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“Cuando Juez se arrimó a Macri, yo me llamé a silencio”

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“Cuando Juez se arrimó a Macri, yo me llamé a silencio”

Nació en Villa María el 21 de marzo de 1971. A los 8 años se fue a vivir a Villa Nueva. Es profesor de Historia y Geografía. Está preparando la tesis para obtener el título de Abogado. Casado, dos hijos. Comenzó a militar en el campo social a los 18 años dentro de un grupo de jóvenes cristianos. Años después incursionó en la política partidaria dentro de las filas del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST). En 2007 fue candidato a intendente de Villa Nueva por ese partido. En 2011 volvió a postularse por el Frente Cívico. En 2015, acompañó la candidatura de Marcelo Frossasco. Hoy está alejado de la actividad partidaria y trabaja a pleno en la parte social. Es presidente de la Asociación Civil Campana de Palo y está al frente de una comunidad cristiana evangélica

Escribe: Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION

Está entusiasmado con la novela que está escribiendo y que presentará en breve. Dar clases,  trabajar activamente en la militancia social y difundir un mensaje de fe son las cosas que lo ayudan a canalizar su pasión por la política.  Asegura que es el reflejo de su esposa y compañera de acciones Viviana, habla con entusiasmo de su familia, los amigos y los sueños que lo han acompañado toda su vida. Manuel Argüello es un soñador, defensor de los ideales, de los derechos humanos y de las luchas populares. Un dirigente que se alejó de las estructuras partidarias, que sigue con preocupación el rumbo del país y ya no desea ser intendente, sólo quiere poder transmitir su experiencia. 

-Siendo profesor de Historia y teniendo un conocimiento de las distintas etapas que hemos vivido a nivel país, ¿qué análisis hace de la situación actual?

-Creo que es un proceso inédito en cuanto hoy gobierna una fuerza que es encabezada por una persona que no representa a los partidos tradicionales. Todavía está todo por verse, indudablemente a mi modo de ver hay indicios que el paradigma desde donde se están tomando la decisiones es el neoliberal, conservador, que profundiza las desigualdades, que prioriza la macroeconomía por encima del bienestar general y adolece de la sensibilidad necesaria para gobernar en etapa de transición. Lo veo con preocupación.

-¿Qué cosas le preocupan fundamentalmente?

-La pérdida de las fuentes de trabajo, la inflación, la manera de negociar con los gremios, en este caso está cooptando dirigentes, haciendo acuerdos de cúpula sin tener en cuenta la realidad de las bases y de aquellos que hoy están pagando caro toda esta experiencia liberal.

-Y cuando enseña la historia de este país ¿qué piensa sobre estos cambios bruscos de la sociedad?

-La historia nuestra es muy extraña, quienes escriben la historia no lo hacen en vacío, todo lo hacen respondiendo a su ideología. Hay un trabajo interesante, un libro que siempre recomiendo, que se llama “La larga lucha de los argentinos” de Norberto Galasso.

Y Galasso distingue siete corrientes historiadoras, algunas conservadoras, algunas revisionistas, muchas a la derecha, otras a la izquierda. Entonces el planteo es cómo mirar la historia y la podemos caracterizar en bloques de 10 a 15 años.

La historia argentina se puede analizar en esos saltos, y no se da en todos los países, es un reflejo de la idiosincrasia argentina, hay como una especie de descontento con lo que alguna vez nos mantuvo conformes. Como un vuelco hacia atrás, uno mira con odio a lo que alguna vez fue su amor.

-El odio y el amor siempre juntos.

-Tal cual y es por eso que el odio y las antinomias en nuestro país no se han podido erradicar. Otro libro que siempre sugiero es “La sangre derramada”. José Pablo Feinman hace un análisis increíble de estas antinomias que hasta el día de hoy subyacen en la Argentina.

Y creo que tiene que ver con nuestra falta de raíz, nuestra falta de apego, de amor a lo nuestro. Carlos Fuentes solía citar una frase que decía “los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos” (sonríe). Creo que hay una melange de nacionalidades y formas de entender la política que agudizan esa complejidad.

Para algunos es mucho más simple entender la política y la ven como si fuera el manejo empresarial y para otros tiene que ver con la sensibilidad, el empoderamiento de los más humildes, con procesos culturales.

Y en esa lucha estamos, como en el tiempo de unitarios y federales.

-Sin embargo, el pueblo tiene algo especial porque parece salir siempre de las crisis.

-Creo que estar en un territorio como éste nos ha permitido echar mano a los recursos que tenemos. Este es un país muy vasto, muy rico, no sé si podríamos sobrevivir en países que no tengan tantos recursos.

