Rubén Darío Sosa fue condenado por “tenencia y comercialización de estupefacientes”, aunque también confesó otros tres hechos delictivos. Como se trata de un convicto primario, podría llegar a obtener la “libertad condicional” cuando cumpla los dos tercios de la condena
A requerimiento del fiscal de Cámara y como consecuencia de un acuerdo con la Defensa, el juez René Gandarillas le impuso ayer una pena de cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo a un joven albañil villanovense que vendía marihuana y cocaína en pequeñas cantidades.
Se trata de Rubén David Sosa (28), quien en el marco de un proceso oral y público admitió haber cometido todos los ilícitos que se le atribuían, entre ellos un par de robos menores y un episodio de intimidación.
En efecto, a poco de comenzada la audiencia de debate y tras la lectura de la pieza acusatoria, tarea que estuvo a cargo de la prosecretaria Patricia González, el trabajador de la construcción se declaró culpable de “tenencia y comercialización de estupefacientes”, “robo reiterado” (dos hechos) y “amenazas calificadas”.
La confesión lisa y llana de Sosa posibilitó que el juicio se abreviara, con lo cual se incorporó “por lectura” toda la prueba obrante en el expediente y no se receptaron testimonios en la sala del quinto piso de Tribunales.
Previo a las deliberaciones, el fiscal Francisco Márquez y el abogado defensor Eduardo Rigalt habían pactado solicitar la pena finalmente impuesta por el juez Gandarillas, y así lo plasmaron en sus respectivos alegatos.
Dos años detenido
Rubén Sosa, nacido el 5 de agosto de 1989 y con último domicilio en la vecina ciudad de Villa Nueva, está detenido desde hace poco más de dos años, luego de que la Policía lo detuviera en flagrancia y le secuestrara algunos envoltorios que contenían clorhidrato de cocaína y picadura de marihuana, estupefacientes que vendía bajo la modalidad de comercialización conocida como “narcomenudeo”.
No obstante, este joven convicto primario registraba un robo perpetrado de mayo de 2015, cuando sustrajo una mochila del interior de un automóvil que se encontraba estacionado en la costanera (para lo cual rompió una de las ventanillas), y otro hecho cometido en los primeros días de noviembre del mismo año, cuando violentó la puerta de entrada a una vivienda villanovense y se apoderó de un televisor y otros objetos de menor valor.
Podría salir en julio
Como la de ayer fue su primera condena, Sosa podrá solicitar la “libertad condicional” cuando complete las dos terceras partes de la sanción impuesta en la víspera (es decir, dos años y ocho meses), siempre y cuando tenga buena conducta y, en su momento, apruebe una pericia psicológica que acredite que está apto para reinsertarse en la sociedad.
De cumplir con ambos requisitos, podrá dejar la cárcel de barrio Belgrano en los primeros días de julio de 2018.