La obra original data de hace 90 años y fue creada por el italiano José Bassoli, un artista poco conocido afincado por entonces en nuestra ciudad
Hace algunos días se dio por finalizada la segunda restauración del interior de la capilla del Instituto San Antonio.
En 2011, tras cuatro años de labor, se inauguró la primera restauración, y recientemente, tras constatarse los daños que provocaron las intensas lluvias y fuertes vientos de los últimos años -por añadidura, las palomas taponaron con sus excretas los conductos de desagüe- se concretó una segunda etapa de reparaciones en cinco puntos del templo, a cargo nuevamente de Hugo Las Heras y César Bravín.
Una gran filtración se advertía en el altar, dos en los íconos de los laterales y otras en las guardas.
Las construcciones aún con el paso de decenas de años, siguen descendiendo en la tierra, lo cual produce grietas por donde se filtra el agua. Además, el viento desplazó los sistemas de desagüe, todo lo cual deterioró con rapidez la añosa obra mural de José Bassoli, un casi desconocido artista, que fue el responsable de decorar en la década de 1920 la capilla ubicada en la segunda cuadra de la avenida Sabattini.
Esto lo convierte en un antecesor del recordado Fernando Bonfiglioli, cuyas obras se concretaron a partir de la década siguiente. A diferencia de éste, Bassoli y su obra son poco apreciadas por la población de la ciudad.
La última restauración insumió tres meses de trabajo, y se culminó hace dos semanas. Los expertos que habían concretado la reparación inicial conservaron restos de los 130 colores que habían preparado hace seis años para aplicar con la técnica del temple, y los aprovecharon para la nueva tarea.
Según aclaró Las Heras, “muchos confunden el temple con el fresco, y esta última técnica no se aplicó en ningún edificio villamariense. Es algo sumamente difícil de hacer, y lo más destacado en fresco se puede ver en la Capilla Sixtina del Vaticano”.
El restaurador destacó a EL DIARIO que además de la capilla en el colegio mencionado, Bassoli es quien pintó las guardas de estilo “cortina” que se conservan en la Catedral Santuario, e imágenes en la desaparecida farmacia Pinardi.
Giuseppe Bassoli había nacido cerca de Bolonia, Italia, y además de pintor era trompetista y ejecutante de mandolina, por lo que también integró y dirigió la banda parroquial Santa Cecilia, en nuestra ciudad. Había llegado al país en 1889, y se estableció en Villa María, donde hizo construir su casa en Pellegrini 75, vivienda que ya fue demolida, y de la cual se conservan fotografías de los adornos e imágenes que le creó su dueño.
Fue letrista y fileteador, y esos oficios le eran requeridos por los comerciantes de la época. El fileteado se concretaba con un fino pincel y en diversos colores, en jardineras, sulkys y muebles.
Había nacido en 1863 y murió en 1935.Se había casado con Gumersinda Deheza Utrera, oriunda de James Craik, con la cual tuvo once hijos, siete de ellos varones.
En la decoración de la capilla colaboró José Bassoli Deheza, su primogénito.