Su exmarido la abandonó y desde entonces corre tras un verdadero “fantasma” sin que la Justicia, a pesar de sus esfuerzos, consiga darle respuesta
Una mujer denunció penalmente a su exmarido luego de vivir durante seis años persiguiendo “un fantasma” por diversas reparticiones del Palacio de Justicia local. Y poco y nada pudo conseguir.
Se trata de Natalia Toro, madre de tres hijos, quien hace unos 20 días, finalmente, presentó una denuncia penal contra Aldo Omar González, su expareja, para que la Justicia ordene su búsqueda y detención por incumplir sistemáticamente con lo que manda la ley.
La acusación fue formulada en la Fiscalía de Instrucción del Primer Turno, Silvia Maldonado.
Toro también se quejó de que ha insistido varias veces ante la Justicia Civil en su deseo y necesidad de divorciarse y no ha tenido una respuesta que la satisfaga. “Creo que ahora, con la nueva ley, puedo decidir el divorcio yo sola, no hace falta que esté presente mi exmarido, y sin embargo nadie me escucha en Tribunales. Ya estoy cansada de ir de Juzgado en Juzgado, de Fiscalía en Fiscalía, de asesora letrada a asesora letrada, y nadie me da respuestas. Seis años de ir y venir creo que son suficientes como para que alguien me escuche ¿no?” se quejó la mujer en diálogo con EL DIARIO.
La mujer en su laberinto
Cargada con una carpeta llena de copias de resoluciones judiciales, notificaciones y juzgados y recortes de diarios con casos similares que sentaron jurisprudencia, Natalia afirma estar cansada pero no resignada y dice que seguirá dando batalla, aunque sea en solitario, hasta obtener respuesta.
Como apenas gana como para sostenerse y mantener a sus hijos, la mujer no tiene un abogado que la represente y debe buscar la asistencia legal de una asesora letrada.
Sin embargo, más allá de la disposición que puedan tener los distintos funcionarios judiciales para ofrecerle una solución (a Natalia y a tantas mujeres en su misma situación), existe un vacío legal que deja a la mujer en una posición de desprotección. Y cualquier esfuerzo legal fracasa en el intento.
“Lo que pasa es que para la ley laboral mi exmarido no existe, porque no tiene trabajo, o tiene trabajo en negro, entonces no figura en ningún lugar; no tiene ingresos, es insolvente y no pueden embargarle nada”, se lamentó Toro, quien abundó: “Incluso, durante mucho tiempo, le perdimos el rastro. Vivía en Río Cuarto y un buen día desapareció sin dejar señales. Después de mucho tiempo, lo encontraron en Buenos Aires y con un trabajo. Efectivamente, estaba en blanco. Esto ocurrió en mayo de este año. Yo venía cobrando la Asignación Familiar. Cuando salta que él estaba trabajando en blanco en Buenos Aires, el 17 de mayo de este año, el juez Alberto Domenech, titular del Juzgado de Primera Instancia, Cuarta Nominación en los Civil, Comercial y de Familia, dispuso el embargo del sueldo, lo cual se aprobó el 17 de mayo. El 21 de junio finalmente recibí el primer envío de lo embargado y el 13 de julio, mi exmarido aparece como dado de baja en el trabajo en blanco”, se lamentó Natalia Toro.
“¿Es que hay acaso complicidad de los empleadores, a los que les conviene tenerlo en negro porque se ahorran dinero y de paso mi exmarido no figura en ningún lado y mis hijos siguen sin percibir lo que les corresponde?”, se pregunta la mujer.
Ahora, la Justicia Penal tiene la palabra y hay que ver si la fiscal de Instrucción del Primer Turno libra un pedido de detención en contra del incumplidor, de quien se sabe que, al menos hasta hace un tiempo, residía en Buenos Aires.