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Cómo hacer tango en la capital del cuarteto

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Cómo hacer tango en la capital del cuarteto
“Si bien el movimiento tanguero de Córdoba no es como el de Buenos Aires, está creciendo intensamente”, señaló

El joven saxofonista comentó cómo resultó la experiencia de plasmar un concierto junto al gran bandoneonista Néstor Marconi y acerca del tango en Córdoba

 

“Si bien el movimiento tanguero de Córdoba no es como el de Buenos Aires, está creciendo intensamente”, señaló
“Si bien el movimiento tanguero de Córdoba no es como el de Buenos Aires, está creciendo intensamente”, señaló

Una de las formaciones tangueras de mayor proyección de Córdoba es, sin dudas, el Trío MJC. Nacida en 2005 cuando sus integrantes egresaban de la carrera de música en la UNC, fueron seleccionados para el Pre Cosquín del año siguiente, escenario en el cual debutaron. Pablo Jaurena en bandoneón, Jorge Martínez en piano y Mauro Ciavattini en saxo y vientos, llevan grabados tres discos de estudio. A caballo entre el tango y el folclore proyectan un cuarto disco “ciento por ciento ciudadano” con la inclusión de una orquesta típica. El primer “ensayo general” de ese proyecto lo tuvieron en Medellín (Colombia) con una sinfónica, y la prueba de fuego fue anoche en el teatrino del Campus de la UNVM, junto a diez músicos y el bandoneón del gran Néstor Marconi. Pocas horas antes, me entrevisto con Ciavattini, el saxofonista del trío. Y la primera pregunta es casi una obviedad: ¿cómo es hacer tango desde Córdoba hoy por hoy? “Si bien el movimiento tanguero de Córdoba no es como el de Buenos Aires, está creciendo intensamente; por lo que el tango no es una experiencia aislada. Además, la ciudad tiene un organismo oficial que es la Orquesta Provincial de Música Ciudadana dirigida por Damián Torres y hay grupos muy buenos como Bordoneando Trío o Damián Torres Quinteto. Hay mucha proyección”.

¿Por qué tantos músicos que vienen de otros géneros incursionan en el tango?

-Una de las razones aunque parezca un chiste, es que cuando viajan al exterior a esos músicos les piden tangos; y entonces se acercan para aprenderla. Quizás sea una razón algo superficial pero hay grandísimos músicos que entraron así.

Ustedes son egresados universitarios ¿Cómo combinan la formación académica con el arrabal?

-Aunque en la facultad estudiamos música clásica y jazz, hemos partido siempre de nuestra célula madre que es el folclore y el tango; lo que escuchábamos de chicos con nuestras familias. Esa es la música que amamos y seguimos estudiando porque es muy rica. Sin embargo, en nuestras composiciones vas a notar lo clásico y el jazz también. Y me parece bien que así sea porque no renegamos de nuestro paso por la academia.

Son un trío pero esta noche se van a ensamblar con una orquesta típica y un mito del bandoneón nacional.

-Sí, estamos muy contentos de haber traído la propuesta del trío con orquesta típica y encima acompañando a Marconi, un maestro de todos los tiempos. La importancia de “la típica” para nosotros es crucial, porque sin ella el tango no puede apreciarse en toda su dimensión. “La típica” es el formato que se cristalizó entre los años 40 y 50 y le dio su sonido definitivo al tango. Los tríos y quintetos existieron antes y después; y responden a una decisión estética o para ahorrar costos. Y aunque también son maravillosos, no te dan la perspectiva del sonido total.

 

Piazzolla y después

¿Cuáles fueron los referentes tangueros del grupo?

-Como todos los jóvenes de nuestra generación llegamos al tango a través de la seducción de Astor Piazzolla. Pero rápidamente empezamos a mirar cien años atrás. Personalmente nos gustan mucho las orquestas de Troilo, Pugliese y Fresedo. De todas hemos tomado un poco.

En Córdoba no hay demasiadas tanguerías para tocar y aprender, como sucedió con los músicos que me nombraste ¿A dónde aprenden ustedes?

-A donde más se aprende sin dudas en los ensayos de la Orquesta Provincial. No sólo porque Jaurena, que es nuestro bandoneonista, es el primer bandoneón de la formación, sino porque su director Damián Torres es una persona muy generosa y nos permite asistir. Esa es nuestra mayor escuela.

A la última pregunta te la hago como instrumentista ¿Se puede o debe meter saxo en el tango? ¿Cómo escualizás la estridencia de tu instrumento con la textura introvertida del bandoneón?

-Esas preguntas tuyas son mi desvelo (risas). Cuando yo tenía 15 años y escuché por primera vez el saxo de los Redonditos de Ricota, me volví loco. A tal punto que me anoté en la banda de mi pueblo, Laborde, para aprenderlo. Pero en mi casa seguía tocando chacareras y tanguitos. Desde ese momento estuve buscando el modo de incorporar ese instrumento a la música que amaba. Y creo que lo he conseguido; aunque el saxo es como un caballo salvaje…

¿Qué significa eso?

-Significa que no lo podés montar así nomás. El saxo es un instrumento muy moderno y de un volumen muy generoso, con la velocidad de la traversa pero con el sonido del bronce. Y hay que pensar mucho cómo meterlo para que no parezca “sapo de otro pozo”. En el tango me gusta confundirlo con en el sonido opaco de la mano izquierda del bandoneón; creo que ahí está su riqueza y su contrapunto, la veta donde el instrumento más aporta y dialoga con el fueye.

 

Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-