Nació en Villa María el 7 de octubre de 1956. Comenzó su militancia en las filas del Partido Justicialista en 1973. Ocupó diversos cargos partidarios durante su trayectoria y también en el ámbito del gobierno provincial. En 1999, al llegar José Manuel de la Sota a la Gobernación de Córdoba, fue designado director de Emergencias de la Provincia. Dos años después se hizo cargo de la Dirección de Municipalidades durante seis meses hasta su nombramiento al frente de la Subsecretaría de Emergencias. Manejando esa área del ámbito social del Ejecutivo provincial estuvo hasta 2011. De 2011 a 2015 fue legislador provincial. En forma paralela se desempeñó como presidente de la Liga Villamariense de Fútbol (1998-2000), fue presidente de la Federación Cordobesa de ese mismo deporte (2001-2013) y vocal de AFA (2006-2014). Hoy es congresal nacional del PJ y presidente de la Cooperativa de Servicios Públicos de Tío Pujio
Escribe: Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION
Recorrió un largo camino en el ámbito de la dirigencia complementando sus dos pasiones: el fútbol y la política. Peronista hasta los huesos, soldado incondicional de José Manuel de la Sota, polémico, dialoguista, sin vueltas a la hora de expresar sus pensamientos. Darío Ranco ha tenido una activa participación en el peronismo departamental de los últimos 20 años.
Nació en el seno de una familia humilde y se formó en la calle, “la universidad que no tiene techo”, según sus propias palabras. Hoy, alejado de los cargos gubernamentales observa con preocupación el rumbo del país, espera que “se terminen los desencuentros” y que haya más armonía y respeto entre los argentinos.
-¿Qué le está pasando al peronismo en esta etapa?
-El peronismo está pasando por una crisis que creo que la vamos a superar porque siempre tenemos ambición de poder. De eso no hay lugar a dudas. No hay que dramatizar este proceso porque en las elecciones intermedias siempre tuvimos resultados adversos, más que todo en la provincia de Córdoba.
En el año 83 se elegían 18 diputados nacionales, ingresaron 11 por la UCR y 7 por el PJ, en el 85 tuvimos un reordenamiento y fueron cinco y cuatro. Creo que entre todos, despojándonos de algunos posicionamientos, vamos a lograr unificar. Nosotros tenemos ese poder de gobernar por estar al lado de la gente, que es lo fundamental.
-¿Piensa que el voto de octubre estuvo relacionado, en parte, con la administración provincial o local?
-No, aquí no se ha expresado por la legitimidad del Gobierno municipal o provincial porque tienen un alto porcentaje de imagen positiva, superan el 70% tanto el intendente como el gobernador.
Y en este proceso nacional estoy convencido de que hay que desensillar hasta que aclare, como decía el General, y no tengo dudas de que vamos a ser una opción en 2019 con una propuesta superadora, entendiendo que vamos a hacer una oposición constructiva. Porque hay que decir las cosas que están bien y las que no están bien, marcarlas y esto nos va a ayudar a unificarnos.
-¿Tiene en mente alguna figura que pueda ser prenda de unidad en el PJ?
-Si pensamos quién puede unificar esto, el año que viene se va a dar lo del Consejo Nacional, yo creo que el doctor De la Sota, por su experiencia, capacidad y trayectoria está capacitado para aglutinar a todo el peronismo.
Y esto nos daría la posibilidad de tener una propuesta de gobierno para 2019, no solamente a nivel nacional, sino en todas las ciudades, en toda la geografía del país. Porque más allá de ser respetuoso de la decisión de la gente, creo que este Gobierno está en deuda con muchísimas cosas.
-¿Por qué el peronismo se dividió, cuáles fueron los factores?
-Tenemos que tomar de una manera lo que fue el gobierno nacional, lo que fue el tema de Cristina después de que perdió el poder. Porque hay que reconocer que muchos de los que criticaron a Cristina estuvieron con Cristina. En esto tenemos que ser claros, si hay dos hombres que nunca estuvieron encolumnados en el Frente para la Victoria fueron De la Sota y Schiaretti.
Después, todos los otros actores formaron parte del espacio y obviamente cuando pierde el poder la expresidenta se dio la posibilidad de uno por un lado y otro por el otro.
