Diferentes organizaciones solidarias llevaron a cabo festejos masivos para el Día del Niño en la ciudad y en Villa Nueva
En días como los del domingo, es posible asegurar que en la ciudad hay mucha gente solidaria. El Día del Niño es una de las ocasiones que más mueve a muchas de las personas que trabajan silenciosamente durante todo el año para aquellos que menos tienen.
Y este fin de semana quedó evidenciado por la cantidad de niños que disfrutaron de los festejos que se realizaron en varios puntos de la ciudad.
Uno de los casos fue el de Las Iguanas Solidarias, que luego de realizar un enorme evento en el Anfiteatro el domingo pasado, del cual participaron miles de niños, esta vez decidieron visitar a los pequeños que se encuentran internados en el área de Pediatría del Hospital Pasteur.
Fue tal la colaboración que recibieron en su momento que ante el sobrante de juguetes que no lograron entregar en el “Anfi”, no dudaron en destinarlos a sacarles una sonrisa a los niños que se recuperan en el centro de salud.
Por su parte, los integrantes de Ciudadanos Solidarios en Acción llevaron la celebración por los barrios. Con el “Sapo Pepe” y “Minnie” recorrieron siete sectores de la ciudad, llevando golosinas y presentes para los niños.
Desde el grupo estiman que fueron unas 500 las personas (entre niños y padres) los que disfrutaron de la iniciativa.
El recorrido incluyó el centro vecinal del barrio San Martín, el merendero «El Maná del Cielo» en ese mismo barrio, el comedor «Niños Felices» de barrio Nicolás Avellaneda, el centro vecinal del barrio Lamadrid, el comedor «Caritas Felices» de barrio La Calera, la plaza del barrio Botta y la biblioteca «Eva Perón» en Los Olmos.
El Ministerio Presencia de Dios también festejó el Día del Niño el domingo. Ahí, fueron más de 120 los niños que participaron de las actividades y sorteos.
En Villa Nueva, el Comedor Maná, que viene realizando desde hace seis años un trabajo solidario en el barrio Las Quintas, logró reunir a 150 pequeños a quienes les ofrecieron un show de magia, el almuerzo, regalos y un pelotero. “No tenemos un lugar, sino que les damos la comida en un terreno baldío y con unos tablones”, indicaron.
Todos coinciden en una cosa: “Las cosas se hacen a pulmón”. El esfuerzo no es sólo de los que estuvieron activamente en los lugares junto a los niños, que fueron incluso más de los que se mencionan en esta nota, sino también de todos los que aportaron donaciones de juguetes, golosinas o dinero para sacarles una sonrisa.
