Dr. Ariel Arias
MEDICO CIRUJANO MP: 32495
ESPECIALISTA EN CIRUGIA DE CABEZA Y CUELLO MP: 17760
El carcinoma escamoso de la cabeza y el cuello, con una incidencia global de más de 500.000 casos y 200.000 muertes anuales, es la principal causa de mortalidad y discapacidad en muchas partes del mundo.
Afecta principalmente a personas en el grupo etario productivo, pese a que esta morbilidad y mortalidad es evitable.
Para atraer la atención mundial acerca del cuidado eficaz y control del carcinoma escamoso de la cabeza y el cuello, la Federación Internacional de Sociedades de Oncología de la Cabeza y el Cuello (Ifhnos) declaró al 27 de julio como el Día Mundial del Cáncer de la Cabeza y el Cuello.
¿Qué es un cáncer de cabeza y cuello?: Se designa con la denominación genérica de cáncer de cabeza y cuello a un amplio grupo de tumores malignos que afectan a diferentes estructuras de esta región del organismo. El mayor porcentaje lo ocupa el cáncer de tipo escamoso.
Comprende fundamentalmente el cáncer de boca, cáncer de faringe, el cáncer de laringe, el cáncer de fosas nasales y senos paranasales y el de glándulas salivales. No se incluye en este grupo otros tipos de cáncer que también afectan a la cabeza o cuello, como el cáncer de cerebro, los cánceres que afectan al ojo, esófago, tiroides, piel y huesos de la cabeza.
Es el sexto cáncer más común diagnosticado en todo el mundo y la octava causa más común de muerte por cáncer.
Los cánceres de cabeza y cuello representan cerca de 3% al 5% de todos los cánceres en Estados Unidos y son casi dos veces más comunes en los hombres que en las mujeres. Los cánceres de cabeza y cuello son también diagnosticados con más frecuencia entre personas que tienen más de 50 años de edad que entre personas más jóvenes.
Los síntomas: Los síntomas del cáncer de cabeza y cuello varían según su localización, éstos pueden ser:
Los que se ubican en cavidad oral, precisamente en labios, lengua, debajo de la lengua (piso de la boca), en la encía, en el revestimiento de la superficie interna de las mejillas y en paladar anterior o duro, pueden presentarse como una “mancha” blanca o roja, como una “llaga” o úlcera, como un nódulo indurado, por sangrado o simplemente como una zona dolorosa a la palpación, al roce con los dientes o con la prótesis dentaria.
Los que se ubican en la faringe (región posterior de fosas nasales, amígdalas, paladar blando, hipofaringe), pueden manifestarse con dificultad para respirar o para hablar; dolor al pasar el bolo alimenticio, dolor en el cuello o en la garganta que no desaparece, dolores de cabeza frecuentes, dolor o zumbido en los oídos, dificultad para oír.
Los que se ubican en la laringe (cuerdas vocales), los síntomas incluyen ronquera o disfonía, molestia o dificultad para comer, dolor en el cuello, la mandíbula o el oído, un bulto o inflamación en el cuello o una sensación de obstrucción en la garganta.
En senos paranasales y cavidad nasal, congestión que no mejora con tratamiento habitual con antibióticos, sangrado por la nariz, dolores frecuentes de cabeza, inflamación u otros problemas de ojos, dolor en los dientes superiores o problemas con las prótesis dentales.
En las glándulas salivales, hinchazón debajo del mentón o alrededor de la mandíbula, adormecimiento o parálisis de los músculos en la cara o dolor que no desaparece en la cara, mentón o cuello.
Otra modalidad de presentación es por la presencia de nódulos o bultos (ganglios) en la región lateral del cuello, que crecen de tamaño y que pueden ser múltiples, bilaterales o no, dolorosos o no. Esto podría corresponder a una metástasis de un tumor ubicado en las zonas antes mencionadas y por lo tanto, es algo importante para el médico que evalúa al paciente debido a que ante su presencia lo primero que se debe sospechar es una lesión oculta que comenzó una etapa de diseminación y que merece un exhaustivo examen fisico completo para detectarla lo antes posible.
Las causas: El uso de alcohol y de tabaco (incluso el tabaco sin humo, llamado algunas veces «tabaco de mascar» o «rapé») son los dos factores de riesgo más importantes de los cánceres de cabeza y cuello, especialmente los cánceres de la cavidad oral, como así también los de la vía aérea y digestiva alta (faringe y laringe). Por lo menos, 75% de los cánceres de cabeza y cuello son causados por el consumo excesivo de tabaco y de alcohol. Las personas que usan tanto tabaco como alcohol tienen un riesgo mayor de presentar estos cánceres que las personas que usan sólo tabaco o sólo alcohol.