Esto ha traído una situación de pérdida de votos, hoy hay un núcleo duro, un sector que ha tenido la posibilidad de votar a Unidad Ciudadana e ingresar un diputado aquí en Córdoba.
Son procesos que es lógico que los vivamos, hoy no estamos gobernando el país ni algunas provincias importantes y creo que esto fue fruto de un descontrol total.
En este período no hemos podido plasmar un frente por diferentes factores, mezquindades, oportunismos. Te doy un ejemplo, en Buenos Aires, Massa representa a parte del peronismo, Randazzo a otra parte y Cristina a otra, tené en cuenta el flujo de votos que hemos dejado en el camino para fortalecer al Gobierno actual. Y fuimos divididos también en otras localidades.
Estoy confiado como militante en que el peronismo se va a reordenar.
-¿Hacía falta este proceso, era necesaria para el peronismo una derrota?
-Creo que nunca es necesaria, pero cuando se da, es así. Hoy nos va hacer ver las cosas de otra manera, a los principios los tenemos claros, a los valores los tenemos claros, pero nos ocurren cosas que a veces los egos nos hacen diferenciarnos unos a otros. Pero hay un hecho que es totalmente saludable, creo que los dirigentes que van a lograr reordenarlo están a la altura de las circunstancias.
Después de la derrota de 2015, el peronismo cordobés se unió, pero hubo fallas, sin duda, ya que fueron divididos a las elecciones.
-Seguro, creo que se hicieron los esfuerzos necesarios, pero se dio de esta manera. Hoy tendremos que ver de qué manera trabajamos en este período, de acá a dos años, y pienso que los cordobeses tenemos dirigentes muy importantes que van a poder recuperar ese espacio que hemos perdido.
-En Tío Pujio ¿qué análisis hizo de los resultados?
-En Tío Pujio creo que no se evaluó la Intendencia. Tiene la particularidad de que se dio en muchos lugares, de esta ola de cambio, de un proceso que se pintaba de amarillo.
Hay que ser muy respetuosos de la voluntad de la gente. Hoy creo que la gente tiene una visión diferente de la que teníamos nosotros cuando empezamos a militar. Nosotros veníamos de un proceso de 18 años de proscripción, hoy es distinto y tendremos que trabajar para tratar que en el año 2019 vuelvan a confiar en una Intendencia justicialista.
Si bien no la hemos perdido, habrá que triplicar los esfuerzos y saber escuchar la gente.
Si somos mesurados, prudentes y tolerantes, si podemos compartir opiniones diferentes, vamos a tener resultados distintos a los de ahora.
-Desde su punto de vista, como dirigente político y también del movimiento cooperativo, ¿cuáles son los puntos que le preocupan de las acciones del Gobierno nacional?
-Son muchos los puntos que me preocupan. Del compromiso que tuvo con el electorado el presidente de trabajar con ‘pobreza cero’, de recuperar las Pymes, de ordenar los haberes de los jubilados… no vimos nada de eso todavía. Tampoco vimos nada con un impuesto tan distorsivo como es el impuesto al sueldo. En 2015 el Gobierno planteó esa situación de cambio y hoy no vemos que haya ocurrido. Me preocupa esta situación de reordenamiento impositivo, jubilatorio, creo que va direccionado hacia el que más tiene, no me cabe ninguna duda.
Hoy nuestros trabajadores, nuestros jubilados, no están en una situación cómoda. No pueden pensar que con sus ingresos pueden planificar su vida a tres años.
Si uno se deja llevar por lo que transmiten los medios de comunicación masiva, parece que viviéramos en otro país, no veo que haya voluntad de acompañar a los que menos tienen, no veo una política sustentable para las Pymes y uno de los problemas es la carga impositiva.
-Se anunció una reforma impositiva en estos días
-Tengo mis dudas de a qué sector va a ir focalizada. Si el ministro de Agricultura va a ser el presidente de la Sociedad Rural, es preocupante, no tengo nada en contra de la gente de la Sociedad Rural, pero sí me parece que el Gobierno apunta a un sector de la economía y creo que los próximos meses el pueblo lo va a terminar de ver, lamentablemente.
