Por primera vez, la noche de música popular agota las entradas casi 24 horas antes. Chipote abrió la velada y Ulises Bueno ofreció el primer estallido
Histórico. Por primera vez desde que la noche cuartetera se incluyera en la programación festivalera, casi un día antes se habían agotado todas las entradas en el Anfiteatro.
Sólo quedaba un remanente de localidades en Córdoba que fueron adquiridas de un plumazo.
La inusitada convocatoria provocó un hecho aún más particular. Se inauguraba la reventa de la música popular, acaso la cara poco ética de la bisagra novedosa, aunque haya tomado ribetes cómicos. En grupos de Facebook como «Trato Hecho Villa María» se ofertaban, como en una subasta, las tribunas y plateas al mejor postor.
La velada también cobraba un tinte sobradamente imborrable para los espectadores por la presencia de Cristian «el Loco» Amato, el destacado líder de La Fiesta que se está despidiendo de los escenarios y, se supone, se trataría de la última actuación en el Anfiteatro.
El «Negro» y el «Colorado» con Chipote
La cuarta luna, en rigor, inició minutos después de las 20.15 con el debut en el Festival del grupo local Supercampeones, creado a mediados del año pasado, para ofrecer «cumbia canchera» en la previa.
A las 21 en punto salieron a escena los animadores Alberto «el Negro» Luna y Santiago «el Colo» Gianola a fin de ensalzar los ánimos de la audiencia que a esa altura estaba pronto a alcanzar la mitad de la capacidad.
El primer conjunto en reescribir las melodías al ritmo del «tunga tunga» fue Chipote, una de las formaciones con mayor ascendencia en los últimos tiempos. La banda, integrada por el etrusco Nico Sattler, Facundo «Chino» Herrera y Lucas «Choco» Juárez desenfundaron su cóctel de versiones de baladas y hits de constelaciones pop como «Cuando amas a alguien», «Qué ganas de no verte nunca más» de Valeria Lynch, «Por lo que reste de vida», «Me enamoré de ti» de Chayanne, «El perdón» de Enrique Iglesias, «Perdón perdón» del dúo Ha-Ash y «Mi gran noche» del español Raphael que actuara dos noches antes en la misma plaza.
Además, el conjunto interpretó -casi sin pausa entre tema y tema-, «Que vengan las mujeres», donde agradecieron el aliento de seguidoras de San Juan, Rafaela y de nuestra ciudad, obviamente.
El gran Ulises
Apenas pasaron las 22, se anunciaría la llegada del solista cuartetero con mayor difusión en la última temporada. Aquel que bate récords de convocatoria y de venta de discos. El mismo que ha logrado despejarse definitivamente del mote de «hermano de Rodrigo» para cimentar una carrera con estilo propio, desde la elección de obras, pasando por una impronta aguardentosa en su caudal vocal, hasta llegar a un perfil estético definido.
Ulises Bueno haría detonar el primer estallido de la noche cuando el «coloso de cemento» estaría prácticamente colmado en todo su esplendor. A esa altura, los ríos bañados de cerveza y vino en copón desfilaban regados desde las plateas altas hasta el sector central, el mismo que en las lunas anteriores fue utilizado para los espectadores VIP.
Con un vestuario completamente oscuro, incluso con un largo sobretodo, el cantante emergió en medio del Hernán Figueroa Reyes para interpretar «Incompleto», pieza de su última y promocionada placa «Soy», con una mixtura entre el pulso rockero de algunos pasajes con el ritmo característico de las viejas orquestas.
Continuaría con «Hielo en mi whisky» , «Qué será», «Soy», «Si tú no estás», la hipercoreada «Cuando quieras quiero», «Qué culpa tengo yo» y el superéxito de testimonio jocoso conocido como «Dale vieja dale», que contara con varios videoclips alusivos y caseros rotando por la web.
El tema imbatible, replicado en cuanto compilado de MP3 haya sido confeccionado en los últimos meses, llegaría a modo de «falso» bis, con «Intento». «Me cantan tus palabras en mis madrugadas y el viento trae desde tu casa esta melodía, que no acaba», recreaba el cantante con la vibrante intensidad que le aporta un éxito asegurado.