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“El Gobierno nacional agranda la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen”

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“El Gobierno nacional agranda  la brecha entre los que más  tienen y los que menos tienen”

Escribe Nancy Musa DE NUESTRA REDACCION

Nació en Camilo Aldao, el 26 de enero de 1964. Es contador público. Casado, dos hijos. Comenzó a militar en el Partido Justicialista en el ocaso de la dictadura y en el fervor de los claustros universitarios. El peronismo lo trae desde la cuna y es parte de una familia de militancia política. Llegó a Villa María en 1989 para hacerse cargo de la actual Osprera, la obra social de los trabajadores rurales. A los pocos meses se relacionó con la agrupación de Javier Sosa y Ricardo Pereyra. Por un acuerdo de su grupo con Eduardo Accastello en 1995 fue tribuno de Cuentas. En 1999 asumió como concejal de la bancada justicialista. De 2003 a 2007 fue auditor general. Terminado ese mandato, se hizo cargo del Instituto Municipal de Inversión creado por Accastello. En 2011 volvió a ser electo concejal, pero renunció a su banca para ocupar la Jefatura de Gabinete del municipio. En 2015 asumió nuevamente como concejal. Hoy es el presidente del Concejo Deliberante

Tiene el perfil del contador, prolijo, estructurado, buscando el balance en las relaciones humanas. Se podría decir que es un dirigente con fina cintura y especial habilidad para el diálogo y la búsqueda del consenso. Los sapos que se tragó durante tantos años en la política no le hicieron perder la línea. Habla en forma pausada, con diplomacia, demuestra su gratitud por el lugar que ocupa en una obra social sindical y por las oportunidades que le dieron los villamarienses de ocupar diversos espacios.

Trata de ver el vaso medio lleno y considera que “antes de opinar de los demás debemos mirarnos para adentro”.

José Carignano no oculta sus aspiraciones, pero prioriza la lealtad y las ideas. Es un soñador realista, perseverante y pacifista. Alguien que “camina con la frente en alto” y siente dolor ante las agresiones sin fundamentos. Un “chico de pueblo” que el destino lo trajo a la vera del Ctalamochita.

 

-El peronismo, rumbo a octubre, está navegando en aguas turbulentas.

-Sí, lamentablemente no hemos tenido buenos resultados en agosto, la sociedad ha elegido otra opción y tenemos que analizar cuáles han sido las causas de todo eso.

Si bien hay una ola nacional y hay gente que va a votar a favor de Macri y en contra de Cristina, me parece que es un error porque no estamos votando presidente, estamos votando legisladores que vayan a defender a los cordobeses.

Son los que tienen que llevar nuestra propuesta al Parlamento nacional y bregar para que los cordobeses sigan teniendo obras, puedan seguir creciendo, pelear por mayores recursos y demás.

Veremos si el resultado en octubre se revierte, nosotros aspiramos a que nos vaya mejor.

 

-¿Por qué cree que la sociedad elige en forma tan dispar en los distintos comicios y sin guardar fidelidad a los partidos?

-La gente mira mucho más a las personas y esto es bueno en comunidades chicas, donde nos conocemos, sabemos quién es quién, pero en las elecciones nacionales donde a los candidatos los conocemos por la televisión, Internet o por las publicidades muchas veces nos dejamos llevar por lo que se va instalando en los medios masivos de comunicación y después nos llevamos los chascos.

De hecho, Macri, que es hoy el presidente y con quien no comparto su plan económico, ha dicho una cosa y terminó haciendo otra. Y eso fue porque los medios masivos instalaron que continuar con la gestión que venía gobernando no era bueno para el país.

Hoy por hoy, está demostrado que este Gobierno lo que está haciendo es agrandar la brecha entre los que menos tienen y los que más tienen.

 

-La sociedad, sin embargo, tiene esperanza, sigue apoyando al Gobierno, a pesar de lo que usted señala.

