Un matrimonio de médicos, de Marcos Juárez, fue condenado a pagar una suma económica por haber exhumado, sin autorización de los padres, el cuerpo de un bebé que murió al nacer, según fuentes judiciales.

De acuerdo con los datos de la sentencia de la causa, el doctor A. y la doctora R. (así se los identificó) deberán indemnizar con 360 mil pesos más intereses a los padres del bebé M. en concepto de «daño moral» por haber manipulado sin autorización los restos del bebé de la pareja, que había muerto a las pocas horas de haber nacido, en marzo de 2010, como producto de una malformación en el sistema nervioso central.

El juez civil y comercial de Marcos Juárez, Edgar Aliaga, estableció la sentencia al entender que la conducta del matrimonio de médicos significó “serio menoscabo moral” el hecho de constituirse en el cementerio municipal, abrir el cajón donde se encontraba el pequeño recién fallecido, y “manipular el cuerpo del infante a los efectos de realizar una serie de fotografías”.

Los padres del fallecido fundamentaron la denuncia en que los médicos no contaban con autorización para realizar esa práctica, por lo que el magistrado entendió que los profesionales facultativos incurrieron en la “violación de la confidencialidad médico-paciente”, al difundir las condiciones en que nació el bebé y luego exhumar el cuerpo.

En ese sentido el fallo añade que “se quebrantaron los derechos a la privacidad e intimidad que se encuentran contenidos en uno más amplio, como es el derecho a la dignidad, al tiempo que se violó la confidencialidad médico-paciente. Todo esto, como producto de la falta de respeto de las decisiones tomadas por los padres y del trato irrespetuoso del cuerpo del bebé, cuestiones que reafirman aún más la responsabilidad culposa de los demandados”, señala el documento.

Consecuentemente el juez justificó la demanda de los denunciantes y condenó a los médicos a resarcir, con 180 mil pesos cada uno, a los progenitores del bebé que murió a pocas horas de nacer.

Para el juez, Marcos Juárez es una comunidad pequeña donde los médicos gozan de un “estatus” que fue usufructuado para pasar por encima de la decisión de los pacientes. “Usaron malamente la figura del médico, tan es así que engañaron a los empleados de la cooperativa diciendo que poseían autorización para la exhumación, pero recién al día siguiente orquestaron un instrumento carente de valor alguno para dar por consentidos a los padres de tremenda práctica”, dice el fallo. En ese sentido el juez entendió que se quebrantaron los derechos a la privacidad e intimidad, que “se encuentran contenidos en uno más amplio, como es el derecho a la dignidad”, al tiempo que se violó la confidencialidad médico-paciente.