En la plaza Próspero Molina debutaron los 35 integrantes del grupo de baile villanovense, que danzaron durante más de dos horas en el escenario serrano
El sábado, el Ballet municipal de Villa Nueva cumplió un sueño.
Treinta y cinco bailarines de entre 16 y 70 años, organizados a partir de los talleres culturales del municipio, participaron por primera vez del Festival de Cosquín: “Con mucho orgullo, nos tocó hacer la apertura del festival”, le contó Marcela Unzueta, secretaria de Cultura a EL DIARIO.
“Abrió el Chango Spasiuk y nosotros bailamos con él en lo que se llama el patio. El artista canta en el escenario y los chicos bailan abajo, en un escenario más chico que han armado dentro de la misma plaza Próstero Molina”, detalló.
Si bien estaba pensado que durara una hora, el ballet bailó por más de dos: “Fue espectacular. Nos acompañó el intendente Natalio Graglia, quien estuvo presente y hasta se animó a bailar con los chicos. Varios de los acompañantes también se animaron a dar unos pasitos”.
Según contaron, la respuesta de la gente fue fabulosa, el público un espectáculo y para los chicos mismos fue una experiencia única.
El jefe comunal aportó todo lo que necesitaban para el viaje: “La Municipalidad pagó el colectivo, se hizo cargo del vestuario de los bailarines y compró la tela para hacer los trajes, para que fueran todos iguales”, indicó Unzueta.
“También nos pasó algo curioso. Como ya había salido en algunos medios que viajábamos, cuando llegamos a la plaza, había vecinos de Villa Nueva que habían ido hasta allá y nos esperaban con banderas. Fue muy emocionante toda la movida que se armó, sin medir hasta dónde llega”, expresó.
Después del festival, hicieron un cuadro en la peña oficial Horacio Guaraní, que funciona en el Centro de Convenciones, en frente de la Plaza San Martín de la ciudad serrana.
“Cuando salimos de la Próspero Molina para ir a la peña, íbamos caminando con la gente del ballet y los acompañantes y los vecinos que nos habían ido a dar la bienvenida se nos unieron. Eramos más de 100 personas de la Villa Nueva, caminando por las calles de Cosquín. Fue hermosa la experiencia”, manifestó la funcionaria.
“Eran las dos de la mañana y la gente seguía bailando. Después nos fuimos a dormir a San Antonio al convento de las Hermanas Benedictinas, disfrutamos todo el domingo y nos volvimos a la noche”, agregó.
“Carlos Paz nos abrió la puerta”
El noviembre, Unzueta habló con el secretario de Cultura de Carlos Paz, por los carnavales: “Ahí nos invita a participar del ‘Carlos Paz canta y baila’ y el intendente no dudó en participar”.
El 8 de diciembre participaron de ese evento dos talleres culturales y cuando los chicos se bajaron del escenario, había una persona a cargo del patio de Cosquín, que los invitó a bailar en el festival: “Se lo transmití al intendente y tampoco dudó un segundo es participar. A los dos días nos llegó la invitación oficial desde la Comisión del Festival de Cosquín para bailar en el patio. Fuimos uno de los 32 ballets que pasaron durante las nueve lunas coscoínas”, finalizó.