-Sí, sigue apostando, las elecciones lo han demostrado así. Pero me parece que eso también es el resultado de la cabeza que nos han hecho los medios y las campañas respecto a que había que eliminar el malestar con el gobierno anterior. Y creo que fue un error, la gente aceptó eso, pero desde mi punto de vista fue una equivocación.

 

-Todos los ataques al gobierno anterior han estado basados en la corrupción, ¿qué opina sobre eso?

-En todos los gobiernos siempre hubo algún hecho de corrupción. Lo importante es que se denuncien y que actúe la Justicia en tiempo y forma. No sirve cuando la Justicia llega tarde, no da los resultados que la comunidad pretende.

Además los tiempos de la gente no son los mismos que los de la burocracia institucional.

 

-Usted que tiene conocimientos de economía, ¿cuáles son las falencias que observa en el plan económico del Gobierno nacional?

-Me parece que no se prioriza el desarrollo de la industria nacional, de la pequeña y mediana empresa, que es la que da mayor cantidad de trabajo, la que genera mano de obra. Hoy vemos en los medios cómo van creciendo las importaciones y todo eso va en desmedro de la industria nacional.

Creo que eso hace menos mano de obra. Otra cuestión que es importante es que el consumo se ha reducido porque los ingresos de los asalariados han ido perdiendo valor con respecto a la inflación, a la devaluación.

Creo que esos son puntos importantes para ir rectificando, pero no veo la intención de que esto suceda.

 

-¿Se ha roto la matriz productiva?

-Creo que está resentida y hay que buscar elementos para poder revitalizarla, otorgando incentivos, otorgando créditos a tasas subsidiadas a los sectores de la pequeña y mediana empresa para que puedan incorporar nueva tecnología, tecnología que no vaya suplantando mano de obra, sino que permita ampliar el plantel de trabajadores.

Todas cuestiones que hoy el Gobierno no las está haciendo.

-¿Cuál es la mirada que tiene en torno a esta decisión del Gobierno de Macri de enviar el oro de las reservas a Londres?

-Me parece totalmente equivocada y menos a Londres, estamos hablando del país que vino a combatirnos, es el país que nos quiere quitar la soberanía de las islas Malvinas. Me parece una decisión totalmente equivocada.

Que lamentablemente no he visto que los medios lo expresaran, si esto lo hubiéramos hecho nosotros, habría sido un escándalo, nos mataban.

-José, uno de los rumores bastante fuertes ya es que se viene la flexibilización laboral, ¿qué piensa de esta posible iniciativa?

-Espero que no suceda. Se llama flexibilización laboral para hacerla elegante, pero es una precarización del trabajo. Espero que no se pretenda con esto avasallar derechos de los trabajadores, todo lo contrario.

No se mejora el país ni la economía quitando beneficios a los trabajadores, que son los que ponen el hombro todos los días para que al país le vaya mejor.

-¿Por qué empezó su militancia en el peronismo?

-Empecé en realidad porque vengo de una familia donde siempre se habló de peronismo. Mi viejo era un pequeño productor agropecuario, de pueblo, de profesión sastre, que tenía una pequeña fábrica de pantalones y demás y siempre nos fue enseñando cuáles fueron los beneficios que trajo el peronismo a la sociedad.

O sea que desde mi época joven estuve militando en la universidad, cuando todavía estábamos en dictadura en el año 1982, luego militando en mi pueblo cuando mi viejo fue candidato a intendente, también a la par de uno de mis hermanos que fue intendente de mi localidad.

Y después cuando me vine a vivir a Villa María, ni bien instalado comencé a militar con un grupo de amigos y compañeros con los que hoy mantengo una excelente relación.

-¿En su niñez se interesaba por la política o la veía como algo lejano?

-Me interesaba, pero en ese momento no había posibilidad de expresarse ni de hacer política. Mi infancia fue en plena dictadura, hablábamos en mi casa, mi viejo nos contaba, mis hermanos mayores sí ya militaban en la Universidad en Rosario y en Casilda.

