Más de diez mil personas disfrutaron shows nacionales e internacionales en el Festival organizado por el Aeroclub
En la leyenda de los nibelungos, Sigfrido el héroe, muere asesinado mientras miraba extasiado el vuelo de un halcón. Desde esa leyenda, los seres humanos sentimos pasión por el aire.
El Festival Aéreo hizo sentir ese misterio del vuelo, con lo que implica la fascinación que genera el hecho de que aviones o helicópteros, que son más pesados que el aire, de pronto puedan volar como los pájaros.
Más de diez mil personas de todas las edades, sumando los que fueron el día sábado más las del domingo, acompañaron con esa fascinación este evento desarrollado en el Aeropuerto Regional de Villa María, organizado por el Aeroclub con el apoyo del municipio, que convocó a visitantes de toda la región.
Una fiesta incomparable para nuestra ciudad y la región, con un clima primaveral que acompañó en todo momento.
Entre las actividades más demandadas por el público, que hacía largas colas para esperar su turno, se destacaron los vuelos de bautismo, en aviones monomotor o multimotor y hasta en helicópteros. Los precios oscilaban entre los 400 y 500 pesos para esta actividad.
Para los más valientes, existía la posibilidad de hacer un salto en paracaídas, con un costo de $3.900.
La entrada al predio, que también contaba con espacios gastronómicos, era libre y gratuita y al lugar podía llegarse en colectivos urbanos que salían desde el Centro de Transferencias y que llevaban sin costo a todos los interesados en disfrutar del espectáculo.
La ocasión aunó la previa a los festejos por el cumpleaños 150 de la ciudad y los 80 años del Aeroclub, “una institución que ha marcado la historia de Villa María”, tal como marcó Martín Gill el pasado 4 de septiembre, cuando se realizó la presentación de la segunda edición de este Festival. El intendente se hizo presente en el lugar, junto a un grupo de funcionarios.
Participación masiva
Era tal la cantidad de gente que se llegaba al Aeropuerto, que la cola de autos para ingresar a las instalaciones de la estación aérea ocupaba el largo de varias cuadras y se tardaba hasta 40 minutos en poder entrar. Lo mismo sucedió a la salida.
Una de las características principales de este año fue su internacionalidad, con una escuadrilla de acrobacia aérea que llegó desde Chile.
Paracaidistas profesionales hacían saltos deportivos, pilotos profesionales que hacían maniobras y acrobacias con sus aviones, eran algunas de las atracciones para admirar.
Exhibición de distintos modelos de aviones y helicópteros, aeromodelismo y maquetismo, son otros ejemplos de las múltiples actividades que se desarrollaron en las dos jornadas, que comenzaron por la mañana y culminaron con el caer de la noche.
La Fuerza Aérea Argentina hizo una demostración con dos aviones que hacían vuelos rasantes, que tras finalizar partieron directo desde el cielo de Villa María hacia la Escuela del Ejército de la ciudad de Córdoba.
La banda de música de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea amenizó la tarde con la interpretación de varias canciones.
El viernes por la tarde, un globo aerostático celeste y blanco con la bandera de nuestro país, paseó por la ciudad como forma de promocionar este Festival, que sin duda, ante el éxito rotundo, volverá el año que viene con su tercera edición.