Día del Trabajador – Celebraron una misa en la Capilla San José Obrero
Se realizó ayer la Misa y Procesión en la Capilla San José Obrero, Patrono de los trabajadores. El sacerdote valoró la importancia del pleno empleo e hizo diferencia entre los “verdaderos empresarios” y los “especuladores”
“Cuando hay un miembro de la familia sin trabajo, nunca es verdaderamente domingo y las celebraciones como ésta -por el Día del Trabajador- acaban en tristeza porque falta la realidad laboral del lunes”, dijo Pedro Lucchese, sacerdote que presidió la Misa en la Capilla San José Obrero, erigida en la calle Mendoza al 150.
Dijo en su homilía que nuestra Nación se funda en principios republicanos y democráticos y por tanto, “la falta de trabajo, la explotación en trabajos indignos o el empleo en negro o mal pago”, terminan afectando esos principios.
En otro tramo de su homilía, distinguió a los verdaderos empresarios de los especuladores. “El especulador ve a la empresa y a los trabajadores como instrumentos para su propio beneficio. Por eso, no le preocupa si para alcanzar ese beneficio tiene que cerrar o trasladar la empresa. Un verdadero empresario no es así”, planteó.
En otro tamo, Lucchese dijo que es tan importante trabajar “que los jóvenes se vuelven adultos a través del trabajo”.
Explicó que la Doctrina Social de la Iglesia valora el trabajo humano como la participación del hombre y la mujer en la creación, “que continúa cada día gracias al esfuerzo de cada uno”.
“Hay pocas alegrías más grandes que la que se experimenta trabajando y hay pocos dolores más grandes que los dolores que produce la explotación y la humillación al trabajador”, agregó.
En el tramo más político de su proclama expresó que “el objetivo a alcanzar no son los planes para todos, sino que debe quedar en claro que el verdadero objetivo debe ser el trabajo para todos, porque sin trabajo para todos, no habrá equidad”.
Y en el momento más religioso remarcó la frase del salmo que dice “El señor hará propia la obra de nuestras manos”, y agregó que en cada misa, la feligresía se reúne en torno a la comunión presentada como el “fruto de la tierra y del trabajo del hombre”. “Una sociedad que no conoce los valores del trabajo, no podrá comprender la Eucaristía”, finalizó.
San José Obrero
Historia del carpintero
El día 1 de mayo del año 1955, el Papa Pío XII, instituyó la fiesta de San José Obrero como Patrono de los trabajadores.
En Villa María, para honrarlo especialmente, es que hace 60 años se construyó la capilla que se erige el barrio General Paz.
Una breve biografía de José, esposo de María, indica que fue artesano o precisamente, carpintero. Era, en definitiva, un obrero que enseñó el oficio a Jesús y que ganó el sustento para su familia.
Pablo VI se ha expresado al respecto: «Vosotros, los hijos del trabajo, que durante siglos habéis sido los esclavos de la labor, buscad a aquel que declara que la vida es sagrada, que el obrero es libre de las cadenas que la primacía del materialismo y del egoísmo económico ha soldado no solo en torno de los puños de los trabajadores, sino en torno de su corazón y de su espíritu… Buscad un principio, una razón que haga a los hombres iguales, solidarios entre sí, y que les devuelva la fraternidad. Y ello no en el odio contra otros hombres… Ya que todos viven en una comunidad natural, que traten de formar una sociedad humana y que sientan la grandeza de ser un pueblo».