Emir tiene menos de tres meses y le diagnosticaron tetralogía de Fallot, por lo que debe ser intervenido en Córdoba próximamente. Su mamá, Melisa Cuevas, atraviesa actualmente una delicada situación económica
Escribe: Damián Stupenengo
DE NUESTRA REDACCION
Emir Dirán Cuevas nació el 6 de abril. Hace una semana, le diagnosticaron tetralogía de Fallot y debe ser operado del corazón.
Es diminuto, porque la enfermedad “es una insuficiencia que no lo deja aumentar de peso, así que apenas logre aumentar un poquito lo operan en Córdoba, en el Hospital de Niños”, contó su abuela, María Victoria.
Melisa Noelia Cuevas, su mamá, de 25 años, está shockeada, asustada y deprimida. Recordó que días atrás fue “al Hospital Villa Nueva por un resfrío, me lo trasladaron al Hospital Pasteur y ahí le diagnosticaron este problema”.
“Me atendieron muy bien en el Pasteur, de hecho, fueron varios médicos que lo vieron y hasta me le prepararon la mamadera porque no tenía para darle la leche”, destacó.
Hoy, con casi tres meses de vida, pesa apenas 4 kilos. No hay fecha para la operación porque depende de que pueda aumentar de peso. Una difícil misión ya que “en este momento no tengo plata ni para la leche”, dice Melisa, mamá soltera, quien describe, aguantando el llanto, sobre su actual situación: “Si bien el Hospital de Niños no te cobra la operación, estoy sola, tengo otro hijo de 7 y no puedo trabajar debido a la atención que me demanda Emir, no tengo plata para nada, con la Asignación Universal por Hijo pago el alquiler y no tengo nada más”.
“Nos explicaron que antes de que cumpla el año lo tienen que operar, me pueden decir que de acá a un mes o de acá a seis meses”, explicó Melisa.
La abuela llora. “Ella tiene que viajar, quedarse allá, tiene que comer hoy, comprar remedios, trasladarse varias veces a consultas médicas, y yo soy empleada doméstica, la ayudo en lo que puedo pero no es suficiente. Necesita poder afrontar los gastos mínimos, alguna pensión o algún tipo de ayuda, porque en este momento no le va a ser fácil trabajar con el bebé en esas condiciones”.
Sobre la intervención, María Victoria contó que “nos dijeron que va a poder hacer una vida prácticamente normal luego de la intervención pero, por ejemplo, no va a poder hacer actividades físicas de competencia, le va a costar crecer”.
Melisa, que vive en Villa Nueva, recordó que días atrás, ante la imposibilidad de comprarle la leche que necesita Emir, fue al municipio, “pero me dijeron que sólo podían darme la común, que no puede tomarla”.
Por otra parte, la mamá de Emir contó que “generalmente lo llevo al médico una vez por semana, pero últimamente me hacen volver bastante, tengo que hacerle estudios”.
“No tengo nada, absolutamente nada, sinceramente a veces no tengo los 12 pesos para irme en colectivo al Hospital”, confió.
“Estoy mal, no sé qué hacer, estoy muy triste, la operación se va a hacer pero también nos dijeron que existe un riesgo de vida”, susurró Melisa, con la voz quebrada.
María Victoria organizó una pollada para el domingo próximo con el objetivo de ir reuniendo dinero hasta que llegue el día de la operación y Melisa pueda costear los gastos diarios, de traslado y lo que implicará lo posterior a la operación. “La verdad es que me dio mucho resultado, mucha gente compró”, subrayó y agregó que: “Hacemos esto ahora porque en cualquier momento nos pueden avisar que hay que operarlo y no tenemos nada”.