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“Creo que es mejor no trabajar tanto, para no fundirnos tan rápido”

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“Creo que es mejor no trabajar tanto, para no fundirnos tan rápido”
Abramián contó que no reciben respuestas por parte del Estado ya sea provincial o nacional, por lo que se verán obligados a tomar medidas individuales o grupales

Guillermo Abramián, presidente de la Cámara de Empresas de Salud de Córdoba

“Es una ecuación perversa”, dijo el también titular de una clínica local al hablar de la situación por la que atraviesan y que, de no cambiar, cree que va a llevar al cierre y concentración de la salud en pocas manos. Principalmente, el problema es que prestan servicios hoy que cobran 90 o 120 días más adelante, pero con precios arreglados meses atrás de la gran devaluación y escapada del dólar

Guillermo Abramián es presidente de la Cámara de Empresas de Salud de la Provincia de Córdoba (CAMES), que reúne a unos 20 centros privados -la mayoría del interior-, y titular de la Clínica de Especialidades de nuestra ciudad.

En diálogo con EL DIARIO, planteó un panorama oscuro para la actualidad que están atravesando, pero sobre todo adelantó que de no tomarse medidas importantes y rápidas, puede empeorar, en especial para los pacientes.

Es que, según indicó, vienen “con un proceso de crisis sistemática” en donde “no logramos que se ponga en agenda la salud”.

Reconoció que están soportando desde hace algunos años “un desfinanciamiento paulatino”, pero que los procesos de devaluación y la disparada de la inflación “nos van generando un deterioro permanente porque nosotros trabajamos a plazo, cobramos a plazo, pero tenemos que cubrir los costos en ‘cash’”.

Abramián habló como si estuviera apurado. Tiró un concepto atrás de otro y se mostró visiblemente preocupado. “Tuvimos un aumento de sueldo de los empleados en general el mes pasado que se tuvo que pagar, pero nosotros nos pusimos a negociar con el PAMI y con suerte el mes que viene nos entra un aumento que no acompaña el ciento por ciento del aumento de salarios”, ejemplificó sobre algunas de las cosas a las que tienen que hacer frente.

Situaciones

Hay algo que no es nuevo. Las clínicas brindan servicio hoy, pero cobran a 90 o 120 días. “Hoy presto servicio con valores negociados de antemano, que son viejos, y que me los van a pagar promedio 60, 90, 120 días. Es decir, hoy presto un servicio, a fin de mes facturo, mando a mediados de mes que viene la facturación, se toman un mes, así que imagínate cuándo cobro”, ilustró.

“Lo más grave es que el precio lo tengo negociado hoy con valores históricos, pero estoy pagando insumos con la devaluación. Un suero lo compraba hasta el 20 de agosto en $13,50 y hoy sale $27”, manifestó.

 

El problema de este desfasaje en los pagos no es novedad.

-No, pero ahora con todo este proceso se agudizó mucho más. Lo que pasa es que una cosa es que tengas una inflación controlada de un 20% anual como se planteaba al inicio, donde impacta un promedio de 1,5% por mes y al cabo de tres meses perdés cerca del 4%, y otra es perder en tres meses más de 10% y con una inflación del 40%. Es imposible, no hay negocio que tenga esa rentabilidad.

De manera tal que hoy el sistema se está financiando con el capital de trabajo de las clínicas. En realidad, vos hoy te enfermás, venís y yo pongo la gente, el personal, los insumos, el medicamento, tengo una promesa de pago de tu obra social que en el mejor de los casos considera que está todo bien hecho, y me considera tu pago para pagar a fines de diciembre lo que te presté hoy, y lo voy a cobrar al valor referente de hace tres meses atrás.

La situación no discrimina centro de salud. “Estamos todos iguales”, confió Abramián, y aseguró que desde las distintas cámaras que agrupan a las clínicas decidieron salir a los medios a plantear la situación “porque vemos que los que deberían tomar decisiones, que es el Estado, no lo hacen”.

“Estamos tratando de que la sociedad en su conjunto se ponga en conocimiento de lo que está pasando. Las clínicas le damos prestación a más del 60% de la población”, remarcó.

“Nosotros somos Pymes. No hay nadie que sea dueño de una Pyme que no sea un argentino y no es casualidad. Es porque esto no es rentable, si no, tendríamos a las grandes corporaciones internacionales que se habrían hecho cargo de esto”, dijo con tono de queja y con pedido de reflexión.

Además, dio datos concretos de la realidad económica en el negocio de la salud, advirtiendo que “de cada peso que entra en salud, siete se van a recursos humanos”, y comparó: “Hicimos un estudio con la Bolsa de Comercio de Córdoba. Las clínicas son tan importantes como toda la industria automotriz, pero a nosotros no nos dan bola. Pero sopla un viento de la industria automotriz y le bajan los impuestos, les dan subsidios para empleo, pero a nosotros nos castigan por todos lados”.

 

Si no hay respuestas, ¿habrá medidas?

