Se trata de David Alberto Vílchez, quien reconoció el hecho que se le atribuía. La Fiscalía de Cámara y la defensa coincidieron en la pena solicitada y los jueces fallaron en ese sentido
Para ser exactos, “12 años, 11 meses y 29 días” -precisó el fiscal de Cámara- pasará David Alberto “Beto” Vílchez en la Unidad Penitenciaria Nº 5 de barrio Belgrano de esta ciudad, tras haber sido hallado culpable ayer de los cargos de “robo calificado por el uso de arma en concurso real y lesiones graves” en perjuicio de Armando Luis Miguel “Ciego” Santoni.
Cabe consignar que la pena impuesta por el robo y los disparos, que no mataron a Santoni, fue de 10 años de prisión, sin embargo, como Vílchez se encontraba en libertad condicional en el momento en que perpetró este hecho las condenas se unificaron y de allí, los tres años restantes.
El acusado había sido antes condenado a nueve años de cárcel por un homicidio. Al pagar seis de esos nueve años, le fue concedida la libertad condicional, con la condición, precisamente, de que no volviera a delinquir al menos en ese período. Sin embargo, Vílchez no consiguió mantenerse al margen del delito, por lo que violó la condicional y se le sumaron a esta pena presente los tres años que debía. La matemática y a veces la Justicia son implacables.
El Tribunal estuvo conformado por los jueces René Gandarillas como presidente y Silvia Savslasky de Camandone y Félix Martínez como vocales.
El fiscal de Cámara Francisco Márquez sostuvo la acusación y la abogada carlospacense Liliana Beatriz Domenella asumió la defensa del imputado.
Los integrantes del jurado popular siguieron atentamente toda la audiencia, que ocupó la mitad de la mañana y parte de la siesta de la víspera. Algunos no pudieron ocultar su asombro cuando Vílchez se hizo cargo de los hechos.
Además de las personas estrictamente involucradas en el proceso y la prensa, nadie había en la sala de audiencias del quinto piso del Palacio de Justicia local. Ni familiares ni amigos ni curiosos.
Unico testigo
Una vez que el fiscal leyó los cargos, el presidente del Tribunal, conforme lo contempla la ley, le preguntó al acusado si iba a declarar.
La respuesta fue breve: “Sí”, dijo el reo.
Ya en la silla de los testigos, Vílchez dijo a los jueces que tiene 31 años y el tercer año de la escuela secundaria completo, que está casado y tiene tres pequeños hijos, de 3, 6 y 10 años, respectivamente; que había sido condenado a nueve años por homicidio en 2008 (pena que se hubiera cumplido en agosto de este año) y que estaba bajo libertad condicional.
Luego, agregó: “Me hago cargo del hecho y estoy arrepentido”.
El presidente del Tribunal dispuso que los testigos que aguardaban en el pasillo para ser convocados oportunamente se retiraran.
Con la confesión de Vílchez, todo se precipitó.
El fiscal Márquez solicitó incorporar por lectura las pruebas obtenidas durante la instrucción de la causa y narró los hechos al jurado popular.
“Perdiste”
El 12 de noviembre de 2014, Vílchez y Santoni se encontraron a pedido del primero para que la víctima le comprara unos cheques. Siete llamadas registradas en los teléfonos de ambos, algunas hechas el día anterior, incluso, lo acreditan.
Una vez que se encontraron, Vílchez argumentó que no tenía los valores que iba a venderle en su poder, que los tenía un primo suyo, por lo que debían ir a buscarlos. Se subieron al coche y giraron en U en dirección a donde vivía el supuesto primo. A poco de andar, Santoni, argumentando que tiene un problema en la piel y que el calor lo afecta, decidió bajarse del auto. En esa circunstancia, Vílchez también descendió del vehículo y, amenazándolo con un arma de fuego, le dijo “perdiste, perdiste”.
Santoni huyó a la carrera, y Vílchez le disparó tres veces. Un tiro impactó en el hombro de Santoni, otro en la tierra y otro en la parte trasera y baja del cráneo.
Santoni se desplomó.
El atacante se acercó, le quitó el dinero y, creyéndolo muerto, lo arrastró unos metros, lo cubrió para ocultarlo y abandonó el lugar.
Poco después, Santoni, ensangrentado, fue encontrado por un cazador de liebres en un camino rural cerca de la cancha del Club Alem.
Los testimonios ofrecidos durante la instrucción de la causa, los certificados del médico policial y el resultado de un allanamiento en la casa de Vílchez ofrecieron las pruebas necesarias para incriminarlo más allá de cualquier duda.
UN DIA MAS DE ESPERA
El fiscal René Bosio se tomó un día más para determinar si dicta la prisión preventiva a Diego Fantino (35), acusado de atacar a su expareja, Yanila Ríos (26), o le concede la libertad mientras sigue el proceso en su contra. El arquero de Atlético Ticino está imputado por “lesiones graves calificadas, privación ilegítima de la libertad, abandono de persona y daño”.