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El campeón más insistente

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El campeón más insistente
Todos van encima de Barengo tras el 2-1 que prácticamente sentenció la serie

Apertura – Segunda final

Universitario, en su tercera final consecutiva, no se dio por vencido, empató 2-2 con Argentino y se quedó con el título más preciado. En un partido entretenido, los aciertos y errores de los arqueros fueron determinantes

Escribe Diego Pellegrini -h-
Fotos Osvaldo Carballo y Víctor Alvez

Mellano en acción.
El arquero fue lo mejor de la serie final y uno de los valores más altos del torneo

Intentar, insistir, no bajar los brazos cuando los resultados no te dan la gloria. A pesar de que el fútbol muchas veces es caprichoso, a la larga termina premiando al que hace las cosas bien. Y ese es Universitario, que ayer pudo cortar los siete años de sequía para coronarse campeón del Torneo Apertura de Liga Villamariense de Fútbol, tras empatar 2 a 2 ante Deportivo Argentino.

Entre familiares, amigos y nuevos hinchas le hicieron el aguante al campeón

Fue una final muy atractiva, que enfrentó a dos equipos con estilos similares y dentro de ese marco, quien apareció mejor armado fue el equipo de Joselito Bernadó.

Con puntos altos en todas sus líneas, una idea de juego que hace tiempo proclama, más esa pizca de suerte que tienen los monarcas. Estas claves y algunas más, ayudan a entender el porqué del desenlace favorable para quien ayer fue visitante en el barrio Nicolás Avellaneda.

La otra cara de la moneda, Deportivo Argentino. Si un equipo tiene que perder, seguramente elegirá perder como lo hizo el Lobo, vendiendo cara la derrota hasta el minuto final, sabiendo que muchas veces se pierde y solo algunas se gana. El infortunio esta vez le dijo que no al séptimo título del conjunto dirigido por Christian Romero, quien quedó masticando mucha bronca, teniendo en cuenta que la tercera final parecía estar a la vuelta de la esquina.

Inicio a pedir del Lobo

La tarde empezó como la soñó el local. El reloj marcaba ocho minutos de juego, casi no había comenzado el cotejo y Argentino ya se ponía arriba en el marcador.

Una triangulación perfecta entre Mauro Fuente, Claudio Díaz y Agustín Moreno, le daba a este último la posibilidad de gritar el 1 a 0, ante la primera chance real del gol, preocupando al visitante, que repetía el inicio de partido de la segunda final en el torneo pasado, ante Rivadavia en Arroyo Cabral (aquella vez Diego Villagra le convertía). Gol tempranero de Moreno y felicidad en el equipo local.

El tanto no hizo más que abrir el partido y transformarlo en más atractivo aun, sabiendo que el visitante debía buscar el empate sí o sí para festejar, mientras que el local trataría de asegurar el marcador para que la historia continúe de su lado.

Entonces varios nombres coparon la parada en el pleito. Por el lado de Argentino, con Lana Díaz “tocado” muscularmente, Fuente tomaba la posta y junto a Moreno, trataban de aprovechar cada ataque rápido, buscando el arco de Mellano. Entonces, primero Moreno rematando afuera (12’) y luego Diego Carrera tirándola por arriba increíblemente (14’), hacían que la final se juegue en campo de la Uni.

Por el lado del equipo de Joselito Bernadó el juego no era para nada cómodo, la pelota no la podía manejar, pero cuando encontraban algún contra ataque, aparecían grietas peligrosas para las aspiraciones del Lobo.

A los 15’ lo tuvo Tomás Pratti, tras desborde de Lucas Barengo, pero el derechazo del diez salió afuera y luego, otra vez Pratti, lo perdería de cabeza. Universitario avisaba, mientras complicaba con las gambetas y los desbordes de Juan Acosta por derecha.

Argentino, intentaba, pero sin su identidad de juego colectivo. Dependía constantemente del algún pelotazo al vacío, encontrando a alguno de los suyos en velocidad. Galíndez con un disparo por la derecha (30’) y Moreno, quien le quemaba las manos al uno rival, decían que quizás el local merecía más.

Claro que Universitario tenía lo suyo, con el remate de Francisco Monetto (26’), Pratti con un zurdazo cruzado (33’) y Barengo, tras un buen desborde de Acosta (40’). Así se iba la primera etapa. Con Monetto cada vez mejor en el centro del campo junto a Vicario en la visitan, pero con Fuente junto a Moreno, muy cerca de volver a lastimar con alguna nueva aparición para el dueño de casa.

