¿Se puede ser feliz en la oficina?
Qué significa ser feliz en el trabajo? A lo largo del tiempo se realizaron muchas investigaciones abordando esta temática y todas coinciden en que la felicidad en el trabajo no sólo depende de la satisfacción con la tarea que se lleva a cabo ni tampoco está relacionada exclusivamente con el nivel de remuneración. Al parecer, otros valores comienzan a ganar protagonismo para que el trabajo cobre un significado positivo más allá de la cuestión económica, como el aprendizaje, la creatividad, las relaciones personales, el reconocimiento, la seguridad, el equilibro entre la vida laboral y la vida personal, entre otros.
Así como mucho se habla sobre la felicidad en el trabajo, casi nada se ha dicho sobre el fuerte impacto que el entorno físico tiene sobre las emociones y la percepción de bienestar de los trabajadores. El lugar de trabajo no solo debe satisfacer las necesidades básicas de las personas (confort, salud y seguridad), sino también sus necesidades emocionales más profundas. “Si bien las tendencias actuales apuntan a tener una modalidad de trabajo más flexible y móvil, las personas pasan la mayor parte de su día en la oficina, es por eso que el diseño del espacio de trabajo cumple un rol decisivo para alcanzar el objetivo de tener una oficina feliz”, explicó Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces, una empresa con presencia en gran parte del continente americano que se dedica a la conceptualización, diseño y construcción de espacios de trabajo.
El diseño de un espacio de trabajo feliz
Para allanar el camino hacia una fuerza de trabajo feliz, productiva y de buen ánimo es necesario reforzar los estímulos placenteros, positivos y edificantes. Desde el punto de vista del diseño, la oficina no sólo debe dar un soporte eficiente a las tareas que se realizan, sino también promover el bienestar y satisfacción de las personas. Será necesario además saber incentivarlas y conectarlas con tareas y proyectos que les hagan sentir pasión y compromiso dentro de una cultura organizacional que favorezca el desarrollo de todo su potencial. Como expertos en espacios de trabajo, desde Contract Workplaces proponen una serie de estrategias de diseño que contribuyen a alcanzar el objetivo de tener una oficina feliz:
-Procurar acceso a la luz natural: el uso de divisores vidriados, la utilización de paneles bajos en los puestos de trabajo y sobre todo la distribución de las áreas de trabajo operativo por sobre las jerárquicas en zonas de mayor incidencia de luz natural.
-Ofrecer contacto con la naturaleza: a través de tener vistas al exterior, especialmente en los espacios de uso compartido, y la creación de un entorno más natural dentro del espacio de trabajo, que incluya el aporte de plantas, muros verdes y terrazas accesibles.
-Velar por la calidad del aire interior: mantener un buen nivel de ventilación y humedad junto con una temperatura adecuada, tanto en verano como en invierno.
-Disminuir el ruido: para alcanzar un buen nivel de confort acústico que permita reducir las distracciones y mantener la privacidad sin afectar la necesidad de comunicación y los beneficios de la interacción, hará falta una buena planificación del espacio de trabajo. La aplicación de estrategias de acondicionamiento ayudará a reducir el nivel de ruido y las distracciones en la oficina.
-Establecer un buen balance entre espacios de colaboración y privacidad: identificar las necesidades de interacción, privacidad y concentración permitirá aplicar los conceptos de zonificación más adecuados. Para poder lograr una interacción exitosa es necesario ofrecer condiciones de privacidad que permitan controlar el nivel de disponibilidad hacia los demás; se debe pensar en un enfoque equitativo entre las distintas áreas.
-Ofrecer diversos “amenities” y servicios complementarios: una gama de espacios para satisfacer las necesidades físicas y psicológicas de los empleados, destinadas a actividades tales como clases de yoga, ejercicio, descanso o recreación, ayuda a combatir estados de ánimo que atentan contra el bienestar y el buen rendimiento.
Impacto positivo
La retribución por el trabajo realizado no es determinante en la percepción de satisfacción, bienestar y felicidad en el trabajo. Hay otras facetas que juegan un papel importante y que, generalmente, están interrelacionadas. Estudios sobre habitabilidad en entornos de gran exigencia, donde el espacio físico puede ser determinante para el bienestar y la supervivencia de las personas, ponen en evidencia el alto impacto que el diseño del ambiente de trabajo posee sobre los estados de ánimo y comportamiento de las personas.
Una oficina feliz es aquella que no sólo resuelve las demandas básicas de confort, salud y seguridad y da soporte eficaz a las tareas diarias, sino que también contempla desde el diseño necesidades emocionales más profundas. La privacidad, el respeto por el espacio personal, la posibilidad de disfrutar de espacios de distensión y socialización, la flexibilidad y el contacto con la naturaleza, entre otros, son requisitos que se deben satisfacer para que las personas se sientan bien, refuercen los sentimientos positivos y puedan dar lo mejor de sí.
La odisea del espacio
Tan significativo es el impacto del espacio que desde fines de la década del 60 la NASA realizó investigaciones tendientes a definir la calidad del entorno físico óptimo para afrontar y dar soporte a las exigencias dentro de una nave, a fin de que los pequeños espacios pudieran colmar todas las necesidades humanas (físicas, fisiológicas, psicológicas y sociales).
Las investigaciones, abordadas desde una perspectiva multidisciplinaria (incluyeron arquitectos, urbanistas, médicos y filósofos, entre otros) arrojaron que los parámetros claves que se deben considerar son: dar apoyo a la tarea que se llevará a cabo, ofrecer una amplia gama de estímulos y comportamientos y brindar condiciones de privacidad e interacción social junto con la posibilidad de elegir las actividades. Además, concluyeron que en las misiones de larga duración resulta importante contar con ámbitos destinados al ocio, el entretenimiento, la relajación y el ejercicio, promover la estimulación sensorial, proporcionar diversidad visual y evitar la habituación a los estímulos.
Los estudios mostraron que, indudablemente, el eje del diseño de este tipo de hábitat debe tener en cuenta la dimensión psicológica de sus ocupantes, desempeñando un papel mucho más importante e integral que garantice el bienestar de la tripulación, mitigando los efectos negativos (psicológicos, sociales y físicos) observados en los equipos sometidos a aislamiento y confinamiento a largo plazo, y ayudando a mejorar los estímulos positivos.
Este ejemplo tan extremo pone en evidencia la forma en que el entorno físico puede influir en el comportamiento y el estado de ánimo de los trabajadores.