Es como que hay una vocación autodestructiva en algunos momentos. Y si uno repasa la historia vamos a ver que siempre fue así. Lo que significó el derrocamiento de Yrigoyen, la década infame, la Revolución Libertadora, lo de Onganía, la dictadura militar, lo que sucedió después del “que se vayan todos”, no se fue ninguno y volvieron con parientes.

Me entendés, o tenemos una alta tolerancia a la frustración o en nuestro ADN nacional está la vocación por luchar más allá de estos cortocircuitos políticos, sociales y económicos que tenemos cada diez o quince años en nuestro país.

-¿Usted ahora ha dado un paso al costado en la arena política?

-(Se ríe). He desensillado.  Soy un ser humano político, todo lo que hacemos es política, pero partidariamente he dado un paso al costado, desde 2014 que decidí desensillar. Acompañé en 2015 a Marcelo Frossasco cuando me invitó a participar, dado que entendía que desde la cartera social podía hacer mucho. Porque es lo que uno hace en la cotidiano, estar con gente que tiene necesidades, carencias, que están buscando un auxilio, una mano que se le brinde, un abrazo o por ahí mostrarle que se puede salir.

Nosotros hacemos todos los días eso, es mi estilo de vida y el estilo de vida de los que me acompañan dentro de la comunidad cristiana y dentro de la Asociación Civil que presido.

-¿Y qué lo llevó a tomar la decisión de desensillar?

-Es que no hay ningún proyecto que en lo personal me movilice. Me sigue gustando la propuesta de Pino Solanas, creo que a mi humilde entender Solanas pudo crear una síntesis con Proyecto Sur.

Y Pino Solanas me sigue entusiasmando aún hoy con esas ganas de luchar, con la edad que tiene, es una persona que sigue señalando lo mejor del movimiento nacional.

-¿Qué le pasó a la izquierda argentina que no logró un caudal suficiente de votos como para llegar al Gobierno, salvo pocas excepciones?

-Hay dirigentes del centenario partido que dicen que el argentino es de derecha y no creo que sea así, el argentino es argentino, lo que sí tiene una fuerte propensión a votar lo que conoce, puede ser un tanto conservador pero no de derecha.

Cuando uno se pone a charlar con las personas ve que tienen necesidad de alguien diferente pero no aparece.

Cuesta construir una alternativa al bipartidismo que permita resolver esas cosas que no se han resuelto, venimos arrastrando un montón de cuestiones que necesitan un replanteo y no se resuelve con frases.

Me parece que debemos rescatar las cosas que se hicieron bien, que son muchas, y seguir soñando con esas que aún no se hicieron. 

-¿Cuándo comenzó con la militancia social, siendo un pibe, cuáles fueron sus motivaciones?

-Me motivaba saberme útil. Mirá yo tenía una guitarra que mi viejo me había regalado, mi viejo era músico y recuerdo que me mandaba al Conservatorio y en ese tiempo yo iba a un hogar de ancianos y sabía solamente tres tonos. Pero yo llegaba a ese hogar y me recibían como si fuera Paco de Lucía.  Hoy , la dueña que se llama Esther y es una persona maravillosa todavía se acuerda.

Y después empezamos a trabajar con niños enseñando la Biblia, ahí conocí a Viviana que es mi esposa, y los dos dábamos clases y uno veía que eso transformaba la vida de los pibes.

Pero no solamente por el mensaje sino también por la pedagogía de la presencia, la presencia de alguien que es distinto al ausente, al violento, a la negación.

Y después pasé a trabajar con jóvenes, que es más complejo, y ahí estuve organizando campamentos, campeonatos deportivos y una copa de leche.

-¿Desde la infancia tuvo esa inclinación hacia lo social?

-Siempre fui un soñador. Yo soñaba con ser cura o ser fotógrafo. Y después me apasionó la historia. Yo leía mucho cuando era pibe, leía historietas porque teníamos televisión en blanco y negro y lo único que teníamos en colores eran las historietas (se ríe). 

Y leía un montón y muchas cosas que no conocía las buscaba en el diccionario. Siempre les digo a mis alumnos que uno se va pariendo desde la ignorancia.

Recuerdo discusiones que tenían compañeros míos, en el profesorado,  que eran cuadros políticos avanzados y por ahí yo no agarraba una.

Y cuando estos tipos se quedaban discutiendo yo me quedaba y no entendía todo pero sabés que hacía, me iba y anotaba todo en mi carpeta y me iba al diccionario y luego me iba a la Biblioteca Mariano Moreno que es un lugar que amo.

