Como perros y gatos

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Como perros y gatos

Las diferencias no separaron a Hundt y Zeus, que luego de un comienzo no muy amistoso terminaron siendo inseparables. Así lo cuenta este relato local, cuyo autor/a prefirió el anonimato

Hace algunos años atrás, conocí esta increíble historia de cómo un perro y un gato crearon un vínculo de amistad tan fuerte que hasta el día de hoy se echan de menos.

Hundt era un pastor alemán un tanto infantil y superbobo, medio brusco, pero simpático y juguetón hasta decir basta. Zeus es un gato, enorme y peludo, de color gris medio rayado, de grandes bigotes y cejas, tremendas patas y una cola que parece plumero.

Hundt vivía en una casa donde era minoría; llegó a convivir con al menos 14 gatos, de los cuales la mayoría no le tenían mucha estima. Le tiraban algunos de repente hasta arañazos.

Los gatos se sentían superiores porque vivían adentro y podían deambular por donde quisieran. Hundt, en cambio, vivía afuera y no había mejor momento para él que cuando salían sus dueños a darse una vuelta por el patio, hacerle cariño y darle comida.

Y de a poco, Hundt y Zeus, por alguna razón, inexplicable para mí, se empezaron a hacer amigos, tanto así que Zeus a veces le lavaba las orejas y Hundt, con santa paciencia, se dejaba.

También a veces Hundt dejaba que Zeus comiera un poco de su comida (ojo que algunos perros son bien bravos cuando comen). Con el tiempo, Zeus empezó a vivir afuera, cual perro, y a compartir más tiempo con su nuevo amigo can.

 

Un triste día

Hasta que llegó el triste día en que Hundt se enfermó de la clásica enfermedad que no comprendo mucho (torsión estomacal) y aun cuando siempre fue como un niño, todos nos dimos cuenta que ya estaba viejito y débil.

Hundt murió y todos sufrimos, algunos más que otros, pero nadie, nadie sufrió tanto como Zeus.

Zeus esperó a Hundt afuera de su casa y le costó darse cuenta de que su amigo no iba a volver. Desde ese momento, Zeus se volvió más retraído, cada vez estaba menos en la casa, su personalidad cambió y se quedó afuera, esperando a su amigo, por quizás cuánto tiempo.

Qué lindo fue ver cómo estos animales fueron capaces de superar sus diferencias, tan viejas como este mundo. Pero nos partió el corazón el pobre gato que sufrió una pérdida que quizás nunca pudieron comprender.

Los animales me impresionan todo el tiempo y la historia de Hundt con Zeus fue, lejos, lo máximo que he visto de cariño y amistad entre dos enemigos históricos, que por la mala suerte de los años, la enfermedad y el tiempo fueron separados más allá de su comprensión.