En primer lugar habría que remarcar el acierto doble de la productora. Por un lado, haberse percatado con astucia que existía una necesidad en el público mayoritariamente joven y ligado, de alguna manera, a la escena de rock de contar con una propuesta alternativa y entusiasta; en este caso una banda que aunque no sea masiva cuenta con huestes atomizadas en todo el país que promueven el insuperable marketing del boca a boca: “Hay que ir a verla”.
Por otro lado, haber elegido un escenario acorde, ni tan grande ni tan pequeño, ni tan “frío”, en materia de ambientación, como puede ser un club. Como punto extra, se le anota la grilla de previa: Fede Lattanzi y sus adláteres funk junto a Koko MC (el rapero Manuel Cabrera), que fuera vitoreado por los presentes en las tempranas horas.
Después de las 2 de la madrugada, Dancing Mood, casi una formación de culto en el panorama nacional, venía a rubricar su sello de embajada itinerante de ska. La quincena de músicos (de diferentes edades), liderada por Hugo Lobo, que sólo tenía un antecedente en nuestra ciudad registrado en 2006, hizo mover y saltar a cerca de 500 personas con una seguidilla de sets instrumentales, donde primaran los vientos y “bronces” en comunión pagana con la percusión. No por nada se dice que la banda “suena un caño”. La despedida del disco “Ska explosión” y el adelanto de dos tracks del inminente “On the good road”, fueron simplemente excusas.
Juan Ramón Seia