene la bulimia o la anorexia?
-Absolutamente.
-Está también ligado a la cultura de la imagen…
-Absolutamente. Hay un predominio de lo imaginario, de los modelos que uno ve en la televisión o en las revistas. Entonces en lugar de trabajar su propio real se fomenta el imaginario del otro. Más que fomentar esto, hay que llevar a aceptar lo propio.
-¿Ese pedido de amor también puede ser anulado por la persona? Porque puede ocurrir que realice actos contrarios a concretar ese amor que busca.
-Nosotros escuchamos en primer lugar esa queja de la persona y que esa queja le vuelva como imagen invertida, para que se pregunte qué parte tiene la persona en lo cual se queja. Es una pregunta que ya se hace Freud con sus histéricas. Y una cuestión es la soledad y otra el aislamiento, que es el exceso de soledad. Y en todo esto aparece una aspiración a la perfección: cara, lolas, cuerpo perfecto, la adicción a las cirugías desde tan temprano.
Es una ilusión a la cual los padres también son cómplices de no poder decir que no.
-¿Podemos concluir en que el amor es un paso fuerte para el fin de estas problemáticas?
-Me parece que sí. El amor de transferencia, que es el nuevo amor que el psicoanálisis propone y sobre lo cual está sentado el psicoanálisis. Es un nuevo amor que se enlaza al otro que sabe algo de mí, se le transfiere un saber acerca de lo que es enigmático o que me hace preguntas a mí. Eso es lo que de alguna manera cura: cura de la insatisfacción, de las exigencias, del superyo.