En defensa de la educación pública, el viernes tocó en la plaza Centenario la banda Madre Chicha, que se destaca siempre por exponer su arte al servicio de la naturaleza.
La Pachamama y la Madre Tierra son indispensables en la música de esta banda local que sobrepasa las fronteras de la ciudad. Y precisamente, la Pachamama no habla de la Tierra en sí mismo, sino en su conjunto, en todo lo humano, en lo que engloba lo mágico viviente de este planeta.
Es por ellos que, entre tantos oyentes que llegaron a la plaza, los músicos tuvieron un seguidor especial, un perrito que buscó calentarse sobre la alfombra puesta para la ocasión y, de paso, se prendió a la onda de Madre Chica. Un canto a la naturaleza.