Juicio abreviado – Deberá cumplir íntegramente la sanción aplicada en la víspera

Se trata de Angel Rosales, un convicto que estaba con “libertad condicional” tras haber recibido una pena similar en abril de 2013. Ahora le impusieron un año y dos meses de prisión por “tenencia de arma”, “amenazas” y “tenencia de estupefacientes”

Un villamariense domiciliado en barrio Las Acacias fue nuevamente condenado ayer en la Cámara del Crimen local, pero en esta oportunidad recibió una pena unificada de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, sanción que deberá cumplir íntegramente.

Angel Santiago Rosales (26) llegó a este segundo juicio acusado de haber amenazado reiteradamente a una expareja, además de secuestrársele un arma de fuego y drogas, hechos por los que fue detenido en septiembre del año pasado y por los que se le impuso un castigo de un año y dos meses de cárcel.

Sin embargo, como estaba adeudando buena parte de una condena impuesta hace casi cinco años, también en los Tribunales de esta ciudad, en la audiencia de la víspera se unificaron ambas sentencias y se lo declaró reincidente.

En efecto, el 11 de abril de 2013 Rosales fue juzgado por dos robos calificados y le aplicaron una pena de tres años de prisión efectiva luego de que se declarara culpable. Pero como aquella fue su primera sanción penal, pudo acceder al beneficio de la “libertad condicional” poco después de cumplir ocho meses entre rejas.

Así, el joven presidiario quedó “debiendo” algo más de dos años de esa primera condena, que ayer se unificaron con la nueva sentencia y se le aplicó una única pena de tres años.

Juez y partes

La audiencia fue presidida por el camarista Félix Martínez y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez, de la abogada Florencia Vottero y de la secretaria Gabriela Sanz.

Previo al debate, el acusador público y la defensora habían pactado solicitar la condena finalmente impuesta por el juez Martínez para el caso de que Rosales confesara la autoría de todos los hechos, contribuyendo de ese modo a que el juicio se abreviara en su desarrollo.

Concretamente, el convicto reincidente llegó acusado de “amenazas reiteradas” en perjuicio de su expareja, “tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización” (le secuestraron un revólver calibre 22) y “tenencia simple de estupefacientes”.

A poco de comenzada la audiencia, Rosales se declaró culpable y no fue necesario convocar a testigos porque se incorporó toda la prueba “por lectura”. Luego vinieron los alegatos de las partes (que fueron coincidentes en su contenido) y por último llegó el veredicto condenatorio.

Antecedente penal

El 11 de abril de 2013, Rosales fue juzgado por primera vez y en aquella ocasión se lo declaró coautor de “robo calificado por uso de arma cuya operatividad no se pudo acreditar”, por un asalto a mano armada perpetrado el 4 de marzo de 2012 en una despensa ubicada en Bolivia 480, propiedad de Oscar Barceló.

El joven domiciliado en Las Violetas 402, en barrio Las Acacias, fue condenado junto a su vecino y cómplice Diego Javier Busto, y ambos recibieron una sanción de tres años de prisión efectiva.

Además, Rosales fue hallado culpable de otro hecho delictivo ocurrido el 8 de julio de 2011 en la costanera local. Del estacionamiento de motos ubicado en inmediaciones de la confitería bailable Jet-Set sustrajo una Honda Wave perteneciente a Franco López luego de forzar el tambor de arranque. Por ese hecho fue declarado autor de “robo calificado de un vehículo automotor estacionado en la vía pública”.