Escribe Pepo Garay
Especial para EL DIARIO
Ubicación: Centro del Valle de Punilla
Distancia: 225 kilómetros al noroeste de Villa María
Población: 16.000 habitantes
1 – Frescura en la naturaleza: durante el verano, e incluso el resto del año, los espacios que realmente brillan en La Falda y su área de influencia son los protagonizados por el agua. Oasis de frescura que se reparten en la geografía circundante, siempre con un marcado ambiente familiar.
Son referentes de chapuzones y días de sol, rincones como el Dique La Falda, sus afluentes río San Francisco y el arroyo Las Higueritas, el Balneario 7 Cascadas (privado, incluye un espectacular sector con saltos de agua, piscinas, toboganes acuáticos y amplios espacios verdes), el bello ambiente rocoso de Cascadas de Olaén (unos 20 kilómetros al oeste del centro, en la plenitud de la Pampa de Olaén), la Cascada Las Bandurrias y la bajada al río Pintos (ambos cerquita del complejo de Cascadas de Olaén).
2 – Escapadas por la montaña: a la hora de la aventura, bien viene salir a descubrir las virtudes de las Sierras Chicas. El cordón montañoso se ubica en el sector este de La Falda, y presenta propuestas como el Camino El Dragón (para besarle los secretos al cerro desde el Hotel se camina entre 1 y 2 horas, ida y vuelta), el Cerro La Banderita (llegar a la cima y sus 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar demanda unas 4 horas ida y vuelta, también desde el Hotel Edén, pasando por la Laguna de Los Patos y el paraje El Chorrito) y el Camino de Bella Vista (otro generador de postales del Valle de Punilla, hace falta una hora de marcha en subida para domar la cima del cerro).
También, desde el vecino Valle Hermoso, se puede acceder en auto al Camino del Cuadrado, que en 35 kilómetros de pinturas en ladera conecta con el Valle de las Sierras Chicas (en rumbo este).
3 – Días y noches en la avenida Edén: la avenida Edén, una de las más famosas de las sierras cordobesas, se despliega animada en tanto columna vertebral del municipio. Una decena de cuadras en las que el visitante se topa con cantidad de restaurantes, bares, cafés, hoteles y locales comerciales varios.
De noche, el área adquiere aún mayor movimiento, muchas veces de la mano de espectáculos callejeros y música en vivo. Los patios cerveceros, al caer el sol, potencian la propuesta.
4 – Circuito religioso: si bien la mayoría de las localidades del Valle de Punilla ostentan varios atractivos relacionados con la religión, pocas o ninguna pueden presumir del portfolio de La Falda en cuanto a manifestaciones de fe se trata.
En ese sentido, hay que resaltar sitios como la Parroquia Santísimo Sacramento y la Capilla Sagrado Corazón (ambas ubicadas en pleno centro), la obra de los misioneros Retiro Betania, la Gruta de la Virgen de los Pobres (cerca del Retiro) y la estatua del Padre Pío (emplazada en un balcón natural con hermosas vistas del valle).
En la zona de Pampa de Olaén, pertrechadas de aura campestre y embrujo, sorprenden al viajero la Capilla de Santa Bárbara (construida a mediados del siglo XVIII), la Capilla del Rosario del Milagro y fundamentalmente la Estancia La Candelaria, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco junto al resto de estancias jesuíticas de Córdoba (se sitúa 50 kilómetros al oeste del centro, camino de ripio mediante).
5 – Ese Hotel tan especial: encendido de misterios e historias, el mítico Hotel Edén se presenta como uno de los íconos más famosos del Valle de Punilla. Nació casi al mismo tiempo que La Falda, allá por finales del siglo XIX. En sus primeras décadas de vida, época doradas, recibió visitas ilustres como las de Albert Einstein, Rubén Darío y el Príncipe de Gales, entre muchas otras.
Hoy, y luego de años y años de abandono, el Edén ha recuperado algo de su perfil de antaño. A la colosal estructura, de remozados y amplios espacios interiores, se la puede conocer gracias a visitas guiadas diurnas y nocturnas. También es posible alojarse en la llamada Posada del Edén, que se asienta en la preciosa área de jardines.