-Hoy no nos podemos quedar callados porque cuando tomemos decisiones vamos a parecer desubicados. Estamos saliendo a hablar, denunciar a los medios, queriendo que nos reciban las autoridades provinciales, nacionales. Hasta hoy estamos colaborando, no estamos cortando servicios, no estamos dejando sin atender a la gente, nos bancamos el problema sin agregar conflicto al que ya hay. Pero de persistir esta situación, cada uno de nosotros o el conjunto, de acuerdo o no, va a ir tomando decisiones individuales que terminan en un solo punto: mi prestación de servicio tiene un precio y alguien lo tiene que pagar o no se va a poder dar.

No podemos seguir trabajando debajo de los costos porque nos fundimos. Hoy ves a la clínica llena, pero me estoy fundiendo trabajando. Hoy, como están dadas las cosas, creo que es mejor no trabajar tanto, para no fundirnos tan rápido. Porque mientras trabajo pongo insumos, gente, espacio y cobro menos. Es una ecuación perversa”.

Consultado sobre si al menos se les ha permitido acceder a algún tipo de financiación para la compra de insumos, tecnología y demás cuestiones relacionadas, fue tajante en su respuesta: “Nada de nada”.

“Hicimos un planteo para que nos den una asistencia financiera, nada. El banco cobra el 60% anual del cheque a la venta. Lo vendo y me cobra el IVA, etcétera. Conclusión, encima que estamos mal, nos matan. Es la tormenta perfecta esta. Si alguien no se sienta a buscar que los que participamos del sistema tratemos de encontrar una salida, el sistema privado de atención a la salud, que es un servicio público de gestión privada, se va a quedar con la mitad o menos del sector en pie”, adelantó.

Que esto suceda significaría “pérdida de puestos de trabajo, pérdida de la capacidad de solucionar los problemas a la gente, inaccesibilidad a la salud, incapacidad del Estado para gestionar”.

“El hospital público no se puede hacer cargo de esto porque no tiene capacidad para resolver. Encima tiene una gestión ineficiente, hoy la cama pública sale más cara que la nuestra”, consideró y agregó que no pueden tampoco despedir para achicarse: “Nosotros no tenemos posibilidad de achicar tanto. Si lo hacés es porque vas camino a cerrar, somos inelásticos en la reducción de personal porque tengo que tener las 24 horas atención, con o sin pacientes”. Igualmente, “nosotros no planteamos sacar gente”.

“Si acá no se sientan los que tenemos que ver con todo esto a discutir cómo salimos de esto, es sálvese quien pueda. Y estamos preocupados porque si no hay salida grupal, es individual y ¿dónde se corta?, en la gente. Es simple, vas a caer a la Guardia con o sin obra social y te voy a decir que la consulta sale $500. Si la tenés, bien, si no, al hospital, porque a mí el médico de guardia me cobra 7 mil pesos y lo tengo que pagar al otro día”, narró sobre cuál sería una de las principales consecuencias del problema actual.

 

¿Qué consideración tiene que el Ministerio de Salud haya pasado a ser una Secretaría?

-Han manejado mal lo que hicieron. Históricamente fue Ministerio de Salud y Acción Social, de toda la vida. Después hubo distintas gestiones que las separaron, pero hay una realidad, hace muchos años que el Ministerio de Salud de la Nación dejó de ser el ente administrador por excelencia porque las provincias tienen autonomía. Es decir, el ministro de Salud de Córdoba maneja la gestión de toda la provincia, es autónomo. Se junta la Confederación Federal de Salud Pública del país, se marcan políticas, se baja una línea, pero son bastante autónomas las provincias.

Hace muchos años que el Ministerio de Salud de la Nación dejó de ser el ente rector de las políticas de salud. La mayor prestación está en el PAMI, en la Superintendencia de Salud con las obras sociales, por lo que son más rectores de políticas generales que a veces el propio ministerio.

Indudablemente que no estoy de acuerdo con que se transforme el Ministerio en Secretaría porque estratégicamente es como degradarlo, así en la práctica no suceda, no es saludable porque es como no tener ni siquiera en agenda la salud.

“¿Por qué nadie da bola a este problema, por qué nadie nos escucha siendo algo tan importante? Porque la gente todavía accede a la salud. Es una locura lo que está pasando, la falta de accesibilidad a salud que hay es grave y se va a profundizar”, se planteó y autorespondió.

La posibilidad de que cierren clínicas generará que “el que quede pone precio, y si te querés atender va a haber que poner. Al que no le alcance, al hospital”. También confesó que no lograron “actualizar más la tecnología”.

 

En medio del caos, la gente

“Con todo esto que está pasando está atrasada la entrega de las prótesis porque los proveedores se hacen los zonzos por el tema dólar”, reconoció el presidente de la CAMES.

“No están llegando prótesis, hay como 20 cirugías traumatológicas atrasadas, gente fracturada esperando ser operada. La otra es poner una torta de plata en una prótesis importada”, reveló.