El desfile cívico-militar de Villa Nueva siempre deja tela para cortar. Mucho se habla de sus delegaciones, de sus colores, de sus discursos o de su convocatoria. Pero también hay un dato que suele pasar desapercibido y, no obstante, es muy particular año tras año: los perros siempre están.
Los protagonistas suelen ser los perros de la división canina de la Departamental San Martín, bien entrenados, atentos, relucientes. Ellos desfilan y desfilaron por la calle Belgrano, de Villa Nueva, ganando aplausos.
De repente, casi como llegado del río o después de orinar un eucaliptus del Parque Hipólito Yrigoyen, asoma la cabeza algún callejero, convocado por el ruido o entusiasta porque, por ahí, le tiran un hueso. Están también los que empiezan a mover la cola para todos y todas, quizás creyendo que fueron a verlos a ellos.
En el paso por los años, hubo de los que miraron el evento desde arriba de las casas, sorprendidos por el cambio de hábito, y los que asisten porque el dueño desfila y ambos son inseparables.
Hay vecinos que también llevan a sus perritos al evento, ya que si está el nieto que desfila y van a verlo papá, mamá, los abuelos, el primo y la prima… ¿por qué no puede ir la mascota de la casa?