Escribe Pablo Carrizo Redacción UNCiencia Prosecretaría de Comunicación Institucional pablo.carrizo@unc.edu.ar
En ciertos casos el diagnóstico de pacientes que han sufrido traumatismos de cráneo o algún otro trastorno intracraneal requiere estudios de alta complejidad, como resonancias magnéticas o tomografías computadas.
Si bien estos procedimientos permiten identificar cualquier lesión interna derivada de los golpes en la cabeza, son costosos, demandan tiempo y exigen trasladar al herido hasta un centro médico especializado.
Ante ese cuadro, dos egresados de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUDI) de la UNC diseñaron un monitor portátil intracraneal para emergencias, al que llamaron «Hemonir».
Se trata de un dispositivo capaz de detectar, con rapidez y precisión, trastornos hemodinámicos intracraneales, esto es, anomalías o accidentes en el flujo sanguíneo del cerebro, entre los que se encuentran los accidentes cerebro vasculares (ACV) y los trastornos encéfalo-craneales.
Su funcionamiento está basado en la utilización de la espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS, por sus siglas en inglés). Es un método no invasivo, que aprovecha la reflexión de la luz infrarroja por parte de un componente de la sangre (el cromóforo de la hemogloblina), para evaluar la gravedad de la lesión.
De esta manera, al medir la cantidad de la luz infrarroja absorbida por la sangre, es posible conocer el estado de los vasos sanguíneos o la acumulación de sangre debajo del tejido óseo del cráneo. Y esta primera evaluación es fundamental para decidir los pasos a seguir en el tratamiento de la persona afectada.
La forma del monitor se asemeja a una vincha, para asegurar la comodidad y simplicidad de uso, así como su transportabilidad. Le toma apenas un minuto realizar un escaneo en ocho puntos de la cabeza del paciente. Esa información luego puede ser descargada a una computadora o teléfono a través de una conexión USB o por bluetooth.
Hemonir pesa apenas 235 gramos y el 80% de los elementos que lo componen puede ser desarrollado en el país. Su costo de fabricación es de aproximadamente 160 dólares.
Si bien el dispositivo todavía necesita ser sometido a una serie de pruebas y lograr aprobaciones internacionales, Marcos Guevara –creador del dispositivo junto a Nicolás Pech– subraya el impacto que podría tener en la salud: «Hemonir aporta al sistema hospitalario de diagnóstico por imagen un procedimiento previo, rápido, preciso y accesible, que descomprime tiempos y dificultades de los equipos de alta complejidad. De esa manera, amplía la capacidad de respuesta y disminuye posibles riesgos”, explica.
Colaboración
interdisciplinaria
Sobre el origen del dispositivo, Guevara recuerda: «En 2015 nos sumamos al proyecto que desarrollaban Gastón Laphitz y Ezequiel Pavón para su tesis de grado en Ingeniería Biomédica de la UNC. Ellos estudiaron bien el espectro infrarrojo NIRS y cómo censar la absorción de luz infrarroja a través de la hemoglobina. Desarrollaron la placa y calibraron el dispositivo emisor-receptor NIRS para detectar colecciones de sangre a través del cráneo”.
Según comenta el joven, hasta ese momento existía un dispositivo similar utilizado en Estados Unidos por las fuerzas militares, llamado «Infrascanner 2000», que censaba manualmente y punto a punto las regiones craneales.
Uno de los valores que los creadores de Hemonir destacan fue el proceso de trabajo interdisciplinario por el cual se llegó al diseño del producto.
“El constante crecimiento, acceso y flujo de la información y tecnología nos permite a los técnicos proyectistas disponer fácilmente de herramientas, aprender conceptos y técnicas de cualquier área disciplinaria. El desafío para lograr progreso, desarrollo y competitividad en la actualidad ya no está relacionado solamente a la especialización disciplinaria, sino a la capacidad y eficiencia en el proceso de desarrollo interdisciplinario”, precisa Pech.
Este proceso colaborativo también fue efectivo gracias a los lineamientos que Guevara y Pech recibieron de parte del departamento de Biomodelos del Hospital de Niños de Córdoba, fundado y coordinado por Daniel Capeletti-también director de la tesis de Guevara y Pech- y Victor Defagó.
Sobre las posibilidades de producir el monitor localmente Guevara sintetiza: “Excepto los emisores y receptores NIRS –que son componentes estándares importados, debido a la miniaturización que requiere el producto ensamblado– los demás dispositivos como la placa base o la batería pueden ser fabricados localmente”.