Porque ya vemos un resentimiento en la cadena productiva, hoy el costo más elevado son los alimentos, se terminó de cerrar un proceso electoral el 22 de octubre y el 23 aumentaron del 10% al 13% los combustibles y sabemos el impacto que eso significa.
-Usted me dijo que le enojaba mucho ver tanto odio.
-Este Gobierno nos tiene odio a los peronistas, no hay duda. El espacio PRO, luego la sigla electoral Cambiemos con la UCR y digo que un partido centenario como el radicalismo hoy es el alumno del presidente.
Viví la política sin odio, con amor, con afecto, esto no se construye a través del odio, no se construye con decir “se van estos negros de mier…”, todo no es así, hay que ser muy prudente, muy cauto cuando se trata de descalificar al otro.
Y uno ve que sale de adentro esa cuestión del antiperonismo y así no se va a construir el gran país, el gran país se construye entre todos, más allá de que el presidente está legitimado, hay que darle el acompañamiento, hacer una oposición constructiva para que le vaya bien a todos los argentinos. Pero no para que le vaya bien a la Ciudad de Buenos Aires mientras tenemos situaciones diversas en otras provincias.
Creo que va a ser importante, y en esto vienen luchando De la Sota y Schiaretti hace años, si se pelea una nueva Ley de Coparticipación. Esto va a ser muy saludable para Córdoba porque se van miles y miles de millones y retorna muy poco. Si el presidente tiene la voluntad de instaurar realmente el federalismo, creo que va a ser un punto importante para todas las provincias.
-¿Qué recuerdos tiene de sus primeros pasos en la militancia en 1973?
-Muchísimos. La casa partidaria estaba en Mendoza 671, en ese tiempo era el doctor Pizzorno el presidente del Consejo Departamental, yo era muy jovencito y la vivíamos con una particularidad. Era una militancia diferente, esa que hacíamos el engrudo, pegábamos los carteles y de una rivalidad sana entre los dos partidos: el PJ y el radicalismo.
Recuerdo a muchos dirigentes, algunos que ya no están con vida, que dieron mucho por el peronismo y que hubieran sido merecedores de tener uno, dos o tres cargos y las circunstancias de la coyuntura no lo hicieron posible. Tanta gente que era como un espejo de militancia, de fervor. Veníamos de un proceso complicado y se vivieron cosas inolvidables.
-¿De qué manera se acercó al partido, fue y dijo ‘acá estoy’ o lo llevó alguien?
-Yo vivía en el barrio Rivadavia y tenía una buena relación con Rogelio Sánchez, que vivía en el barrio Parque, y con Delmo Alassino. Y empecé a participar, siempre teníamos las puertas abiertas, ahí conocí al Bebe Musa, a Paredes, al Gato Sella, a Horacio Domínguez, al Gordo Aymar, a Raúl Nivello, infinidad de dirigentes que siempre nos hicieron sentir bien, nos dieron participación.
Recuerdo que cuando salíamos a pegar carteles, después íbamos a comer sándwiches de milanesa a Monta, ahí los dejaban pagos. Hacíamos turnos en 1973, después en 1983 fue diferente. Siempre nos hicieron sentir uno más.
-¿Por qué se hizo peronista?
-Me hice peronista porque escuchaba hablar mucho en mi casa de la Unión Cívica Radical Intransigente y empecé a leer libros de Perón, me ayudó mucho una señorita que es la mamá de los chicos de Corvim, yo iba a la primaria y me hice peronista leyendo los libros.
En mi casa me dieron total libertad, tengo un hermano que no tiene nada que ver con la política, pero yo siempre abracé desde chico la política, el club, en el Club Rivadavia estaba en una subcomisión, me interesaba estar siempre presente con la comunidad.
-¿Desde niño tenía esa inquietud de participar?
-Sí, totalmente. Siempre que leía La razón de mi vida, de Eva Perón, me sonaba tan fuerte la palabra justicia social. Y la justicia social es una de las cosas que más me motivó a militar y a participar activamente en el peronismo.
-¿Qué personalidad tenía cuando era niño?
-Era un niño tímido, introvertido, yo era vendedor ambulante, vendía peine, jabones, posaplancha (se ríe), compraba en Mercería Chela y durante la tarde salía a vender.
