Se trata de Franco Fernández y de Lautaro Astudillo, quienes a mediados de julio de 2016 se enfrentaron a balazos con una comisión policial que intentó identificar a los cuatro ocupantes de un automóvil sospechoso que circulaba por barrio Los Olmos de Villa María
Un convicto local con frondosos antecedentes y dos sentencias sobre sus espaldas, fue condenado ayer a cinco años de prisión de cumplimiento efectivo por haberse tiroteado con efectivos policiales de esta ciudad, mientras que uno de sus cómplices se le impuso una pena de tres años y seis meses de cárcel por ese y otros hechos delictivos.
Al cabo de un juicio sustanciado en la Cámara del Crimen de Villa María, Franco Rubén Fernández (33) fue declarado coautor de “abuso de arma” y “portación ilegal de arma de guerra”, los mismos ilícitos por los que fue juzgado y condenado Lautaro Astudillo (20), alias “Pelusa”, aunque este último también fue hallado culpable de “robo calificado de vehículo automotor en grado de tentativa”, “violación de domicilio reiterada” y “resistencia a la autoridad”.
El primero recibió la sanción más alta por tratarse de un reincidente, ya que su prontuario registra una condena de 10 años de cárcel, dictada en abril de 2004 por la Cámara del Crimen de Bell Ville por “robo calificado por uso de arma” y “privación ilegítima de la libertad”, y otra de seis años y medio, impuesta por la Justicia villamariense en noviembre de ese mismo año por otros dos asaltos a mano armada perpetrados en Ticino.
Fernández nació en Villa María el 8 de junio de 1984, pero al momento de ser detenido estaba domiciliado en Comercio y Almirante Brown, en Villa Nueva.
En cambio, la condición de convicto primario de Astudillo (afincado en barrio Los Olmos de la vecina ciudad) le permitió acceder a una pena de un año y medio más baja, aunque deberá pasar algún tiempo más tras las rejas antes de obtener la “libertad condicional”.
Tiros de madrugada
Ambos sujetos protagonizaron un feroz tiroteo con efectivos de la Patrulla Preventiva en horas de la madrugada del 11 de julio de 2016, cuando intentaron identificar a dos hombres que ocupaban un Fiat Palio de color blanco en el cruce de Porfirio Seppey y Ramos Mejía, límite entre los barrios San Justo y San Juan Bautista.
Al observar el móvil policial, los sospechosos emprendieron la huida hacia el interior de barrio Los Olmos, hasta detener el rodado en avenida Mercedarios y Maipo. Fue en ese punto que Fernández y Astudillo se bajaron del auto y comenzaron a disparar contra el patrullero, lo que motivó la réplica de los uniformados.
Instantes después, los ocupantes del Palio escaparon raudamente del lugar, pero en las inmediaciones de Lácar y Aconcagua, en pleno corazón de barrio Los Olmos, volvieron a tirotearse con los efectivos.
Fue allí donde Fernández fue alcanzado por tres proyectiles policiales (dos impactaron en su pierna derecha y el restante en su mano del mismo lado), por lo que se logró su detención y luego fue trasladado con custodia al Hospital Regional Pasteur para ser atendido.
En el lugar del segundo enfrentamiento quedó tirada una pistola Tanfoglio de color negro, calibre 9 milímetros (arma considerada “de guerra”), con la numeración limada, y en total la Policía secuestró 24 vainas servidas.
Lautaro Astudillo logró darse a la fuga, pero la investigación del caso permitió detenerlo ocho días después. Otro de los sujetos que iba en el Palio es Fabián Quinteros, también domiciliado en Villa Nueva, pero por su situación procesal (no registra antecedentes) y por no haber intervenido directamente en el tiroteo, solicitó la “probation” (suspensión del juicio a prueba) y evitó sentarse en el banquillo de los acusados.
El cuarto ocupante del Fiat también logró escapar, pero nunca fue individualizado, por lo que pudo zafar de la Policía y la Justicia.
Juez y partes
El juicio oral y público fue presidido por el camarista Félix Martínez y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y de los abogados Liliana Domenella de Ramos (de Villa Carlos Paz) y Jorge Bustos (villanovense), quienes defendieron a Fernández y Astudillo, respectivamente.
Por un acuerdo previo entre la Fiscalía de Cámara y ambas Defensas, no se receptaron testimonios en la sala del quinto puiso y se incorporó toda la prueba por lectura, luego de lo cual se pasó a los alegatos.
En sus conclusiones, el acusador público solicitó una pena de cinco años de prisión para Fernández y de cuatro años para Astudillo, mientras que Domenella y Bustos pidieron tres años de cárcel para cada uno de sus clientes.