Escribe Fabien Barralon BIOLOGO MOLECULAR
Hoy, el vínculo entre las marcas y sus públicos dejó la verticalidad para adentrarse en un período horizontal. Los usuarios tienen accesos que eran impensados en el pasado y reclaman mejoras, muestran constantemente sus gustos y necesidades a través de clicks o likes y expresan sus opiniones por medio de los emojis. En la góndola de las nuevas tecnologías e Internet, las empresas tienen la posibilidad de conocer a fondo los gustos de sus targets, adentrarse en su lenguaje, ofrecerles servicios acordes y elaborar acciones comunicativas adecuadas.
En un informe realizado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica en los Estados Unidos, la mayoría de los países de la región están apuntando hacia el concepto E-Salud («E-Health», en inglés) término que define el uso de las tecnologías de la información y la comunicación como herramientas para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, el seguimiento, y la gestión de la salud. Es un cambio profundo que implica modificaciones en las relaciones de los actores que integran el sector.
En Europa, por ejemplo, está naturalizada la posibilidad de afiliarse online en 2 minutos y elegir las prestaciones que incluyen el plan de salud particular de cada usuario. Estos procesos de innovación, no solo influirían en el negocio de la empresa, sino que también aportarían a la sociedad, disminuyendo los costos, el papeleo administrativo, y brindado acceso a la salud a la población más marginada, entre otras cosas.
En Argentina, los cambios socioculturales suelen ser mucho más rápidos que los cambios en las culturas organizacionales. Esta lógica se refleja a las claras en las empresas de medicina prepaga, que en muchos casos siguen con las formas tradicionales de servicio, comercialización y comunicación.
Es fundamental percatarse del accionar de los millenialls, que en poco tiempo serán la mayoría de la población profesional. Detectar su impronta implica nuevas alternativas a la hora de acercar, vender y comunicar los servicios. La relación más estrecha que tienen estas generaciones es con el WiFi gratuito, y a partir de esa tendencia se tienen que elaborar los planes de negocio.
Las ventas que implican trámites tediosos con planillas escritas se presentan obsoletos y abren la puerta a una nueva etapa – que ya es tendencia en muchas partes del mundo- donde los servicios se ofrecen en plataformas digitales, de forma inmediata, personalizada y objetiva.
Otra ventaja, es que los pacientes se responsabilizarían más. Estudios realizados, demuestran que la salud de una persona mejora si puede gestionar algunos parámetros de su tratamiento, adentrándose en éste y cumpliéndolo con mayor compromiso.
Invertir en innovar en las medicinas prepagas, puede llegar a traer beneficios en dos ejes esenciales. Por un lado, proporcionar un ampliado y equitativo acceso a servicios de calidad, y por el otro recudir o controlar los costos que implican estos servicios.
Los jóvenes, a través de la lógica de las redes sociales, están acostumbrados al vínculo efímero, inmediato y amigable. Donde la imagen prima por sobre las palabras, y las buenas experiencias son lo único que perdura en su imaginario donde los mensajes van y vienen.
A partir de ahí, la atención al cliente deberá aggionarse a los dispositivos móviles que son sus predilectos, ofreciendo trato inmediato, personalizado y por medio de canales familiarizados a los nativos de las nuevas tecnologías.
Las empresas están frente al gran desafío de poder nadar en la marea de la tecnología. Ofrecer tratamientos online, a través de historias clínicas en formato digital y consultas a distancia, es algo que se da por sentado en diferentes lugares del mundo, pero en Argentina recién comienza a aparecer.
A su vez, las formas de comunicar las novedades han mutado y en un contexto donde lo que se no se ve no existe, los nuevos planes deberán ser transmitidos a través de los nuevos canales, cargados de imagen y poco texto, donde la impronta desfachatada y relajada sea la esencia.
En el mundo de la medicina prepaga hay muchos terrenos inexplorados, e introducirse en el universo 3.0. es una cuenta pendiente. De este modo, se tendrá un mejor vínculo con el cliente, habrá gestiones más eficientes, en un entorno de ida y vuelta constante que beneficiará a la empresa y a la salud social.
Invertir en tecnología es algo que se justifica, siempre y cuando los actores estén preparados para el desarrollo. A priori, la gente que consume los planes requieren de otras formas de servicios, tanto en la atención, como en la comercialización y comunicación. Aparentemente, las empresas deberán adaptarse.