Me crié al lado de la casa de Gustavo Ballas, de los chicos Borsato, en un barrio muy popular. Después entré de cadete en una boutique, ahí pasaba los pisos, siempre laburando.
-¿Viene de una familia muy humilde?
-Sí, mi papá fue empleado de la empresa Córdoba, vino del campo de Ballesteros a Villa María en el año 1954, yo nací en 1956. Después trabajó de chofer en un Bedford, distribuía Coca-Cola y desde 1966 fue peón de taxi. Los últimos años se pudo comprar un coche. Cuando dejó de trabajar, murió a los 85 años, tuvo un quiosquito de quiniela oficial.
Mi madre fue muchos años empleada doméstica, después fue ama de casa, tiene 88 años, es una bella total mi mamá, una dulce, siempre preocupada por los hijos.
-Supongo que a usted le gustaba jugar al fútbol…
-Sí, era malísimo (risas). Rivadavia de Villa María dejó de hacer fútbol creo que en el año 68 y yo era un chico, llevaba los botines, iba en la bici, era el arquero suplente y el técnico a veces no hacía cambios para no ponerme (risas). Era malo, malo, pero siempre me encantó el fútbol. Ahí en Rivadavia jugó muchos años el Plumero, el padre del intendente (Gill). El fútbol siempre fue mi pasión.
-¿Tenía algún sueño en especial en esa época?
-Sí, ser abogado. Mi madre siempre dice que no lo hice por la junta, pero no era la junta, era que me gustaba la calle, y la calle me dio una universidad que no tuvo techo, más allá de que no tengo la riqueza de vocabulario. Si hubiese sido abogado, hubiera sido penalista. Ese fue mi sueño, pero no se dieron las circunstancias, no se dieron las posibilidades.
-Usted idolatró a Perón, ¿qué sentimientos tuvo frente a su muerte?
-Si a alguien idolatraba era al General Perón y ese 1 de julio de 1974 era la una y algo de la tarde, yo estaba en un negocio, estaba lloviznando y ahí escuché que Perón había muerto. Me caló muy adentro, una gran tristeza.
Hoy amo e idolatro a De la Sota, es un hombre al que por distintas circunstancias no se le dieron las cosas, pero siempre estoy en el mismo lugar y voy a terminar en el mismo lugar.
-¿Ha cambiado la forma de hacer política desde que usted comenzó hasta hoy?
-Sí, hoy se maneja mucho qué tenés que decir, si te tenés que peinar de una forma u otra. Antes se hacía el acto multitudinario, el Gobierno actual reniega del choripán, pero el choripán es un símbolo de lo popular. No es que la gente tenga hambre, que no se confundan, la gente no va al acto por un choripán. La gente disfruta de ese momento.
Perón transformó la Argentina y analizando la historia, compartir el acto es compartir un momento especial, comer un choripán es muy fuerte. Es un momento diferente el que se vive.
-¿Cree que a veces vemos la política como un partido de fútbol?
-A veces sí. En muchos casos se plantea el River-Boca y eso es malo porque en el fútbol son 90 minutos y los actores que están involucrados no tienen poder de decisión. Pero vos cuando mezclás eso con actores que tienen la lapicera para la firma, ahí es jodido.
-¿Cuáles fueron los momentos de la política que lo marcaron a fuego?
-Uno, la muerte de Perón y otro, el 20 de noviembre de 1998, cuando ganó José Manuel de la Sota.
-¿Cómo conoció a De la Sota?
-Yo milité del 83 al 85 con la lista blanca, que llevaba de candidato a Bercovich Rodríguez con Alejo Simó. Participé de esa lista y De la Sota era candidato a intendente de la Lista Verde.
Después del proceso electoral, el doctor Sella me lleva a Carlos Paz a una reunión con José. Ahí estuvimos hablando mucho, en el 85 se da que va la lista 2 del PJ y De la Sota va por la Democracia Cristiana. Y con varios dirigentes más me quedo con él y entré a tener una relación directa con De la Sota y desde el 85 soy siempre incondicional a él y así seguiré, no hay nadie que me pueda cambiar. Aparte, es un ser humano extraordinario, un amigo.
