Escribe Pablo Carrizo
Redacción Uniciencia
Se trata de un sistema de piezas que pueden interconectarse para construir maquetas a escala, en tres dimensiones, de las habitaciones por donde estos pequeños suelen desplazarse.
Es una innovación que sirve para favorecer procesos de orientación y movilidad a través del sentido del tacto. La herramienta fue creada por dos egresadas de la carrera de Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUDI) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). El proyecto formó parte de la muestra UNC Innova 2015 y estará disponible en jugueterías didácticas a partir de 2016.
Las piezas poseen distintas texturas para que los niños sin visión puedan diferenciarlas al tacto, y colores contrastantes para los pequeños con visión limitada.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el número de niños con discapacidad visual asciende a 19 millones en todo el planeta. En la Argentina, este problema afecta a 160.949 niños de entre 0 y 14 años, de acuerdo al censo nacional realizado en 2010.
La OMS también sostiene que el 80% de todas las discapacidades visuales puede prevenirse o curarse. En esa línea, destaca que los últimos 20 años se ha progresado a partir de la implementación de diversos programas, muchos de ellos basados en la contención psicológica y cognitiva de los niños que padecen esta afección.
Con el objetivo de generar una herramienta que permita complementar y potenciar el aprendizaje en orientación y movilidad de niños con discapacidad visual, dos egresadas de la carrera de Diseño Industrial de la FAUDI desarrollaron un novedoso recurso didáctico que llamaron Orientación y Movilidad (OYM).
OYM es un sistema de piezas transportables, desarmables e interconectables, que les permite a padres y docentes armar -en escala adecuada- maquetas de las habitaciones y sus espacios interiores, por donde estos pequeños se desplazarán en su cotidianeidad.
Su ventaja radica en que es un instrumento efectivo, pero a la vez sencillo, dinámico y económico, ya que no precisa de asesoramiento para usarlo.
La idea de las maquetas es que los niños puedan reconocer a través del sentido del tacto el tamaño y la organización de los espacios físicos. Ese proceso les permite construir una imagen mental de cómo es el ámbito real antes de ser abordado.
Otra ventaja de OYM es que permite armar variadas maquetas, ya que es un sistema de piezas que se puede desarmar y rearmar de manera dinámica, multiplicando sus posibilidades. Este aporte adquiere especial relevancia, ya que en el país los antecedentes de este tipo de herramientas son maquetas artesanales de grandes dimensiones y costos elevados.
La construcción de este recurso estuvo basada en trabajos del área de Educación Especial enfocada en los procesos cognitivos de orientación y movilidad, considerados centrales durante las etapas de formación de los niños.
“El logro de habilidades de orientación y movilidad facilitan el desarrollo madurativo del niño, sea vidente o no. Un nivel suficiente de orientación y movilidad repercute en otros aspectos del desarrollo general del individuo, permitiendo un adecuado repertorio conceptual, aumentando el autoestima, favoreciendo el desarrollo psicomotor y posibilitando el desplazamiento independiente, seguro y eficaz”, precisa Carolina Castagna, una de las creadoras de OYM. Y añade: “En el proceso educativo se utilizan con frecuencia las ayudas táctiles. Además de ser útiles para comunicar informaciones, estas representaciones son una manera más fácil de retener que las descripciones verbales, considerándose beneficioso su uso para el aprendizaje escolar. Una de estas ayudas son los planos de movilidad, que son un complemento muy eficaz para facilitar el desplazamiento de personas deficientes visuales”.
OYM está dirigido a personas con algún grado de disminución visual o con ceguera total. Específicamente, sus creadoras prevén como usuarios del recurso a niños de entre 4 y 14 años, ya que en ese umbral etáreo se desarrolla el conjunto de habilidades y conocimientos sensoriales.
“Los niños que son ciegos o débiles visuales necesitan aprender a través de diversas formas. Es muy importante que se les brinde una rica experiencia a través de sus otros sentidos y que este tipo de experiencias comiencen desde que son muy pequeños, ya que la estimulación sensorial ayuda a desarrollar al máximo su potencial de aprendizaje”, comenta Castagna.
Innovación comercial con sentido social
El recurso didáctico formó parte de la exposición UNC Innova 2015, que se desarrolló el pasado 17 de noviembre en el Pabellón Argentina de la UNC y que exhibió proyectos que buscan generar emprendimientos empresariales novedosos y sustentables.
OYM fue creado en el marco del trabajo final de grado de las diseñadoras industriales Carolina Castagna y Daniela Bernini.