Es en el tramo que va desde el bulevar Alvear a la Porfirio Seppey. El intendente Gill señaló que es una de las arterias “más conflictivas” de la ciudad y admitió que tiene un déficit en iluminación
La calle Mendoza en el barrio Lamadrid es una de las arterias más conflictivas de la ciudad y tiene un déficit en la iluminación, admitió el intendente Martín Gill a EL DIARIO.
Meses atrás se comenzó a barajar la posibilidad de que esta calle pase a tener mano única (ver recuadro). Ahora Gill, ante la consulta de este matutino, enunció puntos a favor y en contra de tomar esa decisión y recalcó que están abiertos al diálogo y que respetarán el acuerdo al que se llegue. Advirtió que cuando el Hospital Regional Pasteur se mudó, la doble mano no tuvo la misma razón de ser, deslizando que ahora con el proyecto a concretarse en el antiguo edificio de Mendoza y Porfirio Seppey podría verse necesario ese ida y vuelta.
“Estamos dispuestos a estudiar las alternativas. Cuando se hizo el planteo había como una colisión de intereses entre comerciantes del lugar y vecinos. Nos gustaría mucho habilitar instancias de diálogo entre todas las partes para asumir una política en este sentido”, señaló el mandatario.
Apuntó que de asumir la postura de que continúe la doble mano, deben implementarse “equipos de seguridad en algunas arterias como Colabianchi y Mendoza”.
También abrió la puerta a “unificar la mano, si fuera posible teniendo en cuenta una vía de acceso y una de egreso que podría ser la prolongación de Sarmiento y la Mendoza”.
“Siempre tuvimos en cuenta lo que era el Pasteur, por lo que sin el Hospital podría cambiar la cuestión. Lo que hace falta -y es en lo que estamos trabajando- es una fuerte inversión en materia de iluminación, que va a aportar a una mayor seguridad del sector, además de que está prevista la incorporación de todo un complejo en el antiguo edificio del Hospital”, describió.
Ratificó que “no hay decisión tomada, pero nos gustaría junto con centros vecinales, Concejo Deliberante, el área de Tránsito y quizás hasta AERCA evaluar entre todos alguna medida”.
Gill reveló que quienes hicieron el relevamiento le comentaron que existían “distintas posiciones entre los comerciantes”.
“Evidentemente que uno de los temores es que (una sola mano) pueda traer una menor movilidad y acarrear menor cantidad de gente para estimular el consumo”, graficó. “Habría que trabajar para alcanzar un punto de equilibrio, abogamos para que eso se dé”, añadió.
El jefe del Ejecutivo repitió en la entrevista que la Mendoza “es una de las arterias conflictivas” de Villa María.
“Tenemos numerosas calles conflictivas más allá del centro, y esta, por el volumen, la conectividad que tiene con los barrios, la apertura que se hizo en la prolongación para llegar al Malvinas Argentinas, es una de ellas”, manifestó.
Y admitió que “no tiene la iluminación suficiente y presenta esquinas complejas, porque la traza en el diseño de un lado y del otro no son coincidentes, lo que genera movimientos que le suman dificultades”. “Seguir por la Pablo Colabianchi cruzando la Mendoza es un punto de conflictividad”, ejemplificó y finalmente recalcó que además hay que prever lo que ocurrirá con las inversiones que se harán en el predio del Club Alumni, “lo que va sumando elementos que deben ser evaluados en conjunto”.