Escribe: Federico Jelic
ENVIADO ESPECIAL PARA EL DIARIO
No tenía tonada cordobesa para nada, pero al identificar nuestro acento, se acercó a preguntar a qué parte de la provincia pertenecíamos. “Yo vivía en Villa María. Mis padres vivieron un tiempo allí, estuvimos ocho años, tengo amigos y los mejores recuerdos. Todos los años trato de ir a visitar a mi gente”. Canadiense de nacimiento, Danny Edgecombe (su apellido no fue fácil del todo de interpretar). Vestía un poncho a lo gaucho, de color celeste en su mayoría, acompañado de su mujer, colorada y con pecas, bien al estilo anglosajón.
“Estuve en Villa María trabajando con mis padres, en una iglesia en calidad de misioneros, aunque no con esa función en realidad. Somos de la iglesia evangélica y pasé buenos momentos”, cuenta “Daniel”, quien simplemente es conocido con el apodo “Canadiense”. “Tengo amigos hinchas de Belgrano y de Alumni, y claro, también tengo simpatía por Alumni”, agregó mientras caminaba hacia el sector de plateas. Además practicó deportes, como el rugby, en Jockey Club, y recuerda con cariño los festivales en el “Anfi”.
Vive en Estados Unidos, cerca de Seattle, y se acercó sólo para alentar a la selección argentina (“mi segundo país, mi segunda casa”, como aclaró) y a ver a Lionel Messi: “Es muy lindo ver gente de Córdoba. Espero regresar pronto. Argentina tiene que ganar esta Copa, ojalá lleguemos a la final. Yo voy a seguir acompañando”.
Siempre, donde juegue Argentina, habrá alguien de Villa María. Está escrito en alguna parte.