Socios de la institución festejarán los 60 años con una cena especial. Un breve resumen de la historia de esta tradicional institución villamariense
Sesenta. Esos son, nada más y nada menos, los años que cumplió recientemente el Círculo Italiano de Villa María. Un acontecimiento muy especial para los socios de esta tradicional institución, quienes se encargarán de rendir los tributos del caso con una cena especial a llevarse a cabo el próximo sábado. El evento tendrá lugar en la misma sede de 25 de Mayo 273, que ha servido como tal desde los albores de la entidad, nacida oficialmente un 17 de julio de 1957.
El Círculo Italiano local surgió a partir del deseo de jóvenes inmigrantes recién llegados desde el país peninsular de llevar a cabo distintas actividades que de alguna manera los conectara sentimentalmente con su añorada Italia. Esto es: realizar grandes cenas y almuerzos, encuentros de canto, baile, partidos de bochas y de cartas, entre otros.
“En realidad lo que buscábamos era estar juntos, pasarla bien rodeado de los nuestros. Pero no solo participaban los italianos, eh. También se unieron rápidamente los amigos nacidos acá e incluso gente de otras nacionalidades”, recuerda Cándido Gardella, actual vicepresidente de la institución (su presidente es Gabriel Lisai) y uno de sus miembros fundadores.
Se trataba de un grupo muy alegre, que al no contar con un lugar propio tenía que rebuscárselas realizando los encuentros de forma “itinerante” en distintos puntos de la ciudad, como el Club Sarmiento, el por entonces cerrado Bar La Esperanza (hoy Café Argentino) e incluso la casa de socios y amigos.
La casa propia
Así fue hasta que Ugo Rosignoli, exmilitar y uno de los principales impulsores de esta unión “tana” en plena pampa húmeda, decidió donar la casa que actualmente sirve de sede de la entidad. Ya con vivienda propia, el Círculo quedaba oficialmente conformado. Rosignoli sería su primer presidente.
“El problema es que la casa no estaba en buenas condiciones y tuvimos que trabajar muchísimo para juntar fondos y refaccionarla. Entonces hicimos montones de rifas, comidas y bailes populares. Eso nos sirvió para poder poner nuestra sede a punto, y para aglutinarnos más como grupo. Fueron años maravillosos, de mucha vida social y cultivo de la amistad”, comenta Cándido, quien naciera en Pavia, Lombardia (cerca de Milán) y que llegara de muy joven a Villa María prácticamente junto a su hermano “Pierino”, otro personaje de la colectividad.
Con el paso del tiempo, el edificio se iría refaccionando completamente, agregándose nuevos salones (como el “Cándido Gardella”, hoy corazón de la entidad) y modernas canchas de bochas. Ya en el año 2008, se sumaría a la familia el Restaurante del Círculo Italiano, que actualmente funciona en los frentes del edificio y que, para no perder la costumbre, prepara platos peninsulares con recetas tradicionales que varias “nonas” y “nonos” trajeron a nuestros pagos.
“La verdad es que solo podemos sentir agradecimiento con esta ciudad hermosa que nos abrió las puertas y nos hizo sentir parte de ella desde el principio. Por nuestra parte, esperamos seguir cumpliendo muchos años más, y manteniendo viva la llama de aquellos años maravillosos”, finaliza el querido Cándido, con la nostalgia de quien desempolva múltiples tesoros del baúl de los recuerdos.