Se trata del exfutbolista local Leandro “Cachula” Márquez, quien reconoció los hechos que lo llevaron a prisión el 25 de agosto de 2015. La Policía le secuestró cocaína, marihuana y dinero en efectivo. Podría recuperar la libertad a fin de mes
Un veterano exfutbolista de la Liga Villamariense fue condenado ayer a cuatro años de prisión efectiva, luego que confesara haber vendido drogas en su domicilio particular y en un taller de motos, ambos ubicados en pleno centro de Villa Nueva.
Leandro Germán Márquez (38), más conocido como “Cachula”, fue declarado autor responsable de “comercialización de estupefacientes”, luego que la Policía le incautara distintos envoltorios que contenían 30 gramos de cocaína y 11 de marihuana en la vivienda ubicada en Deán Funes 850 de la vecina ciudad.
Márquez, un peón de albañil nacido en Villa María el 14 de mayo de 1979, se encuentra detenido desde hace casi dos años y podría recuperar la libertad en un par de semanas si prospera un recurso de casación que interpondrá su defensor, el abogado Eduardo Luis Rodríguez.
De todos modos, por el tiempo que lleva entre rejas, con buena conducta y una pericia psicológica favorable, “Cachula” estará en situación de obtener la “libertad condicional” dentro de ocho meses y 17 días, más precisamente el 25 de abril de 2018, fecha en la que completará las dos terceras partes de la condena impuesta en la víspera.
Ocurre que se trata de un convicto primario que no registra antecedentes, lo que puede facilitar su excarcelación en la fecha apuntada, sin es que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) no hace lugar el recurso que en 15 días planteará la Defensa.
Leandro Márquez se hizo conocido en el ámbito del fútbol local por haber vestido los colores de Unión Central de esta ciudad, Rivadavia de Arroyo Cabral (fue campeón de la Liga en 2013) y Leandro N. Alem de Villa Nueva, entre otros clubes, en los que se desempeñó como marcador defensor, e incluso hasta pocos meses antes de ser detenido estaba jugando en un equipo del fútbol comercial.
Casi dos años preso
La detención de “Cachula” se produjo el 25 de agosto de 2015, cuando efectivos de la Unidad Departamental General San Martín allanaron su vivienda y secuestraron los estupefacientes antes descriptos, además de 55.000 pesos en efectivo y 31 envases plásticos que contenían talco para los pies, sustancia que suele ser utilizada por los vendedores de drogas para “estirar” la cocaína.
Durante la investigación, las autoridades judiciales establecieron que Márquez no sólo desarrollaba la actividad ilegal en su domicilio particular, sino que también vendía estupefacientes en un taller de motos ubicado en Marcos Juárez casi esquina Deán Funes, propiedad de Roberto Mirotti, quien aparentemente desconocía esos movimientos (al menos no fue procesado en esta causa).
En un principio, la Policía tomó conocimiento de los hechos a partir de la denuncia anónima de una mujer, vecina de ese sector villanovense, quien puso al tanto a los investigadores de lo que hacía Márquez en su casa.
La investigación del caso continuó en días subsiguientes hasta que la Justicia emitió una orden de allanamiento que terminó con los “negocios” de Márquez.
Pedidos diferentes
La audiencia de debate realizada ayer en la Cámara del Crimen local fue presidida por el juez René Gandarillas y contó con la participación del fiscal Horacio Vázquez, del defensor Rodríguez y de la secretaria Gabriela Sanz.
Tras la lectura de la acusación, Márquez se declaró culpable de los hechos. Seguidamente, el fiscal anunció que había llegado a un acuerdo con la Defensa para incorporar “por lectura” toda la prueba obrante en el expediente, lo que posibilitó que se omitiera la recepción de testimonios en la sala del quinto piso de Tribunales.
Pese a esas dos variables, el juicio no fue de trámite abreviado (aunque sí más breve que lo habitual) porque Vázquez y Rodríguez no acordaron pedir la misma condena.
En efecto, el acusador público solicitó la pena mínima prevista por el artículo 5º, inciso “c”, de la Ley Federal de Estupefacientes Nº 23.737. Dicha norma legal establece que “será reprimido con prisión de cuatro a 15 años y multa (…) al que, sin autorización o con destino ilegítimo, c) comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o los tenga con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o transporte”.
A su turno, el abogado defensor planteó la inconstitucionalidad del mínimo de la pena y solicitó una sanción de tres años de cárcel, sanción que habría dejado a Márquez a las puertas de la excarcelación por el tiempo que lleva entre rejas.
Cabe recordar que en octubre de 2016, al resolver un recurso de casación en la causa “Loyola, Sergio Alejandro, por supuesto autor de comercialización de estupefacientes”, el TSJ declaró inconstitucional “la escala penal para el último eslabón del comercio de estupefacientes” y sostuvo que el mínimo de cuatro años violaba el principio de proporcionalidad de las penas y de igualdad ante la ley.
Rodríguez basó su alegato en esa jurisprudencia y solicitó la pena de tres años de cárcel, pero luego el fiscal Vázquez reclamó que se rechazara dicho pedido y se condenara a “Cachula” a cuatro años.
Al momento de dictar sentencia, el juez Gandarillas no hizo lugar al planteo de inconstitucionalidad formulado por la Defensa y aplicó la condena requerida por la Fiscalía.
“No le saque fotos”
Poco antes de que concluyera la audiencia y en momentos que el colega Marcelo Rebuffo (durante un cuarto intermedio) estaba fotografiando a Márquez para ilustrar la noticia del juicio en el portal de radio La Show, el padre de “Cachula” se puso de pie y le reclamó que no le sacara fotos “porque tiene hijos”.
Esa circunstancia fue advertida por el oficial César Gallo, efectivo policial que está a cargo de la seguridad en la Cámara del Crimen, quien llamó al orden al progenitor del acusado y le informó que el periodista estaba realizando su trabajo, tras lo cual lo “invitó” a sentarse y a mantener la calma.