Y ellos cuando venían los fines de semana nos contaban lo difícil que era la militancia por la persecución que había en ese momento.

-¿Era un chico tranquilo?

-(Sonríe) Era un chico común de pueblo; íbamos a la escuela y después de la escuela nos juntábamos con los chicos del barrio a jugar a la pelota, a jugar a las escondidas o a tocar timbre en las casas (risas).

Me gustaba mucho cuando mis viejos nos llevaban al campo y ahí jugábamos. (Pausa). Tuve una infancia feliz, rodeada de afectos, de muchos hermanos, somos seis y soy el menor.

Y en un pueblo donde tenía muchos amigos. Una linda infancia.

-Usted me dijo que le gustaba soñar proyectos, ¿qué soñaba cuando era un chico de pueblo?

-Soñaba con poder llegar en algún momento a tener un espacio de responsabilidad y poder actuar poniendo a disposición mi capacidad de trabajo, mi capacidad intelectual, para devolver lo que la vida me había dado.

Por eso soy muy agradecido de Villa María, porque aquí formé mi familia, nacieron y se están educando mis hijos y me dieron la posibilidad los villamarienses de representarlos en todos estos ámbitos. Con una amplitud muy grande, porque no siendo nativo de la ciudad me dieron la posibilidad de ocupar todos estos espacios. Y tengo un agradecimiento muy grande.

Por eso mi intención de ser intendente, en su momento, para devolverle a la comunidad todo lo que la ciudad me dio.

-Siendo que le gustaba la política, ¿por qué eligió estudiar Contador Público?

-Siempre me gustaron los números y creo que mi forma de ser también apunta a eso. El contador está identificado como más prolijo, más ordenado. Soy un poco estructurado (sonríe).

-Se fue a estudiar a la Universidad de Río Cuarto y ahí conoció a un grupo de “compañeros”.

-(Risas) Sí, ahí conocí a los amigos. Ahí conocí a Gerardo (Russo), Eduardo estaba más adelantado que nosotros, porque es un año o dos más grande, y con ellos militamos y formamos un grupo.

En ese momento el furor era Franja Morada, no nos iba del todo bien (se ríe), pero nosotros la peleábamos.

El grupo se llamaba GECEL (Grupo de Estudiantes de Ciencias Económicas para la Liberación).

Y no estaba conformado solo por peronistas, había representantes del Partido Intransigente, militantes del socialismo, todos versus Franja Morada, que era difícil vencerlo.

-Y en esa efervescencia militante, ¿qué sintió frente al triunfo de Alfonsín?

-La verdad que me dolió mucho (sonríe). Me dolió fue porque abrumador en todos los niveles, en mi pueblo, en la provincia, en la Nación. Nosotros habíamos puesto mucha expectativa en el compañero Luder, que era el candidato del peronismo en ese momento, y no pensamos que íbamos a perder de esa manera.

También hubo errores cometidos, te acordás de Herminio Iglesias, que llevaron a la sociedad a volcarse por el radicalismo, más la presencia y la oratoria del propio Alfonsín.

-¿La guerra de Malvinas con qué sentimientos la vivió?

-Me tocó de cerca, yo estaba en la Facultad en primer año, los que fueron son los de clase 63. Soy clase 64, así que estábamos pensando si nos convocaban. Me salvé de la colimba por número bajo, pero la verdad que fueron amigos míos a la guerra, fue muy duro.

Porque cuatro o cinco trasnochados nos llevaron a una guerra, a jóvenes que no estaban preparados, que tenían todo el ímpetu para pelear por el país, pero era un guerra totalmente injusta. Una guerra que no tenía razón de ser, no podíamos pelear con el imperio británico porque no teníamos ni el armamento ni los que nos llevaron a la guerra tenían la legitimidad para hacerlo.

-Después de todo lo que hemos vivido en el país, la dictadura, la guerra de Malvinas, la recuperación de la democracia con todo su fervor y emociones, ¿qué nos pasó que hoy estamos tan peleados entre nosotros?

