Apertura – Zona B – 5ta. Fecha
Unión Central ganaba 1 a 0 con gol de Ezequiel Olmedo (ex-Gallego), pero Luciano Acosta, de penal, le dio el empate a Española en la última jugada
Escribe: Pablo Luna Broggi
En cancha de Central Argentino había un duelo de necesitados: por un lado Unión Central, el local, y por el otro Asociación Española, ambos con la misión de comenzar a sumar, no solo para salir del fondo de las posiciones de la Zona B, sino también para acercarse al líder Rivadavia y por qué no soñar con la clasificación a playoffs.
El cotejo comenzó con un sentido y muy respetado minuto de silencio por el fallecimiento del padre de un jugador de Española. Por tal motivo, los del equipo gallego lucieron una cinta negra en el brazo en señal de duelo.
Unión, al ser local se sentía con una mayor responsabilidad de tomar las riendas del partido y ser protagonista en las primeras acciones de juego. Los dirigidos por Marcelo Zucotti jugaban con más intensidad en el amanecer del duelo futbolístico, mientras su rival se acomodaba y esperaba con tranquilidad lo que proponía el aurinegro.
La primera emoción del partido llegó en los pies de un ex-Española, Joel Guilhen, que desde 30 metros remató con fuerza una pelota que le venía picando y casi vence la valla defendida por Pablo Mancilla, pero el balón se fue desviado a escasos centímetros de la portería.
Luego, el visitante contestó con un remate endiablado de Nicolás Morello que se desvió en Cristian Reynoso y descolocó a Dante Alaniz, pero el guardameta local alcanzó a interceptar la trayectoria del balón y evitó que el conjunto villanovense se ponga en ventaja.
Sin embargo, los de calle Rucci continuaban con el control del partido y apelaban a la velocidad y habilidad de Guilhen para lastimar por el sector izquierdo. Además, otro de pasado aurirrojo como Ezequiel Olmedo se hacía cargo del balón en el mediocampo y era el principal responsable de la generación de juego en el local. El mismo se hizo cargo de un tiro libre en el sector izquierdo y envió un centro perfecto que nadie llegó a cabecear, pero que picó y pegó en el travesaño de Mancilla.
Minutos más tarde, Richard Moyano pitó una falta en un sector similar y Marcelo Zucotti recordó aquella jugada y pidió expresamente que Olmedo se haga cargo del remate, el mediocampista acató las órdenes del entrenador y repitió exactamente la misma jugada, pero con la diferencia de que esta vez la pelota no pegó en el travesaño, sino que ingresó por el lado izquierdo del arco gallego y puso a Unión 1 a 0 arriba en el marcador.
Zucotti aún se golpeaba el pecho por el orgullo que le había dado el gol surgido de una precisa indicación suya, cuando por un descuido de la defensa el visitante casi empata el partido. Sin embargo, Cativelli no pudo definir del todo cómodo y el balón se fue rozando el palo izquierdo para bajar el telón del primer tiempo.
En la segunda mitad, Unión se hizo dueño totalmente del partido y contó con varias chances de aumentar el marcador. La más clara en los pies de Coco Reynoso que milagrosamente Mancilla contuvo cuando la parcialidad local ya festejaba el segundo gol. Sin embargo, el técnico gallego, Diego Valle, no se asustó y se la jugó: armó una firme línea de tres en el fondo y comenzó atacar con tres delanteros. Esto le permitió llegar con más gente al área rival y al capitán Luciano Acosta hacerse cargo definitivamente del juego villanovense.
En la última jugada, un centro al área de Unión produjo que un defensor local pierda el equilibrio, se caiga de espaldas y sin querer toque el balón con la mano. No fue para nada intencional, pero Moyano se apoyó en el reglamento y este le dio la razón. Acosta se hizo cargo del remate desde los doce pasos y con tranquilidad le quitó al local la ilusión de dejar los tres puntos en casa.
El empate le cayó mejor a Española por cómo se dio el partido, pero en definitiva al finalizar la fecha ambos se vieron en la última posición de la zona y el gusto amargo perdurará al menos una semana más.
La figura: Luciano Acosta
Hizo el gol del empate y fue el principal responsable de la levantada de Española.
El árbitro: Richard Moyano
Bien, dirigió correctamente, aunque se le reprochó el penal cobrado sobre el final. El reglamento ampara su decisión: fue sin intención, pero la mano fue clara.