La conocida idea del presidente de los Estados Unidos de dividir las fronteras con México generó un gran debate sobre el racismo y la xenofobia. La mirada de dos villamarienses nativos del país de los aztecas
Desde que Donald Trump lanzó su candidatura y expuso la idea de levantar un muro en las fronteras con México, se desató un debate a nivel mundial en el que muchos calificaron esto como una política xenófoba y racista.
Ya en el poder, crecen las posibilidades de que Trump lleve a cabo su propuesta de campaña que, en su país, tuvo una cantidad tal de adhesiones que quizá influyeron en el resultado final de las elecciones.
César Nava y Alejandro Mora residen hace tres y seis años en Villa María, respectivamente.
Ambos llegaron para estudiar a la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) y decidieron quedarse y residir en nuestra ciudad.
EL DIARIO fue tras su opinión sobre la política migratoria que intenta establecer el recién asumido mandatario norteamericano.
“No es la forma”
César Nava estudia música en la UNVM, motivo por el cual llegó hace unos años de intercambio y luego decidió instalarse en Villa María. Oriundo del estado de Durango, en cercanías de una de las fronteras con Estados Unidos, cuenta que su padre cruzó durante mucho tiempo a trabajar a ese país.
“El me contaba que había discriminación, tuvo un par de casos medio raros. Fue soldador, mayordomo y estuvo en un criadero de pollos; se iba por temporadas a trabajar”, expresó.
Sobre la posibilidad de que se construya el muro divisorio, expresó: “No es la forma, es muy xenófobo de su parte. Levantar muros, para mí es una ridiculez”.
Luego añadió que al menos en un aspecto podría ser beneficioso para el pueblo mexicano: “En el sentido de crear más unión. Tampoco es que levantan un muro y va a estar todo joya, pero ahora hay muchos videos y notas que promueven el nacionalismo en México y apuntan a consumir lo local y esas cosas”, expresó el joven músico.
“En teoría, él no tenía problemas con los papeles, pero regresaba porque no se aguantaba estar allá. Estaba viviendo en los dos lados al mismo tiempo”, detalló sobre la estadía de su padre mexicano en los Estados Unidos.
Si bien César no vivió en ninguna otra ciudad del país azteca, por lo que no puede comparar, cuenta que estar cerca de la frontera hace que todo llegue más rápido.
“Sale algo en Estados Unidos y al otro día ya esta ahí. Me crié con franquicias de Estados Unidos”, agregó.
Como dijo el comandante
Alejandro Mora es escritor (acaba de publicar “Trece cielos” con una editorial local) y reside hace seis años en nuestra ciudad. Respondió, fiel a su talento, nuestra consulta con la siguiente historia:
“Mi madre decía que siempre abriera bien los ojos y aprendiera de las situaciones externas y lo vivido (sabias palabras, por cierto) y con esto de la asunción de Donald Trump y el muro fronterizo, me acordé de algunas cosas que han pasado en México.
Estando acá, escucho a varios decirme: ‘Che, ¿qué onda ustedes y Trump y el muro?’.
Si bien la situación en México se torna más tensa y, por ende, crítica, hay que irnos un poco hacia atrás, ya que como dijo el subcomandante Insurgente Marcos, ‘Porque morir no duele, lo que duele es el olvido’, hay que recordar un par de hechos.
En 2014, en Ayotzinapa, 43 estudiantes fueron desaparecidos, teniendo como culpables al Estado, a cargo de Enrique Peña Nieto y sus vasallos con macana, pistola y placa.
En 2013, se activó la reforma energética, es decir, PEMEX (Petróleos Mexicanos) paulatinamente se fue privatizando y el día de hoy, por primera vez en la historia, México tendrá que comprar barriles de crudo a Estados Unidos.
La inmigración de mexicanos a Estados Unidos se produce, limpia y llanamente, por mejores condiciones de vida. Es decir, alguien que tiene un salario mínimo de $80,40 o menos con una ‘familia modelo’.
Desde junio del año pasado, la Policía estatal y Federal reprime a maestros en Oaxaca por manifestarse en contra de la reforma educativa, ¿por qué? Porque no cualquiera puede pararse frente a niños y niñas a orientarlos en los caminos de las ciencias y el arte, porque para eso se necesita tener las condiciones de vida mínimamente dignas y, de ahí, Escuelas Normales, como la de Ayotzinapa.
Nos queda un año de este Gobierno y muchos creen que Donald Trump nos está arrancando la dignidad y los derechos que ni siquiera nos han reconocido, sin repensar en que la verdadera desgracia de México no es el muro, la xenofobia o el señor que produce murallas; la desgracia viene de las manos del neoliberalismo. De tratar de implantar el odio entre las personas con gestos racistas, inculpando a los inmigrantes, como están haciendo en Argentina, por los problemas que se generan dentro del propio territorio. La desgracia viene de no mirar hacia adentro, sin poner la mirada en Ayotzinapa, en el gasolinazo, la reforma educativa y energética, la represión a pueblos campesinos y cada una de las voces que tiene el pueblo para demandar tratos justos como personas que somos. La desgracia viene de enriquecer a los ricos y empobrecer más a los pobres.
Entonces ¿qué pasa con el muro? El muro siempre ha existido y no sólo en la frontera de México y Estados Unidos”.