El partido tenía al local arriba, pero daba la sensación de que el visitante tenía las herramientas como para conseguir al menos el empate. El resultado era incierto.

Tiempo para la “U”

El segundo período tendría un golpe de escena y sería para los de Bernadó. No obstante, al minuto de juego, Galíndez metió un pelotazo al área para la aparición de cabeza de Díaz, quien hizo revolcar a Mellano para impedir lo que era el segundo del Lobo.

De ahí en adelante, sería todo de la Uni. Porque a los 9’ llegaría la jugada que marcó la segunda final para el lado de Universitario. Facundo Vega erró al balón cuando lo tenía que despejar, tras el pase atrás de Franco Ñáñez y Pablo Piccotti, que había ido a presionar hasta el área rival, se encontró con la pelota camino al arco, para definir al fondo de la red, decretando el 1 a 1.

En Argentino nadie lo podía creer, ni el propio Chila Vega, quien sabía que su jugada desafortunada le daba al rival el gol tan ansiado que necesitaba, para dejar las cosas pardas y obtener el título.

Ese momento golpeó anímicamente y mucho al local, que lució desordenado, sin idea de juego, regalándose en el fondo.

Isaías Candiotto y Alexander Vieyra a la cancha, para defender con tres y atacar con la misma cantidad. 3 – 3 – 1 – 3 era la idea que tenía Romero, sabiendo que todavía restaba tiempo para el final.

De pelota parada, Argentino contaría con una nítida como para volver a ponerse arriba en el marcador, pero el cabezazo de Jacobi, con desvío de Matías Piovano, no fue suficiente como para batir la seguridad de las manos del arquero rival (17’).

Claro que la aparición de Lucas Barengo a los 27’, terminó de volcar la balanza para el lado de los universitarios.

Tras un pelotazo largo y con Argentino marcando en el fondo mano a mano (Carlos Jacobi era un delantero más), Barengo dominó, aguantó y tras un buen giro, encontró el espacio para sacar un remate con veneno que terminó ingresado contra el palo izquierdo, para el 2 a 1 de la “U”.

Dio la sensación de que Vega también tuvo su cuota parte, al no poder tapar una pelota que parecía no tan compleja.

Reacción y emoción

El último cuarto de hora, tras el festejo por duplicado del equipo visitante, tuvo una pequeña reacción de Argentino, que no sería suficiente, ya que Mellano nuevamente aparecería con todas las letras. Pelé Andrada entró para los de Romero, mientras que Federico Cipolat y Brian Sanabria (ya con tiempo cumplido) ingresaron en el visitante.

El Deportivo insistió, con más amor propio que fútbol y a pesar de que Universitario lo podría haber liquidado antes, con Pratti y Goroso, los del Nicolás Avellaneda llegaron al empate para darle más dramatismo al juego: Mauro Fuente encontró el balón dentro del área tras las manos de Mellano, para empujarla al 2 a 2, quedando siete minutos para el infarto.

Allí, el Lobo fue con todo y Agustín Moreno tendría la nítida chance de llegar al gol nuevamente, pero su cabezazo en el segundo palo fue detenido de manera brillante por el gran Simón Mellano, lo que terminó de sellar el empate con el que Universitario volvió a gritar campeón después de siete años. La tercera fue la vencida.

 

La figura: Simón Mellano

Otra vez volvió a ser clave, ahora para definir el título a favor de Universitario. El uno tuvo 90 minutos destacados, con apariciones “gana partidos”. En el primer tiempo, evitó que el resultado sea más abultado a favor de su rival y en el complemento se quedó con pelotas que significaron mucho riesgo para su arco. La mejor, cuando el reloj marcaba 46’, le contuvo un cabezazo con destino de gol a Moreno, lo que determinó el empate final.

El árbitro: Martín Ferreyra

Pasó desapercibido dentro de la final y cuando eso sucede, significa que el trabajo del árbitro fue correcto. Estuvo siempre cerca de la jugada, administró acertadamente las amarillas e imprimió respeto ante los protagonistas, que le creyeron siempre a lo largo del partido. No tuvo ninguna jugada polémica, lo que ayuda a la calificación de su tarea.