Si no iniciamos un proceso educativo obligatorio que fomente nuestra responsabilidad vial, será muy difícil torcer la tendencia alarmante
Dr. Carlos Gagliano (*)
Estamos convencidos de la necesidad de incluir la materia Educación Vial en la currícula obligatoria del nivel primario y secundario del sistema educativo público y de gestión privada en todo el ámbito de la jurisdicción de la provincia de Córdoba. Por eso nos dirigimos nuevamente al ministro de Educación de la Provincia, Walter Grahovac, con esta solicitud, tal como lo hicimos hace ya más de tres años sin obtener entonces el resultado que hubiésemos deseado.
Solamente con un programa educativo formal se pueden internalizar las normas básicas de responsabilidad personal y social en nuestra forma de convivencia y respeto en la manera de conducirnos en la vía pública, como peatones o en un vehículo.
No escapará a su conocimiento que la siniestralidad vial es un flagelo alarmante, generadora de la primera causa de muerte en personas jóvenes, causante de discapacidades, muchas de ellas permanentes y secuelas familiares, laborales, sociales y económicas.
Un formador insustituible
Estamos convencidos de que la escuela como elemento formador es insustituible. En ella, nuestra generación aprendió por qué las Malvinas son argentinas; nuestros hijos, a profundizar el cuidado de nuestro medio ambiente y nuestros nietos deberán aprender a proteger su vida y la de terceros en la vía publica.
Creemos importante la incorporación de la Policía Caminera en las rutas de nuestra provincia, la Inspección Técnica Vehicular (ITV) obligatoria, tolerancia cero en alcohol para conductores, aumento en el monto de las multas, quita de puntos en el carné de conductor.
Educación obligatoria
Estas y otras medidas apuntan a minimizar los riesgos en la vía pública, pero si no iniciamos un proceso educativo obligatorio, sostenido y progresivo, científicamente pedagógico, que permita la internalización normativa y fomente nuestra responsabilidad vial, será muy difícil torcer la tendencia alarmante que día a día reflejan las cifras arrojadas a nuestra realidad.
El número de muertos anuales en siniestros viales es proporcional a la tolerancia de nuestra sociedad.
Intuimos, que en este, como en otros temas, la tendencia es procesar cada accidente (y muerte) como un hecho grave, pero natural, vinculado generalmente a la irresponsabilidad de los conductores.
¿Cuál es la responsabilidad del Estado?
La primera lectura parecería correcta, ahora: ¿quién educó al conductor?, ¿quién le enseñó a manejar?, ¿cuál es la responsabilidad del Estado cuando lo habilitó?, ¿alcanza solo con tener 17 años?, ¿conocemos todos todas las normas de tránsito?, ¿somos conscientes de que con un vehículo somos potenciales generadores de tragedias irreparables?, ¿dónde aprendemos los principios éticos básicos de convivencia en la vía pública?, ¿por qué hablamos de educación vial y no participa orgánicamente la escuela?
Señor ministro, tiene usted en sus manos la posibilidad de iniciar un cambio de paradigma vinculado a esta endemia social.
Acordamos que es una política de largo plazo. No cortará cintas inaugurales, pero puede y debe dar el empuje inicial que genere una política de Estado que beneficiará al conjunto de la sociedad. Vale la pena intentarlo, esta y las futuras generaciones lo reconocerán.
En la certeza de que el señor ministro comprenderá el sentido de esta solicitud, lo saludamos muy atentamente.
(*) Exconcejal de Villa María por la Unión Cívica Radical y exdirector del Hospital Pasteur.
De la vía pública a las redes sociales: Le pintaron “prohibido estacionar”
El dueño de una pick up Toyota que en la mañana de ayer se hallaba estacionada en infracción (obstruyendo el ingreso a un garaje privado) en la calle San Juan, entre Lisandro de la Torre y Chile, se encontró con la señal de prohibido estacionar ¡pintada sobre el parabrisas! El conductor montó en cólera y quiso que los agentes de Seguridad Ciudadana que llegaron al lugar procedieran en contra de la propietaria del garage, que admitió haber realizado la acción, cansada de que le tapen la salida de su vehículo. Lo cierto es que alguien que pasaba por allí tomó la fotografía, la subió a Facebook y en pocos minutos la imagen comenzó a ser compartida por esa red social, WhatsApp y por otras vías. Desde nuestra Redacción “rastreamos” la patente y dimos con que el vehículo está radicado en Salta, aunque ello no quita que el propietario pueda ser de esta ciudad, algo que tampoco modifica lo llamativo del hecho.