-¿A qué edad se fue a vivir a Villa Nueva?

-A los 8 años y estuvimos viviendo dos años en el campo y eso me marcó mucho. Me acuerdo que mi viejo quería que yo estudiara en el Liceo Militar y era 1983 y empezaron los rumores de los primeros desaparecidos y entre una cosa y otra se pinchó eso de entrar.  Y doy gracias a Dios por no entrar porque tuve otro recorrido en mi vida y fue hermoso.

Con grandes luchas, mi viejo se enfermó y con el tiempo falleció, pero con las luchas que uno tuvo aprendió mucho. Siempre inculco eso a la gente que los desiertos nos enseñan, nos forman, son trayectos pedagógicos y caminar con gente que ha luchado mucho se ha  fogueado mi corazón.

Que hoy no esté en política no significa que uno no labure por la gente. Nos matamos trabajando por la gente y jamás percibimos un peso.

Jamás he obtenido un cargo y jamás me serví de los vínculos políticos que he tenido para estar un poco mejor. Y así va a ser, lo he recibido de mi viejo.

-Su viejo era un bohemio.

-Sí, tenía su costado bohemio y recuerdo que se juntaban a ensayar en casa. Estaba Giordano, que tocaba el fuelle, Scaglia que tocaba el fuelle, el Negro Medina que tocaba el violín, Rubén Vanzzetti que era un monstruo. Hasta el día de hoy siento la impresión del olor del bandoneón porque yo estaba ahí, mi viejo tocaba el piano, y el olor del fuelle es un olor muy particular, son los años que respira el fuelle, esos instrumentos tienen una metafísica que por ahí no tiene la viola.

Y yo viví todo eso, el ver que mi viejo leía las partituras y a mí me apasionaba leer la biografía de los músicos que venían en esos cuadernos pentagrama. Tenía 6 años y leía esas biografías y a mi abuelo Ramón le gustaba el violín.

Ahí mi viejo comienza con el piano a los 12 años y a los 13 años ya estaba tocando en los cabarets que había acá en Villa María.

Pero era otro mundo, era otra bohemia.

-¿Y esa inclinación por lo religioso de dónde surge?

-Siempre tuve una inclinación por las cuestiones de fe. Hice la Comunión y estaba por hacer la Confirmación pero creo que era más porque me gustaba una de las chicas que estaba por hacerla (se ríe).

Después integré el coro de la Iglesia de Villa Nueva y me transmitía paz. Creo que en el fondo era una necesidad de tener paz en mi vida.

Acercarme a Dios fue toda una experiencia y creo que hoy la fe es necesaria y yo puse mi fe en Jesús pero el Jesús en que yo creo no es el del madero sino el que anda en la mar.

El que hace milagros, el que anda de casa en casa, el profeta de lo popular. Creo en ese Jesús comprometido con la gente.

-¿Cuáles son los principales problemas que ve en su Iglesia?

-La gente que se acerca es maravillosa, muchas personas carecen de un proyecto de vida, de una motivación, de la fortaleza para emprender nuevos sueños. Lo que nosotros enseñamos es a buscar un proyecto. Tenemos talleres donde enseñamos habilidades sociales porque la sociedad incapacita a las personas  y nosotros tratamos que se rompan esos moldes que te dicen que no servís para nada.

-¿El tema de la pobreza?

-La pobreza hace como un clúster, muy complejo. La pobreza va de la mano de la violencia, de las adicciones, de un círculo vicioso que se va reproduciendo. En Villa Nueva el déficit habitacional hace que muchas familias vivan hacinadas y esto es algo que lo vengo diciendo hace años y no se solucionó. Estos doce últimos años en que el Gobierno nacional destinó tantos fondos a la obra pública en Villa Nueva no se logró hacer nada, no quisieron o no supieron, solamente hicieron cincuenta viviendas.

La pobreza duele porque no es material solamente, hay una pobreza también de aquel que tiene pero no se duele del que no tiene, la indiferencia es la peor de las pobrezas. 

Y la pobreza en Villa Nueva es algo estructural, no veo cambios, todavía se sigue apelando a la mano invisible del mercado, y eso a nosotros nos interpela.

Con nuestra Asociación Civil hicimos un convenio, a través de la profesora Graciela Toscano, con la UNVM para un programa que se llama la universidad en la calle y logramos que se hicieran dos talleres, uno de mecánica de motos y otro de peluquería.

También hicimos un taller de teatro. 

Nosotros consideramos que las personas deben expresarse y desarrollarse para cortar el círculo vicioso de la pobreza. Y eso hacemos.

