Clásico de rugby. Cancha de Jockey. Partidazo ante más de mil personas.
De repente, el tipo entra como si nada, pero no hace cualquier cosa. Directamente sale a correr a los jugadores visitantes, como si quisiera ayudar a los hípicos a ganar el encuentro, tratando de meter algún tackle perruno.
Se pasó casi cinco minutos en la cancha, siendo el protagonista para muchos de los que asistieron al duelo. Sin embargo, todo acabó como terminan siempre estas cosas: uno de los jugadores del Sanmar, cansado de ser perseguido por el animal, lo alzó y lo sacó de la cancha. Y a otro cantar.
Al final ganó Jockey. ¿Habrá festejado el pichicho?