-Me imagino la euforia que tenían cuando ganó…
-Sí, del 85 al 98 eran todas perdidas (risas). Me acuerdo de que era un jueves, se estaba terminando la veda electoral y las encuestas le estaban dando arriba a De la Sota. Nos pidieron que no habláramos nada.
Nuestro compromiso era fiscalizar, recuerdo que fiscalizamos y a las 19.30 ya había indicios de que iba ganando. Salí en un Renault 12, me fui a Córdoba y ahí vino todo el festejo. El asumió el 12 de julio de 1999 y el 19 de julio sacó el decreto y asumí un área que era impresionante. Valoro mucho el acompañamiento que tuve del personal de planta permanente y de Olga Riutort.
-¿Qué experiencia le dejó estar en el Ejecutivo provincial?
-Muchísima, extraño mucho. Estar en contacto con la gente, entraban alrededor de 600 trámites por día. En el año 2000 empecé a salir y a recorrer la provincia. El gobernador fue claro, hay que estar al lado de la gente.
Te estoy hablando del año 2000, nos encontramos con parajes que no están registrados como comunas ni nada. Y después empezamos a trabajar en la erradicación de las viviendas ranchos, eso a partir de 2006 y luego con Schiaretti. Schiaretti tiene un gran compromiso.
-¿Extraña el Ejecutivo?
-Muchísimo.
-¿Por qué no quiso seguir en un cargo?
-Porque son etapas. Yo estoy atravesando un momento no muy bueno de salud. No lo utilizo como excusa, pero creo que son buenos los recambios. Los programas que implementamos están fortalecidos y se cumplen, la política de Estado continúa (cuenta con detalles los diversos programas puestos en marcha).
-Al escuchar todas estas denuncias de corrupción relacionadas con dirigentes peronistas, ¿qué siente?
-En esto hay que ser claro, si hay una denuncia, tiene que actuar la Justicia, pero en muchas cosas no sé, honestamente me perfora el alma porque hay tantas cosas que se hacen y siento un profundo dolor.
Porque pareciera ser que todo es corrupción y no es así. No es todo corrupción, pero estamos viviendo este proceso que es muy difícil y más adelante también va a ser difícil.
A veces pienso que sería bueno que las cosas se hicieran bien y no para asustarte. No para decir “te asusto para que me saques esto”, es la cuestión que debemos tener en claro.
-¿No tiene muchas expectativas en el futuro del país?
-No. Quiero dejar claro que si le va a bien al presidente, nos va bien a todos. Dios quiera que nos vaya bien, pero hay ministros a los que los escucho hablar con un alto grado de soberbia que parece que descubrieron no sé qué.
Administrar una empresa no es lo mismo que administrar el Estado. No es lo mismo. Son puntos de referencia distintos.
Creo en la capacidad de los dirigentes del peronismo, no quiero ser futurólogo ni tengo la bola de cristal, pero me parece que De la Sota y Schiaretti van a cumplir un rol fundamental, sin desmerecer a otros gobernadores, de presentar un proyecto de país diferente donde esté incluida la justicia social.
Hoy nadie habla de que nos hemos endeudado a cien años. Si lo hubiera hecho el peronismo, imaginate lo que dirían, hoy no se dice nada.
El déficit fiscal si lo achicamos con créditos no hay posibilidades, yo tengo esperanza en el peronismo.
-Usted que está en una cooperativa eléctrica, ¿piensa que eran necesarios aumentos tan altos de tarifa?
-Ahora viene otro aumento, lo que es la matriz energética estaba en un retroceso importante, pero el retroceso no estaba en Córdoba, no en Santa Fe, estaba en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si vos trabajás sobre la matriz energética y del gas, sabés que tenemos que consumir menos, pero no podemos tener una diferencia del 300% con Buenos Aires, tendría que estar equilibrado con Córdoba.
-De cualquier forma, la gente acusa a EPEC, que es provincial, por los aumentos
-Nada que ver. Hay un mercado mayorista nacional que es Camesa. Camesa es el generador, a EPEC le llega la transportación y las cooperativas son las que distribuyen. Pero qué ocurre, el mercado mayorista es el que aumenta.