Existen virus capaces también de generar alteraciones celulares que luego podrán transformarse en cáncer de esta región. Entre los más estudiados se encuentran el virus del papiloma humano (HPV), en particular los cánceres de orofaringe que implican las amígdalas o la base de la lengua. Otro de los virus muy investigados y que se relaciona con tumores malignos de cabeza y cuello es el virus de Epstein Barr.
Demás factores de riesgo de los cánceres de cabeza y cuello son:
El consumo de mate cebado, con agua a muy alta temperatura es un agente irritante del revestimiento interno de la cavidad oral y faringe. No es considerado un factor de riesgo directo pero en diferentes estudios ha sido asociado como factor de riesgo para cáncer de cavidad oral y faringe.
El consumo de ciertos alimentos salados o preservados durante la niñez es un factor de riesgo de cáncer de nasofaringe.
La escasa e inadecuada higiene bucal puede ser factor de riesgo leve para el desarrollo de cáncer de la cavidad oral. También lesiones en la encía ocasionada por el roce de las prótesis dentarias pueden ser irritantes y sostenidas en el tiempo transformase en factor de riesgo.
Las personas con ciertos oficios, como el de la industria de la madera, de los químicos, de la construcción, metalurgia, textil, cerámica pueden sufrir un riesgo mayor de desarrollo de cáncer de cabeza y cuello debido a la inhalación de productos tóxicos si este hábito, es mantenido en el tiempo.
La exposición a radiaciones ultravioletas en la cabeza y al cuello, para el tratamiento de otras enfermedades cancerosas o no, es un factor de riesgo de cáncer de glándulas salivales.
Disminuir el riesgo: Las personas con excesivo consumo de alcohol y tabaco tienen un riesgo de padecer cánceres de cabeza y cuello, estos pacientes deberán consultar a su médico con la finalidad recibir toda la información necesaria, ser examinados físicamente y fundamentalmente de disminuir el consumo de los tóxicos con el apoyo de especialistas y así de manera profesional y multidisciplinaria reducir su riesgo. Deberán también hablar con sus médicos de la frecuencia de los exámenes de seguimiento. Es importantísimo el control periódico con el odontólogo pues en muchos casos es quien realiza un diagnóstico precoz de lesiones asintomáticas sólo con una simple inspección de la cavidad oral de rutina.
El diagnóstico: Para encontrar la causa de los signos o síntomas de un problema en la zona de la cabeza y del cuello, el médico evalúa los antecedentes médicos de la persona, lleva a cabo un examen físico y ordena pruebas de diagnóstico. Los exámenes y las pruebas pueden variar dependiendo de los síntomas. Siempre es necesario examinar una muestra de tejido al microscopio para confirmar un diagnóstico de cáncer.
Si el diagnóstico es de cáncer, el médico querrá saber la etapa o extensión (estadío) de la enfermedad. La estadificación es un intento cuidadoso de descubrir si el cáncer se ha diseminado y, si es así, a qué partes del cuerpo. La estadificación quizás requiera exámenes con anestesia (en un quirófano), radiografías y otros procedimientos de exploración con imágenes y análisis de laboratorio. Al saber cuál es el estadio de la enfermedad, el médico podrá planificar un tratamiento.
Tratamiento: El plan de tratamiento para cada paciente depende de un número de factores, tales como la ubicación exacta del tumor, la estadificación del cáncer, la edad y la salud general de la persona. El tratamiento para el cáncer de cabeza y cuello puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida o una combinación de tratamientos. En la actualidad el tratamiento de este tipo de patología es multidisciplinario y por lo tanto la modalidad terapéutica y de seguimiento surge de una fluida comunicación entre diferentes profesionales como son el cirujano de cabeza y cuello, el oncólogo, el radioterapeuta, el nutricionista, el fonoaudiólogo. Cada caso debe ser evaluado en integridad, valorando ventajas y desventajas del tratamiento que se ofrece.
El cáncer de cabeza y cuello comprende un amplio grupo de tumores malignos que han sido muy estudiados en los últimos años, debido a que representa una de las principales causas de incapacidad y de muerte en el mundo entero. Es importante su diagnóstico temprano y su correcto tratamiento, para ello es necesario que el paciente sea manejado por profesionales especializados en el área.