Y vamos por más, tenemos otros proyectos por hacer.

-¿Tienen un proyecto para poner en valor histórico una propiedad de Villa Nueva?

-Sí, al frente de la plaza hay una casona de dos pisos hermosa. El dueño tiene una verdulería, siempre que pasaba le sacaba fotos y una vez escribí un poema sobre la casa y pienso que ahí se respira la metafísica de Villa Nueva.

Los objetos tienen un lenguaje y nos comunican algo. Y fui a ver al dueño, nosotros no tenemos un peso vivimos de la docencia, pero fui a proponerle algo muy loco. 

Y le propuse que recuperemos la fachada, se quedó un momento pensando y después le interesó.

Así que me contacté con otras personas, entre ellas Chiche Molina y ya empezamos a juntar voluntades.

La idea es recuperar la fachada y en eso estamos. Desde la Asociación Civil estamos promoviendo eso y ya nos empezaron a arrimar fotos y el invalorable aporte de Chiche Molina que representa el interés por la cultura, el patrimonio, junto la señora Aprile, Chochi Bailone y muchos más que han trabajado por la cultura villanovense.

Todos los que participemos lo haremos ad honorem.

-Volviendo al terreno partidario ¿qué experiencia le dejó ser el candidato a intendente del MST?

-(Pausa). Fue maravilloso, haber hecho una campaña sin un peso, con compañeros como Raúl Gómez que sigue siendo un referente de la política provincial, con Néstor Gea a quien quiero muchísimo.

-En 2011 fue el candidato a intendente del Frente Cívico

-Sí, fue todo un recorrido. En 2008 se da la crisis con el campo y yo tomo distancia porque no me sentía cómodo apoyando al campo. Yo veía la protesta que se le hacía al Gobierno nacional y me parecía que era un expresión de la oligarquía, de los grupos concentrados, de los pool de siembra, de la gente que había estado bien y nunca se había acordado de los sectores populares.

Entonces, yo no me veía ahí.  Había compañeros del MST que creían que debían estar apoyando y me fui apartando.

Ahí empecé a militar en Proyecto Sur y en ese espacio convergen el MST, el MAS y llegando a 2010 Proyecto Sur hace una alianza con Luis Juez.

O sea que cuando me encuentro siendo candidato del Frente Cívico estaban todos mis compañeros del MST, todos los de Proyecto Sur y todos los del Frente Cívico.

Fue un callejón ancho que nos fue encontrando. Después sucede la propia vorágine, era muy difícil sostener una estructura partidaria en Villa Nueva sin recursos y sin tener en claro hacia dónde iba la estructura provincial.

De hecho a mí Macri no me entusiasmó nunca, estuve en las antípodas de Macri y sigo estando.

Y entonces cuando Juez se va arrimando a Macri yo me llamé a silencio.

En política nadie es dueño de los militantes y todas las personas que militaron conmigo tuvieron la libertad de decidir.

-Usted se refirió al tema del feriado del 24 de Marzo, que después se dio marcha atrás, pero también hay como una seguidilla de ataques a la guerrilla como justificando lo que hizo la dictadura ¿qué piensa sobre eso?

-Es una barbaridad, reflotar la teoría de los dos demonios es una barbaridad. Yo soy profesor de Historia, he tenido algunas idas y vueltas con gente que cree que leyendo al Tata Yofre o a otros escritores de derecha piensa que son voces autorizadas.

Es lamentable que cualquier sector se exprese y nos pongan en la discusión de si fueron ocho o treinta mil. Si hubiera sido uno solo ya son crímenes de lesa humanidad. Y de hecho si me pongo a discutir les digo tenés razón no fueron ocho mil, fueron setecientos mil, un millón, porque si vamos a contar los crímenes de lesa humanidad antipopulares, las persecuciones y masacres en toda América Latina o en otros lugares del mundo. Miles y miles de crímenes que la derecha nunca se hizo cargo.

-Y cree que esto que sucede y se replica en las redes sociales ¿es orquestado?

-Mirá, las redes sociales son una trampa, compran ese pescado. Y personas que creen que haber leído uno o dos libros les da autoridad intelectual  para decir cualquier barbaridad se equivoca.

Académicamente no se sostiene en ningún lugar la discusión de la teoría de los dos demonios,  desde los derechos humanos mucho menos y desde el sentido común mucho menos.

Salvo, obviamente, que haya una intencionalidad política y haya usinas que estén motorizando eso que nunca faltaron en nuestro país.

