El inoxidable “Patito”, con 41 años, se dará el enorme gusto de poder jugar otra final y en el club del que es hincha. “Estoy muy feliz de poder disfrutar todo esto”, subrayó

Martín Delfino tiene títulos logrados con Alumni, River, Playosa… Pero lo que vivió ayer, sin dudas, es una experiencia que le quedará muy adentro de su alma, de su corazón. A los 41 años, con miles de batallas encima, logró un anhelo que parecía lejano, pero por el cual, en silencio y mucho sacrificio, pudo cumplir: jugar una final con su amado club: Unión Central.

Ayer jugó de arranque, y dejó su impronta. Pase de gol a Zabala, corazón para ir a trabar con jóvenes a los cuales dobla en edad, y mucha sapiencia para manejar los momentos del partido. Muchísimo para un “veterano” del fútbol, que pese a su edad, nunca pensó en el retiro, sino en ayudar a su Unión a volver a recuperar su grandeza. Y vaya que lo logró.

Por eso, apenas se consumió la victoria y el pasaje a la final para el club de calle Rucci, la emoción le invadió su cuerpo, y con la voz resquebrajada, expresó su felicidad. “Estoy muy feliz de poder disfrutar todo esto, más con el club del cual uno es hincha, y por el cual dejas muchísimas cosas de lado para poder entrenar o jugar”.

“Es una alegría enorme”, repitió, queriendo describir, en palabras, esas sensaciones indescriptibles, que sólo se palpan bien adentro de cada jugador.

“Más emoción se siente porque se logró en un club como Unión, al cual le cuesta muchísimo y es muy difícil poder jugar una final”, añadió a continuación y, sobre la final, sólo atinó a decir “ahora voy a disfrutar esto, no sé que irá a pasa con Yrigoyen…”.

“Lo que puedo decir es que estoy contento de haber podido llegar a una final. A mi edad significa mucho mérito. Es un regalo que me brindó la vida”, cerró.

Morales: “Este grupo dejó la vida”

Para que Delfino viva una emoción inolvidable, mucho tuvo que ver el papel preponderante de sus valores jóvenes. Porque si Unión Central se mantuvo con “vida” para aspirar a la final, mucho se lo debió a aquella atajada en el penal que protagonizó el juvenil arquero Leonardo Morales en el primer partido.

Sumado a esa acción y a otras “impresionantes” que protagonizó ayer, Morales se transformó, junto a otro joven como Jonathan Zabala, en los héroes individuales de una gesta colectiva histórica que provocó ayer el plantel “aurinegro”.

“Es pura emoción la que sentimos; este grupo dejó la vida cada semana, mucho más en esta última, que fue difícil, pero este grupo nunca bajó los brazos y todo dio sus frutos”, apuntó el portero.

“Quiero agradecer a toda esta gente que nos vino apoyar y al grupo de la put… madre que se conformó”, explicó.

En tanto, sobre sus intervenciones, expresó: “Cumplí el rol que tenía que cumplir. Sólo brindé la ayuda para que ahora podamos festejar de esta manera”.

“Tengo una felicidad terrible. Ahora vamos por la final y por el campeonato”, concluyó.