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Condena en suspenso y libertad para un irascible septuagenario

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Condena en suspenso y libertad para un irascible septuagenario
Alfredo Pérez, todavía esposado y en el banquillo de los acusados, poco antes de que comenzara el juicio. Como la pena impuesta fue de ejecución condicional, pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la audiencia. Pero quedó “en capilla”

Se trata de Alfredo Pérez, un camionero jubilado que amenazó reiteradamente a su exesposa e incumplió varias veces una orden judicial que le impedía acercarse a ella. Además, lesionó al policía que lo detuvo. Llevaba preso casi nueve meses

Alfredo Pérez, todavía esposado y en el banquillo de los acusados, poco antes de que comenzara el juicio. Como la pena impuesta fue de ejecución condicional, pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la audiencia. Pero quedó “en capilla”
Alfredo Pérez, todavía esposado y en el banquillo de los acusados, poco antes de que comenzara el juicio. Como la pena impuesta fue de ejecución condicional, pudo recuperar la libertad ni bien concluyó la audiencia. Pero quedó “en capilla”

Un hombre de 74 años fue condenado ayer por distintos hechos de violencia de género que tuvieron como víctima a su exesposa, pero como la pena impuesta fue de ejecución condicional pudo recuperar la libertad ni bien concluyó el juicio.

Alfredo Héctor Pérez recibió una sanción de tres años de prisión en suspenso luego de confesar su culpabilidad en todos los ilícitos, cometidos entre febrero y julio de 2015 en perjuicio de Margarita Ripoll (71), una mujer con la que contrajo matrimonio en 2009 y de la cual se separó cuando comenzaron los incidentes.

Este convicto primario, apodado “doctor Pérez”, fue declarado autor penalmente responsable de “amenazas reiteradas” (tres hechos), “desobediencia a la autoridad reiterada” (cuatro hechos), “resistencia a la autoridad” y “lesiones leves”.

La confesión lisa y llana por parte del irascible septuagenario posibilitó que el juicio oral y público se realizara bajo la modalidad de “trámite abreviado”, es decir, omitiéndose la recepción de pruebas testimoniales en la sala de audiencias de la Cámara en lo Criminal y Correccional de Villa María.

El juicio fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky y contó con la participación del fiscal Horacio Vázquez, de la defensora oficial Silvina Muñoz y de la secretaria Marcela Mattalía
El juicio fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky y contó con la participación del fiscal Horacio Vázquez, de la defensora oficial Silvina Muñoz y de la secretaria Marcela Mattalía

A poco de comenzado el debate y tras la lectura de la acusación, Pérez (nacido en la Capital Federal el 30 de junio de 1941) pidió declarar y en la oportunidad reconoció haber cometido todos los hechos que se le endilgaban.

 

Todos los hechos

El primero se produjo el 7 de febrero del año pasado, cuando profirió amenazas en contra de Ripoll, que por entonces estaba domiciliada en La Laguna. Asimismo, la jueza de Paz de esa localidad libró una orden de restricción, impidiéndole a Pérez que se acercara al domicilio de la mujer.

Casi dos meses después, el 6 de abril, Pérez volvió a intimidar a su exesposa, que para entonces ya estaba radicada en Villa María. Ese incidente derivó en una nueva orden de restricción, en este caso dictada por la exjueza de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil de los Tribunales locales, Cecilia Fernández.

Un par de semanas después, más precisamente el 21 de abril, Pérez protagonizó otro hecho de violencia en contra de su exesposa, pero esa vez en la vía pública villanovense.

Mientras circulaba por la ruta 4 a bordo de un utilitario Fiat Fiorino, el agresor vio pasar a Ripoll conduciendo un Fiat Uno y decidió perseguirla. Cuando la alcanzó, le dio un topetazo en la parte trasera y detuvo su marcha, aunque sin que se produjeran daños materiales de consideración ni lesiones a las ocupantes del rodado, ya que la mujer iba acompañada por una nieta.

De inmediato la mujer llamó a la Policía, por lo que Pérez fue detenido, aunque recuperó la libertad algunas horas después.

El cuarto hecho se produjo el 29 de julio, cuando el colérico sujeto volvió a incumplir la orden de restricción y se hizo presente en el domicilio de Ripoll en Villa María, donde la amenazó.

El quinto y último episodio de violencia se registró el 31 de julio, cuando Pérez regresó a la vivienda de la mujer. Ella activó el botón antipánico que le había entregado la Justicia y posibilitó que Pérez fuera arrestado pocos minutos después.

Sin embargo, previo a la detención, el iracundo septuagenario sacó un cuchillo de entre sus ropas, se lo colocó en el cuello y amenazó con efectuarse un corte, pero los policías que acudieron en auxilio de la mujer lograron reducirlo y detenerlo.

En el procedimiento uno de los uniformados sufrió una herida cortante en una mano producto de la férrea resistencia que opuso Pérez.

 

Jueza y partes

La audiencia de la víspera fue presidida por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contó con la participación del fiscal Correccional Horacio Vázquez y de la asesora letrada Silvina Muñoz, mientras que como secretaria intervino Marcela Mattalía.

Además de la pena impuesta, la jueza dispuso que Pérez cumpla con una serie de reglas de conducta que incluyen la continuidad de la restricción de acercamiento a Ripoll y que se someta a un tratamiento psicológico y/o psiquiátrico. Asimismo, se resolvió comunicar la sentencia al Juzgado de Violencia Familiar.