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“El carácter efímero del 54% de Cristina nos tiene que hacer pensar”

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“El carácter efímero del 54% de Cristina nos tiene que hacer pensar”
“Es mucho el poder de los medios de comunicación hegemónicos, pero también lo tenían cuando Cristina sacó el 54%. No creo en las explicaciones que aclaran todo por los medios, pero tienen un gran poder. Hoy blindan al Gobierno”, dijo Itai (en el centro de la imagen), que estuvo en la Redacción con militantes de Patria Grande

El referente de izquierda, Itai Hagman, presentó su libro en Villa María

Sostuvo que Macri llegó al poder por su mérito, pero también por falencias del kirchnerismo. Consideró que es “muy difícil” que el país vuelva a “lo que había antes”

Itai Hagman, economista, docente y político, referente de Patria Grande y de Ahora Buenos Aires, estuvo en Villa María para presentar su libro “La izquierda y el nacionalismo popular ¿un divorcio inevitable?”, que realizó con Ulises Bosia y que fue escrito en los últimos tres años.

“Fundamentalmente es un libro militante. El núcleo central es esta discusión histórica en Argentina -que reapareció muy fuerte en los últimos años- de la izquierda y el campo nacional popular y los carriles paralelos por los cuales atravesaron estas dos lógicas”, precisó entrevistado por EL DIARIO.

En el marco de su presencia en esta ciudad, contestó diversas preguntas de este matutino.

– ¿En cuánto tienen que ver la conducta de la izquierda, del peronismo y del radicalismo, con la llegada de Mauricio Macri al poder?

– En parte esto tiene que ver con debates del período anterior, en el sentido de que en Argentina y en América Latina reaparecieron muchas banderas históricas no vinculadas a lo nacional popular y a la izquierda, y que parecían perimidas. También tiene que ver con el ciclo que comenzó con el triunfo de Macri, donde efectivamente hay identidades populares que perdieron hace mucho tiempo el sentido originario. El gran desafío para las fuerzas de izquierda es cómo construir un proyecto de mayorías dialogando con esas identidades que existen en nuestro pueblo y que no necesariamente son representadas por las estructuras políticas que levantan esas banderas.

-Muchos que cuestionan duramente al kirchnerismo se basan en los casos de corrupción. ¿Cree que esa es la razón del rechazo o que se esconde allí el malestar por algunas reivindicaciones o banderas?

– Siempre que se genera un fenómemo político, como fue el ascenso del macrismo, por más que exista una palabra que aglutina, detrás de la misma hay un montón de cosas. Es una simplificación decir que la gente votó a Macri para ir contra la corrupción, pero lo que sí hizo el macrismo es colocar ahí un montón de demandas y sentimientos de rechazo que un sector importante tenía hacia el proceso anterior.

Entonces, si estás insatisfecho con la salud y la educación, el problema es la corrupción. Apareció como el agente catalizador. Si fuera estrictamente un tema de corrupción, considero que si hay una fuerza política que no puede representar al país es una fuerza liderada por Macri, no solo por su historia familiar sino por su desempeño como jefe de la ciudad de Buenos Aires.

La pregunta que tenemos que hacernos es por qué un sector importante rechazó un proceso del cual en buena medida era beneficiario.

– ¿Por qué cree?

– Si bien uno puede decir que Macri es un Gobierno de ricos para ricos, lo votaron millones de personas y esos millones no son solo los ricos. Evidentemente hay que hacer un proceso de revisión sobre qué sucede con sectores populares, de clase media, que de pronto son atraídos por determinado recurso neoliberal. Hay mérito del macrismo, pero también falencias del otro lado. Muchas de las cosas en las que el Gobierno anterior se quedó a mitad de camino explican por qué la derecha termina ganando, por ejemplo, en el plano económico, de la transformación de la estructura productiva, en el plano de una reforma política, en el plano de política de transparencia también. Hay una serie de cosas de las cuales se alimentó la derecha, que eran debilidades del campo opuesto.

– ¿El argentino o la argentina promedio tiene ideología?

– Es difícil contestarlo.

– ¿El 54% que votó a Cristina cambió tanto de parecer?

– Creo que es un error endilgarle al voto un carácter ideológico. Hay una porción que vota por ideología, pero no es la mayoría. Tampoco creo que se dé un voto de bolsillo. Hay una conjunción de factores que hacen que votemos como votamos. Hay mucha gente que se dedica a estudiar eso, una característica de esta etapa es que no existen las lealtades políticas partidarias como pueden existir en otro momento histórico. El voto es mucho más volátil; eso del 54% que cambió en apenas 4 años, no era tan sencillo de suceder en otro momento de la historia. Hay que analizar ese cambio tan drástico. La discusión es si es una característica que llegó para quedarse, que es un poco la tesis de Durán Barba (asesor presidencial), o no, y si se puede reconstruir un sentido de pertenencia popular, un proyecto que no sea tan efímero como una elección. El carácter efímero de ese 54% nos tiene que hacer pensar muchas cosas.

– ¿Cómo volvemos a un sendero con el objetivo de más equidad, reconocimiento de derechos, justicia social?

– Hay que asumir el desafío que nos representa el macrismo, que tiene vocación hegemónica, que tiene un destino para la Argentina. No van a caer por su propio peso. Han sido muy eficientes a la hora de construir mayorías electorales. Hay que pensar una estrategia de una nueva mayoría popular.

Va a ser muy difícil imaginar que la sociedad en 2019 o 2023 vote volver a lo que había antes. Entendemos y respetamos el canto del Vamos a volver, pero no puede ser una estrategia política, porque el macrismo para ganar tuvo que construir un proyecto de futuro, no dijo Volvamos a los 90. Tenemos que hacer lo mismo, lo que implica una forma de construcción que tiene que ser superadora a la forma de construcción del período anterior, que fue demasiado sostenida en las estructuras políticas tradicionales, con poca participación de movimientos populares, de organizaciones sociales. La construcción por venir es más democrática, más horizontal y con mayor protagonismo de sujetos y de demandas y de referentes de luchas sociales.

El camino no es tanto la unidad de los dirigentes, sino de abajo hacia arriba.

– ¿Tenemos conciencia como pueblo de generar ese proceso desde abajo?

– Hay que ver, vienen pasando cosas interesantes. Ya en 2016 hubo un proceso muy intenso de movilizaciones. Por supuesto que no alcanzó, porque en las legislativas el Gobierno ganó.

Pero estoy convencido de que su programa económico de ajuste no fue en la magnitud que quería por el nivel de conflictividad que hubo en la calle. Y desde diciembre para acá, lo que hasta ese momento eran luchas que iban por carriles separados,comenzaron a articularse, todas esas expresiones empezaron a estar juntas.

 

  1. B.