-La grieta. La famosa grieta que, lamentablemente, no veo que se vaya cerrando. Creo que los argentinos tenemos que hacer el esfuerzo para que esta grieta vaya cicatrizando. Y todos tenemos que aportar porque todos somos responsables de esta grieta, desde los que nos gobiernan al más alto nivel, con las decisiones que toman, en cuanto a las formas de exteriorizar las propuestas, las medidas económicas que agreden a los sectores más vulnerables; hasta los que no tienen que tomar decisiones.

Por ejemplo, lo de Facebook o las redes sociales, no puede ser que todos opinemos tan livianamente del resto y agredamos a nuestros vecinos, a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo.

Todos tenemos que hacer el esfuerzo porque esto es una bola de nieve y no sabemos cómo empieza ni cómo termina.

Por eso debemos trabajar para pacificar nuestra sociedad.

 

-Vamos a hablar de su llegada a Villa María, ¿qué circunstancias lo trajeron a vivir aquí?

-Yo estaba terminando la carrera en Río Cuarto, había acabado de cursar y en mi pueblo había un dirigente gremial que en ese momento conformaba el Directorio del Instituto de Servicios Sociales para las Actividades Rurales y Afines (Issara). El Directorio estaba compuesto por el presidente que lo ponía el Estado, cuatro representantes de las entidades empresarias rurales y cuatro representantes de los trabajadores, uno de ellos era de mi pueblo.

El compañero Roque González (se emociona), me emociono porque lo quería mucho al Negro; yo le había dicho si tenía alguna posibilidad de trabajo porque mi pueblo era chico, no había muchas empresas y había varios contadores.

Entonces le dije que estaba buscando trabajo y no tenía problemas de ir donde fuera. Un día me llamó para decirme que había fallecido el encargado de la agencia de Villa María y estaban buscando a alguien para que se hiciera cargo. Y así fue como vine para acá.

 

-¿Se hizo cargo de la delegación representando a los trabajadores rurales?

-Sí, y a partir de ahí siempre he tratado de trabajar para ellos, de poner lo mejor de mi alcance para que la obra social cumpla con su función de brindar salud a los trabajadores.

 

-El destino lo trajo al lugar en que iba a desarrollar su sueño, la carrera política.

-Sí, el destino me trajo acá. Y es más, mi pueblo está al límite con Santa Fe, o sea que nosotros teníamos mucha relación con Rosario, a Córdoba de chico no había ido casi nunca.

Cuando vine acá, muy contento porque no conocía. Y desde 1989 que llegué a hoy, Villa María cambió muchísimo.

 

-¿Cuándo llegó acá no tenía amigos, familiares, nada?

-No conocía a nadie. Vine acá en el 89 y me casé en el 91, cuando vinimos con mi señora no teníamos pariente, familiar, conocidos, después nos fuimos haciendo de amigos.

Mirá, en política entré sin conocer a nadie. A la primera reunión política que fui, estaban haciendo Ricardo Pereyra y Javier Sosa en los altos de Zayas, frente a la Terminal.

Y caí a esa reunión, estaba en la vereda sin conocer a nadie y se arrimó Ricardo. Me invitó a pasar, a escuchar y a partir de ese momento empecé a trabajar con ellos políticamente.

 

-¿Eso fue en el año 1989?

-Sí, llegué en mayo a Villa María y fue ahí nomás a los pocos meses. A Villa María vine a trabajar porque se dieron las circunstancias, pero sería la ciudad que volvería a elegir.

 

-¿Cuándo se encuentra nuevamente con Eduardo Accastello?

-A los pocos meses de estar militando con Javier y con Ricardo, lo encontré a Eduardo en la calle. Fuimos a tomar un café, me contó de su agrupación, me invitó a participar pero yo ya estaba afianzado en nuestra agrupación. Pero con Eduardo, muy buena relación.

