El titular de una despensa de esta ciudad pasó momentos de zozobra cuando un delincuente le apuntó con el arma, para luego alzarse con parte de la recaudación del día. Y todavía da las gracias porque el asaltante no haya intentado meterse en su domicilio particular, donde se encontraban su pequeña hija, su esposa y su madre
José Antonio Mena tuvo a su cargo el bufé del Club Argentino, en barrio Santa Ana, durante 28 años. Y lleva cinco con su despensa instalada en la calle Río Salado al 300 de Vista Verde. Nunca había sufrido un atraco. Hasta las 21.20 del lunes último, cuando… “el tipo entró bastante tranquilo, me pidió queso de máquina, fiambre y mayonesa. Le corté todo, le hice los paquetes, me pagó, le di el vuelto e hizo el ademán de retirarse, pero giró y me encañonó”, narró Mena a EL DIARIO.
El comerciante, que nunca se había visto en un trance semejante, pensó en un primer momento que se trataba de una broma. Pero fue sólo un instante, porque las palabras de quien en apariencia era un cliente le hicieron comprender rápidamente de qué se trataba: “Dale, dame la plata que ya le saqué el seguro a la pistola… Va en serio; te estoy robando, dame toda la plata”.
-¿En serio?
-Sí, dame la plata y terminamos rápido, que adentro está tu mujer y tu hija. Hagamos las cosas bien.
Ese fue, palabras más o menos o menos, el intercambio con el desconocido, según recordó Mena.
Con la culata apoyada en el mostrador
El malviviente, que “debe haber tenido entre 20 y 25 años”, según consideró el comerciante, tenía la culata de la pistola apoyada sobre el mostrador y no dejaba de apuntarle.
“Le pedí que me dejara el cambio porque tenía que seguir laburando y me dijo que me quedara con los billetes de cinco y de dos pesos, pero que a los de diez se los iba a llevar. Y se los llevó. Eso sí, me dejó el queso, el fiambre y la mayonesa. Le dije que para salir tenía que empujar la puerta hacia afuera y me respondió: ‘Ya sé’”, relató al periodista de EL DIARIO esta nueva víctima del accionar delictivo que asola a la ciudad. Y señaló, además, que el indeseable visitante huyó del lugar en una moto. “Creo que estaba solo. No me pareció que lo estuviera esperando un cómplice”.
“Menos mal…”
El garaje donde funciona la despensa está comunicado por una puerta con la vivienda familiar, por lo que José Antonio agradeció que todo se resolviera en el negocio: “Menos mal que el tipo estaba tranquilo, que no intentó meterse en casa; eso era lo que más me preocupaba. Además, él me había dicho que sabía que mi señora y mi hija estaban adentro, o sea que había estado mirando desde afuera”.
La denuncia
En los primeros minutos posteriores al hecho, Mena siguió despachando y no quiso “alterar el clima en el barrio”.
“Pero después, cuando le conté a mi señora, ella me dijo que debíamos hacer la denuncia, que teníamos que difundir lo sucedido por solidaridad con nuestros vecinos, para que sepan que, de alguna manera, estamos expuestos a este tipo de situaciones”, concluyó.
El titular de uno de los tres comercios del rubro de ese sector de la ciudad indicó que terminó el trámite en la sede policial de General Paz 317 alrededor de la una de la madrugada de ayer.
El matrimonio recibió el apoyo de los habitantes de ese sector de la ciudad a medida que la noticia se fue divulgando.
Es que el accionar delictivo se repitió en Vista Verde en los últimos meses (lo sufrieron familias cuyas viviendas se encuentran en la calle Río Tercero y en la Río Suquía, por citar dos de los casos más serios) y motivó incluso algunos reclamos vecinales. Después de esos pedidos surgidos en el barrio, se incrementó el número de patrullajes. Pero con el paso de los días volvieron a ser espaciados.
Los vecinos se dan cuenta de la situación y, por lo visto, los delincuentes también lo advierten.