Fijate vos que Aldo Rico se animó a desfilar, es un carapintada que se alzó contra el Gobierno de Alfonsín

Creo que estamos viviendo una violencia, además, contra la mujer que es tremenda. Hoy vale todo contra la mujer, se la está cazando a la mujer, hoy hay un gorilismo estético  discutiendo el tetazo, cuando lo que se está discutiendo, en realidad,  es si se va a dar un presupuesto a una ley que ampara a la mujer.

-¿Por qué cree que se está dando ese ataque sistemático a la mujer?

-Nuestro país ha sido siempre patriarcal. ¿Qué pasó con Eva Duarte?  Las fuerzas que acompañaron a Perón la bajaron, el patriarcado está intrínseco y las mismas mujeres la reproducen, a veces, denigrándose ellas mismas. 

Nada justifica la violencia y el crimen. Nada. 

-¿Qué expectativa tiene para el futuro del país?

-La expectativa es que las fuerzas populares puedan converger en un nuevo callejón ancho, que nos permitan limar las diferencias, dejar de lado los fanatismos y comenzar a construir en función de las experiencias y los ideales.

-¿Qué opinión tiene del intendente Natalio Graglia?

-La verdad no he tenido contacto. Creo que no tiene altisonancia, no tiene mucho volumen, no hay obra pública, indudablemente el padrinazgo ha cambiado.

Creo que con los recursos que tiene, es correcta. Está dentro de los cánones predecibles, un partido que gana con un padrinazgo y eso cambia. No se puede esperar mucho.

Sigo sosteniendo que en Villa Nueva hay mucho que hacer por el déficit habitacional, por la pobreza, por la cultura. Sigo pensando lo mismo.

-¿Resignó su sueño de ser intendente?

Sí, creo que sí.  Tengo otras metas. Hoy me encuentro con 45 años y mis afectos me anclan hacia otros horizontes. Hoy disfruto con mis amigos, con algunos compañeros de militancia, me parece que la vorágine que me tuvo años haciendo política a pulmón me generó mucho desgaste.

Toda esa energía ahora la estoy canalizando en la docencia, en la Asociación Civil, haciendo la tesis para ser abogado, en la comunidad cristiana.

Hoy por hoy Manuel Argüello está canalizando todas sus energías en las cosas que comparto con las personas que transitamos espacios en común. Estar en política es muy ingrato.

-¿Cuál es su sueño hoy?

-Tengo tantos. Dedicarme a escribir.  Me gustaría ser un viejito de consulta, si Dios me da vida, esos de bien que pueden acompañar y entender a la juventud.

Tal vez, vivir en un pueblito, por ahí uno tiene la necesidad de reinventarse. 

Y aportar mucho a los que quieran construir, ya pasé la etapa de querer comerme el mundo o de polemizar todo, siento que puedo transmitir experiencia. Dios dirá.

Opiniones

Mauricio Macri

Es una aventura que capitalizó un voto rechazo al kirchnerismo. No fue un voto consolidado en propuestas que generó Cambiemos.

Y ahora se está viendo un poco el resultado de ese voto anti,  en gente que no se siente expresada por Macri. Se va descapitalizando Macri en la gestión y más rápido de lo esperado a mi humilde entender.

Si ellos querían dar un salto  cualitativo al kirchnerismo era profundizar lo que había hecho bien, creo que hizo cosas muy buenas, y revertir las cosas que no hizo bien.

Pero creo que el macrismo es una continuidad de las cosas que el kirchnerismo no supo resolver, por ahora le dura el blindaje mediático, la imagen que es una renovación de la política pero no sé hasta cuándo.

Juan Schiaretti

Nunca fui militante de Schiaretti, me tocó estar eventualmente en alguna reunión. No creo que sea de la Sota, hay matices distintos pero si insisten con esta ley de bosques creo que va acentuar las políticas neoliberales. No me gusta el acercamiento al macrismo, no creo que sea la salida.

Martín Gill

Para mí es un tipo interesante. Es una persona inteligente, y esto no lo diría jamás de Accastello. Me parece que Martín tiene don de gente, tiene gran capacidad para visualizar y construir.

Tuve la oportunidad de conversar con él y hemos compartido visiones y criterios sobre problemas en común . De lo local lo rescato lejos, creo que no debe haber dirigentes con la claridad y proyección que tiene él.

Me gusta

Leer, la música, las rondas de mate, escribir

Me encanta

Salir a caminar con mi familia

Me divierte

Juntarme con amigos

Me entristece

La pasividad. Ver que hay personas que asumen su condición de manera fatalista y no luchan por transformar la realidad.

Me enoja

La injusticia me rebela, la corrupción, los ineptos que manejan la cosa pública.