 

-De cualquier manera, usted siempre estuvo en una agrupación diferente, nunca fue de su riñón, por así decirlo.

-No, inclusive, la primera vez que fui como tribuno de Cuentas fui por un acuerdo político entre Eduardo y Javier.

Pero siempre tuve buena relación con Eduardo, pienso que así debe ser, si trabajamos por el peronismo no hay que poner los personalismos por delante. Hay que trabajar por ideales, por la doctrina, sabiendo a qué tenemos que aspirar. No por los nombres, el accastellismo, el delasotismo, el kirchnerismo son cosas coyunturales, transitorias.

El justicialismo es lo que perdura.

 

-Más allá de las buenas relaciones, en el 99 ya tenía armada la agrupación 20 de Diciembre.

-(Risas) Sí, así fue. Y con intención de ser. La verdad que nunca oculté las aspiraciones de ser candidato a intendente, el que hace política y tiene intenciones de ocupar espacio, no está mal que lo exteriorice y trabaje para serlo.

Porque en definitiva esa es la política, poder ocupar espacios para tomar medidas que le sirvan a la gente, a la ciudad. Son aspiraciones sanas.

 

-En un acuerdo con Accastello, a fines de 1999 asumió una banca en el Concejo, pero no pudo llegar a la Presidencia.

-(Risas) No, no pude llegar, tenía aspiraciones, todos los años la peleaba, pero no pudo ser.

Siempre aceptando las reglas del juego, como me pasó después. Cuando fue Nora (Bedano) candidata a intendente, en principio iba a ser Raúl (Costa), nosotros queríamos ser, pero no éramos mayoritarios y acordamos la candidatura a auditor.

Fue una linda experiencia.

 

-Pero también hubo pelea porque no lo dejaban hacer política.

-(Risas) No me dejaban hacer política, lo dice una ordenanza reglamentaria y yo quería ser candidato a intendente, pero la ordenanza decía que el auditor no podía hacer política partidaria. Había presentado un proyecto para modificar la ordenanza, pero no tuve eco, los compañeros no me dejaron (risas).

Y cuando terminó mi función como auditor, que había ganado Eduardo su segundo mandato, me propuso que pusiera en marcha el Instituto Municipal de Inversión. Fue una gestión valiosa, interesante porque hubo que poner en marcha algo que no existía y a partir de allí se pudieron concretar obras importantes para la ciudad.

Y luego, ya en 2011, fui nuevamente candidato a concejal.

 

-Usted siempre estuvo en el ojo de la tormenta y siempre tranquilo, conservando la línea.

-(Risas) Sí, siempre conservando la línea. Es que no comparto eso de saltar el charco. No comparto eso de que si uno no puede llegar se convierte en el adversario. No, hay que pelear desde adentro. Si se llega, en buena hora y si no te toca, hay que sumar.

Me pasó en 2015 de ser precandidato a intendente a poquito tiempo de presentar las listas dejé de serlo. De hecho, fue un trago amargo, pero aceptando que los compañeros, el partido, el conductor decidieran que fuera otro, fue Martín y que yo acompañara desde el Concejo.

En primera instancia me dolió, pero acepté las reglas del juego considerando que era el momento que le tocaba a Martín conducir la ciudad.

Y desde el Consejo quiero acompañarlo y apoyarlo para que haga la mejor de las gestiones. Y en otro momento se verá.

 

-¿El sueño de ser candidato a intendente no lo resignó?

-Nunca lo archivé (se ríe). Pero no es el momento de exteriorizarlo, lo conversamos con amigos, con compañeros, llegado el momento se analizará de nuevo. Como yo, incluso dentro de nuestro grupo, hay muchos otros compañeros que tienen tanto o más mérito o tanta capacidad de trabajo o más que yo y que pueden ser.

Hay que ser generosos, no ser personalistas y trabajar juntos en proyectos, no en base a personas.

