En el amanecer del actual período democrático, tras la más larga y cruenta noche de la dictadura cívico-militar, un grupo de personas decidió darle a la ciudad una nueva voz. Algunos de los trabajadores de entonces siguen recorriendo hoy los pasillos de este medio, que pasó por muchas casas y etapas hasta llegar al presente. No fueron pocas las vicisitudes pero, como alguna vez se le ocurrió decir a uno de los integrantes del equipo, “el paciente dijo 33”
Hoy se cumplen 33 años desde la aparición de la primera edición de EL DIARIO, y van… 11.947. Más de tres décadas junto a los vecinos de Villa María, Villa Nueva y más de treinta localidades de la región que nos reciben cada mañana para compartir los logros y las necesidades de sus habitantes, de sus instituciones, de sus universidades, de sus escuelas y colegios, de sus clubes, sus asociaciones empresariales, gremiales, defensoras de los derechos humanos, de género, ambientalistas…
Aquel 1 de abril de 1984 se apostaba también a un gran salto de calidad en materia técnica, porque se ponía a andar por primera vez en nuestra ciudad un diario impreso en offset.
El grupo original de soñadores emprendedores, periodistas, diseñadores, gráficos y administrativos, algunos de los cuales siguen caminando cada jornada por nuestra casa propia (después de haber transitado por tantas alquiladas), le impusieron al medio una impronta que aún perdura: que la historia de nuestros pueblos de esta región cordobesa, en “el interior del interior”, se mantuviera viva siempre y que todos y cada uno de sus habitantes encontrara espacio para poder expresar sus ideas y narrar lo que ocurre en su entorno.
Sí, en aquellos días se apostó por el camino más complicado, pero más seguro: la libertad de opinión para quienes escribían cotidianamente, que con el paso a cooperativa en el año 2001 se trasladó también a nuestros lectores, “Los lectores también escriben” es un espacio del cual se han apropiado muchos de los que nos vieron crecer y nos acompañaron y nos acompañan jornada tras jornada, para permitirnos decir que en los casi 150 años de historia de la ciudad, y desde el diario EL SOL hasta nuestros días, somos el cotidiano que más tiempo ha permanecido a la venta en la ciudad.
Primero fue EL DIARIO del Sur de Córdoba, con la Editorial Talamochita que lo editó hasta el 13 de diciembre de 2001, cuando en medio de una crisis casi terminal los trabajadores decidimos hacernos cargo de la gestión, bajo la forma de la economía social, solidaria. Nacía entonces la Cooperativa de Trabajo Comunicar, con 32 asociados, para convertirse en una de las muy pocas empresas recuperadas de entonces, a las que se fueron sumando muchas otras para ayudarnos, entre todas, en el esfuerzo por defender y mantener la fuente laboral, para luego, paulatinamente, ir generando nuevos puestos de trabajo.
Y de aquellos 1.300 ejemplares que se vendían cada día con ediciones de 32 páginas, llegamos hasta a quintuplicar la cantidad de impresiones, mientras las páginas subían a 40, a 48, a 56, a 64… a las que hiciera falta según las publicidades con la que contábamos.
Del mismo modo, el crecimiento nos permitió generar más de 25 puestos genuinos de trabajo, cada integrante con sus aportes de obra social y los indicados por AFIP y el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social al día, al tiempo que poníamos en marcha un sistema previsional interno para acompañar a los primeros asociados que se acogieron a la jubilación.
En todo el trayecto transcurrido nuestro compromiso con la sociedad a la que pertenecemos fue nuestra bandera.
Creemos que la comunidad lo ha entendido y por eso nos da la mano cada mañana y cada vez que la hemos necesitado, más allá de la simple lectura. Basta recordar aquellos momentos del incendio del 7 de mayo de 2005 que destruía parte de nuestro taller, mientras los vecinos se acercaban a la sede de entonces, en avenida Yrigoyen, para ayudarnos a salvar máquinas y otros elementos de trabajo.
Ese y otros ejemplos -como “la pollada por el diario” o el desfile por el Teatro Verdi de artistas solidarios para juntar fondos tras el incendio- nos hacen decir, aun a riesgo de ser reiterativos, que este diario es de la gente, 100% de la gente; “no nos confundamos, nosotros somos los actuales administradores, pero el diario es de la gente”, reafirmó un asociado en una de nuestras asambleas.
Entonces, a la vuelta de estas más de tres décadas, de cientos de calles caminando al lado de nuestros movimientos sociales, de miles de kilómetros siguiendo a nuestros deportistas y a nuestros artistas allá donde les toca actuar, tantas visitas a los centros de jubilados y jardines de infantes… a la vuelta de decenas de lunas dando “manija” al Festival de Peñas, lo organice quien lo organice… queremos aprovechar esta contratapa de hoy para darle el abrazo agradecido a nuestros lectores, a los canillitas y vendedores, a los anunciantes y los publicistas, a los que perdonan nuestros errores, a los que aceptan nuestras disculpas. Gracias, gracias, gracias.
No les quepan dudas de que lo hacemos a corazón abierto, con lo mejor que tenemos adentro.
Un gran abrazo a todos.
Cooperativa Comunicar