Fijate los combustibles, el incremento se va a trasladar a los precios, es una cadena. ¿Y sabés cuándo es la primera paritaria? De marzo en adelante. Vas achicando el salario porque la gente tiene que pagar la luz, el gas, entonces se priva de otras cosas.
El problema es que hay un mercado mayorista y a EPEC le aumenta Camesa. Y a nosotros como cooperativas nos pasa lo mismo. EPEC es generador, pero muy chiquito.
-¿A los ajustes que hubo en la economía los sintió la cooperativa?
-Sí, todos los ajustes se sienten. Y vuelvo a insistir, uno de los grandes problemas es la gran carga tributaria. Para que te des una idea, el impuesto al cheque a la cooperativa de Tío Pujio le significa dos millones de pesos al año. Nosotros le enviamos tres cartas al presidente para ver si podía analizar ese tema.
-¿Tiene alguna aspiración política hoy?
-No, estoy trabajando para que le vaya bien al Gringo (Schiaretti), que le va bien, sigo comprometido con el peronismo, me hago cargo de la derrota y estoy convencido de que si puedo ser útil, voy a trabajar por la unidad del peronismo. Hoy hablo con todos y si puedo contribuir en el reordenamiento del partido, voy a estar como un soldado más. Creo que tenemos que trabajar fuertemente con todos los pueblos y preparar un programa para 2019.
-¿Le gustaría ser candidato a intendente?
-No, para nada. Ya tengo 61 años, me gusta estar comprometido y si a algún lugar podría volver es al Ejecutivo en el campo social.
-¿Se postulará De la Sota a la Presidencia?
-No sé, pero me gustaría. Estoy convencido de que De la Sota es la persona que está en condiciones de normalizar el peronismo a nivel nacional y no tengo dudas de que sería un excelente presidente.
-¿Cuál es su sueño hoy?
-Verlo a José Manuel presidente. Y en lo personal, seguir manteniendo a la familia, redoblar los esfuerzos con ellos y también ambiciono que todos que superemos este grado de desencuentro.
Creo que tenemos que armonizarnos, respetarnos más, ser cuidadosos de las palabras que decimos porque descalificamos a alguien sin tener certeza. Espero que tratemos de encontrarnos, que nos respetemos en nuestras diferencias porque así se construye. Hoy estamos acostumbrados a descalificar, al odio.
OPINIONES
Mauricio Macri
Yo, personalmente, estoy esperando que empiece a gobernar. Siendo respetuoso, creo que tiene que hacer una redistribución de la economía, una Ley de Coparticipación, que tiene que cumplir el compromiso planteado en la campaña sobre el impuesto al sueldo, yo no le digo Ganancia. La gran presión tributaria es otra cuestión que afecta a todos.
Y después, que no le tenga tanto odio a los peronistas porque el peronismo es un movimiento nacional y popular. El justicialismo puede ayudar a gobernar, va a hacer una oposición constructiva porque queremos que le vaya bien al país.
Juan Schiaretti
El Gringo es un trabajador incansable, un economista, una persona totalmente comprometida con toda la geografía cordobesa más allá de los partidos políticos. Es un gobernador que ha planteado preestablecer la obra pública más importante, llámese gasoductos troncales, toda la obra vial que está realizando y todas las que ejecuta en diversas localidades.
Aquí, en el Departamento San Martín, tenemos 2.079 millones de inversión de obras. Tiene una enorme sensibilidad, es una persona extraordinaria y con un gran compromiso de estar al lado de la gente.
Martín Gill
Es un académico formidable, con una formación que pocos tienen, es una persona de una enorme sensibilidad, una enorme capacidad y un gran compromiso. Y estoy convencido de que Martín es uno de los principales actores del recambio generacional de la provincia. Es una persona que sigue manteniendo su humildad, yo que le conocí de chico, conserva su espíritu de barrio, que no lo olvida, y es un dirigente con un gran futuro.
Me gusta:
Viajar manejando, conducir me apasiona. Me gusta la música.
Me encanta:
Ver a mi vieja que está espléndida y a mi nieto Bautista.
Me divierte:
El fútbol.
Me entristece:
La gente que tiene dificultades serias.
Me enoja:
La hipocresía, el odio, cuando hay tantas descalificaciones que duelen muchísimo.