 

-En ese instante en que se sintió dolorido por no ser el candidato porque no daban los números u otros motivos, ¿se preguntó qué hizo mal?

-Sí, lo pensé. En realidad no encontré un motivo de haber hecho algo mal. Creo que se evaluaron otras cosas, no creo que por errores, que seguramente he cometido porque no soy infalible, haya dejado de ser el candidato a intendente.

Seguramente se han evaluado otros criterios, a veces hay un conductor y hay que aceptar las decisiones o no. Las he aceptado pensando que podía seguir sumando al peronismo, a la ciudad, a los vecinos, a seguir transformando Villa María y a seguir apostando con Martín a esta Ciudad del Aprendizaje.

Hoy, con una ciudad con mucha infraestructura, estar apostando al ser humano, a la cultura, a la educación, al arte teniendo como eje la persona.

 

-En 2000 usted quería ser presidente del Deliberante, pasaron 15 años y llegó a serlo. ¿Cómo se siente en el cargo?

-Satisfecho, agradecido por la confianza que me han dispensado mis compañeros de Concejo, el propio intendente, que ha avalado que lo sea, y cómodo desde la gestión.

Cómodo en el sentido de que me puedo desenvolver sin presiones, sin obstáculos, puedo trabajar con el consentimiento de los compañeros, no solo del oficialismo, me siento cómodo con la minoría, tenemos diferencias y acuerdos, pero puedo trabajar con los tres bloques de buena manera.

Y como institución creo que estamos avanzando juntos.

 

-Lleva 22 años en la función pública, ¿cuáles fueron los momentos más duros?

-Fueron difíciles siendo minoría. Yo estaba en la minoría del Tribunal de Cuentas y tuvimos que marcar muchas irregularidades. Hay quienes piensan que a la minoría le es todo fácil y no es así. Nos tocó marcar irregularidades en los últimos momentos de Veglia, cuestiones que con los otros miembros tuvimos que llevar cuestiones a la Justicia y a uno no le gusta pasar por esos momentos.

Y en el oficialismo también es duro cuando hay cuestionamientos a veces fundados, a veces infundados.

Es fácil cuestionar a alguien y si después nunca se prueba, queda la manchita. Y todos tenemos familia, todos nos conocemos bien en Villa María, si bien es una ciudad grande, aquí la gente se identifica y sabe quién es quién.

Duele cuando livianamente se hacen imputaciones sin fundamento y sin argumentos. Esas cosas duelen. Hay que ser respetuosos. Todo el mundo tiene derecho a denunciar lo que está mal, pero hay que dejar actuar a la Justicia, dejarla que se expida.

 

-¿Y los de mayor satisfacción?

-Los de mayor satisfacción son cuando podemos dar respuestas. Cuando se llevan soluciones, cuando pudimos llevar servicios como el agua, las cloacas, el asfalto, el cordón cuneta, entregar viviendas, cuando se hacen obras y se concretan sueños, como fue la universidad, que le sirven a la ciudad.

Eso llena de satisfacción porque las cosas no vienen solas, no son por casualidad, son el fruto del esfuerzo, del trabajo, de armar proyectos, de golpear puertas, conseguir los recursos, con cuestiones que llevan tiempo.

 

-¿De qué forma tomó las denuncias sobre supuestos sobreprecios en las obras?

-A nadie le caen bien esas cosas. Tengo la conciencia de haber actuado con total transparencia y haber cumplido honradamente con mi función, he cumplido siendo jefe de Gabinete con el intendente, de mi parte estoy tranquilo y camino con la frente en alto por las calles de la ciudad sin tener que rendir cuentas de nada.

-El peronismo está en un momento muy complejo y hay una onda expansiva para “verlo destruido”.

Sí, pero no lo van a lograr. El peronismo tiene la capacidad de reinventarse. Este mal trago que tuvimos que pasar en 2015 nos va a servir para discutir. Hay que abrir las puertas, no nos tienen que doler las críticas, nos tienen que servir para debatir errores, para mejorar su accionar, para que se sumen muchos compañeros que no lo venían haciendo.

A veces los partidos se cierran y es cuando les va mal.

 

-¿Ve un camino de unión, de renovación?

-Todavía no lo veo, pero creo que tenemos que aspirar a eso, tenemos que tratar de unirnos, si nos dispersamos y priorizamos lo personal, no nos va a ir bien.

Pienso que tenemos que empezar a separar los tantos, que quienes gobiernan no sean los mismos que están en el partido y que los que están en el partido puedan ir marcándonos el camino.

Porque si somos las mismas personas las que estamos gobernando y estamos en el partido, muchas veces no escuchamos lo que tendríamos que escuchar.

 

-El Gobierno nacional una de las cosas que prometió es mejorar las instituciones, fortalecer la República, desde su punto de vista, ¿se ven mejoras?

-No veo las mejoras, sí veo que no se hace mucho para achicar la grieta y una República no puede funcionar si nos estamos odiando entre nosotros.

Creo que hay que buscar los medios para no estar siempre echando la culpa al otro, pensando en la herencia, hay que trabajar para mejorar lo que tenemos, sumando, incluyendo, pero no tratando de justificar medidas pensando en la herencia.

La herencia la tenemos que asumir y encontrar un consenso entre los distintos partidos, hay que sumar opiniones, no tenemos que ver al adversario como enemigo, tenemos que poner nuestra capacidad para aportar soluciones a los problemas que tenemos todos los días.

 

-¿Cuál es su sueño hoy?

-Mi sueño desde lo personal es ver que mis hijos se puedan realizar, que puedan capacitarse, estudiar y encontrar su vocación.

Y como ciudad que todos estén felices y la gente está feliz cuando tiene trabajo, cuando la familia está en orden, cuando hay oportunidades para todos, cuando hay inclusión, cuando hay un plan económico que nos contenga a todos, que no se priorice un sector, sino que vayamos repartiendo la torta un poquito para cada uno.

 

Opiniones

Mauricio Macri

Es un empresario que ha hecho de su vida una dedicación a sus empresas y luego devino en político. No comparto el rumbo económico que está llevando adelante, lo respeto porque lo ha elegido la sociedad, pero no lo comparto porque no pone prioridad en los sectores más vulnerables, en la empresa nacional, en promover la pequeña y mediana empresa.

El apunta a los sectores más poderosos y mejor posicionados económicamente.

 

Juan Schiaretti

Es un compañero, un gobernador que viene del peronismo, trabajando desde muy joven y gestionando en esta oportunidad, haciendo obras para que Córdoba siga creciendo y pueda estar en mejores condiciones, tratando de que a los cordobeses nos puedan llegar todos los recursos que nos corresponden y que no los centralicen en Buenos Aires.

No tenemos los cordobeses por qué financiar el agua, la luz, el transporte de los porteños, sino que los subsidios sean con un sentido federal. No tener que pagar los servicios más caros para financiar a los que viven en Buenos Aires.

 

Martín Gill

Es un joven muy preparado, al que respeto intelectualmente, creo que está haciendo una muy buena gestión y que le va a ir muy bien hacia adelante.

Y como peronismo tenemos que acompañarlo y apoyarlo para que sea la mejor de todas las gestiones.

 

Me gusta

Compartir en familia los fines de semana.

Me encanta

Las carreras de caballos, viajar en familia.

Me divierte

Estar con amigos, disfrutar de un asado, soñar, contar anécdotas.

Me entristece

La injusticia, las enfermedades, que la gente desmerezca a las personas livianamente.

Me enoja

El uso de las redes sociales para dañar, difamar y descalificar.

“Enviar el oro a Londres es una decisión equivocada. Si la hubiéramos tomado nosotros, nos habrían matado”.El uso de las redes sociales para dañar, difamar y descalificar.

“Una República no puede funcionar si nos estamos odiando entre nosotros”.